SE REBOZÓ LA COPA
Doctor
ÁLVARO LEYVA DURÁN
Presente
Su apología de Francia Márquez deja en claro que usted está con Gustavo Petro Urrego.
No puedo entender que el hijo de Jorge Leyva Urdaneta haya decidido esa opción, actitud que respeto, pero que, desde luego, no comparto.
Su señor padre, conservador integérrimo y digno de la más profunda admiración y respeto, sin vacilaciones ni dudas en su militancia, amigo leal del doctor Laureano Gómez Castro, coetáneo y fraternal compañero de luchas políticas del doctor Álvaro Gómez Hurtado, influyeron en su inicial formación política y, en nombre del partido de Caro y Ospina, usted fue designado secretario privado de la Presidencia durante el gobierno de Misael Pastrana Borrero; lo elegimos concejal de varios municipios de Cundinamarca; diputado a la Asamblea de ese Departamento; representante a la Cámara y senador de la República y, a nombre de esa misma colectividad, el Presidente Belisario Betancur Cuartas lo designó su ministro de Minas y Energía.
Gozó usted de la amistad y el afecto del doctor Argelino Durán Quintero, egregio ministro de Obras Públicas del Presidente Misael Pastrana Borrero, asesinado por una de las tantas guerrillas marxistas, que en Colombia han sido.
Guerrilla de la misma cepa y de la misma ralea de las Farc, el Eln y el M19 de Gustavo Petro Urrego al que usted hoy anhela en el poder, contra la voluntad mayoritaria del pueblo colombiano y, seguramente, que ya le habrá echado el ojo a un ministerio del gabinete de ese hipotético gobierno.
El doctor Jorge Leyva Urdaneta no solo fue una rutilante estrella del partido conservador; fue un estadista de los más aquilatados, honra y prez de la república.
Una sola muestra de mi afirmación contundente e irrevocable, el plan vial nacional, concebido, convertido en realidad y supervisado por ese abogado, genio de las obras públicas.
En el libro escrito por su hermano, Jorge Leyva Durán, se hace una apretada síntesis de la vida y obra de ese colosal hombre público y ese monumental ser humano, su padre Jorge Leyva Urdaneta.
De su propia voz escuché, en su apartamento en San José de Costa Rica, que fue usted quien convenció a “tirofijo” para que no asistiera al encuentro con el expresidente Andrés Pastrana Arango, para firmar un acuerdo de paz que se frustró, gracias a su cercanía con Manuel Marulanda, y que la historia conoce como el episodio de la "silla vacía". Nada pudo la lealtad natural que merecía el doctor Pastrana Arango, ante la complicidad con “tirofijo”. Gajes de la condición humana.
El 29 de mayo de 1988, al filo del medio día, el doctor Álvaro Gómez Hurtado fue secuestrado por la guerrilla del M19, la misma del candidato de sus amores, Gustavo Petro Urrego.
Acuérdese, doctor Leyva, que usted participó en la operación libertad.
Dada su proclividad guerrillera, el doctor Gómez Hurtado no lo podía incluir en la lista de miembros de la Asamblea Nacional Constituyente del movimiento de salvación nacional y, por el mismo motivo, tampoco el doctor Misael Pastrana Borrero, en las listas del partido conservador; por eso usted acudió a los secuestradores del doctor Gómez Hurtado, el M19, y allí fue ubicado en sitial de honor.
Para agregarle otra joya a la corona, usted hoy coincide en el mismo redil, con Ernesto Samper Pizano, coautor intelectual del magnicidio del doctor Álvaro Gómez Hurtado, con Juan Manuel Santos Calderón, su mecenas para acompañar los diálogos de La Habana, y completan la orquesta, Roy Barreras, Gustavo Bolívar, Piedad Córdoba, y seguramente Alex Saab. ¡Dios los hace y el diablo los junta!
Respetuosamente,
PELOECAÑA