sábado, 29 de mayo de 2021

                                                             

                                                
                                                                            



LAS CURULES DE LAS VÍCTIMAS

 

 

Por Peloecaña

 

La Corte Constitucional, en un alarde más de su inopia jurídica y de su exuberancia política partidista, resolvió, violando la Constitución, concretamente, el mandato consignado en el primer párrafo del articulo 241º que dice: "A la Corte Constitucional se le confía la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, en los estrictos y precisos términos de este artículo, cumplir las siguientes funciones", conceder la tutela al más veleidoso y desleal de todos los humanos, desde que el mundo es mundo, un acupunturista que funge de parlamentario y, como la embarrada tenía que ser descomunal, también se llevó en los cachos la letra y el espíritu de otra norma constitucional, la que a algún constituyente de 1991 se le ocurrió trasplantar de la legislación española: la Acción de Tutela, consagrada en el artículo 86º de nuestra ley de leyes.

 

Para la historia quedó como un saludo a la bandera el voto emitido por tres de los integrantes del máximo tribunal de justicia, que se apartó, con indudable fundamento jurídico, de la decisión mayoritaria de los magistrados prevaricadores.

 

Resucitadas las 16 curules de las víctimas del conflicto armado y, en los términos de la sentencia, que les impide ser aspirantes a cualquiera de ellas, a quienes tengan representación en el Congreso actual, a los que quieran a Colombia y deseen cumplir con la defensa de los valores positivos, hoy en crisis, los invito respetuoso a que creen un partido nuevo; el de los que han padecido en carne propia la victimización de los autores del Acuerdo de La Habana, y sean en el Legislativo los representantes de esa cara buena de la política.

 

Respetuoso me permito sugerir los nombres de:

 

Doctor Fernando Londoño Hoyos, quien padeció el más vil de los atentados, planeado, financiado y ejecutado por la guerrilla de las farc. 

 

Mauricio Gómez Escobar y sus hermanos y sus primos Gómez Martínez, víctimas indudables del magnicidio de su padre y tío, el doctor Álvaro Gómez Hurtado, según confesión de los más visibles jefes de las farc, planeado y ejecutado por ese grupo guerrillero.

 

El Coronel Hernán Mejía Gutiérrez, víctima de la guerrilla del M19 que, fletada por Pablo Escobar, asaltó el Palacio de Justicia y lo hirió defendiendo la institucionalidad, y también víctima de los jueces marxistas quienes hoy, todavía y de manera injusta, lo tienen privado de su libertad.

 

La exguerrillera de las farc, Lorena Murcia,  secuestrada desde niña y violada por integrantes de ese grupo subversivo, que hoy lucha valientemente contra ese vejamen indigno e impune.

 

El Coronel  Alfonso Plazas Vega, otra víctima de la guerrilla narcotraficante.

 

El General Luis Mendieta, secuestrado durante largos años por los máximos violadores de los derechos humanos, los miembros de las farc.

 

John Pinchao, como un homenaje a la policía tan vituperada y lastimada.

 

La lista es interminable y si la hacen realidad, no duden que más de la mitad de los 16 escaños que revivió la Corte, de los Acuerdos de La Habana, no serán para la insurgencia.

 

 

sábado, 22 de mayo de 2021

 





LA VERDAD AGONIZA

 

Por Peloecaña

 

"La verdad está tan oscurecida en este tiempo y la mentira tan establecida, que a menos de amar la verdad, no se sabrá conocerla".

 

El autor de esta frase, matemático y filósofo francés, Pascal, que vivió en el siglo XVII, cuando la dejó para la posteridad, jamás se imaginó que es hoy cuando está en el cenit de su vigencia.

 

Los medios de comunicación tradicionales y los imbuidos de las más sofisticadas técnicas cibernéticas, que compiten con las redes sociales, se han convertido en los más efectivos enemigos de la verdad.

 

Todos los días nos enteramos de afirmaciones, con apariencia de verdad, que después de una breve averiguación de la realidad de los hechos, descubrimos que nos encontramos frente a una monumental mentira.

 

Repasemos mentalmente la publicidad de bienes y servicios y, sin tanto esfuerzo, aparecen a la luz de nuestras entendederas, ya que todo lo anunciado como la quinta esencia de la bondad y efectividad de lo promovido, no es más que el abuso de lo que los civilistas llamaban el dolus bonus. Una autentica mentira, disfrazada de realismo.

 

Hoy, refiriéndonos exclusivamente a la realidad social y política por la que atraviesa Colombia, nos ha tocado padecer la práctica que, para las fuerzas del desorden promovido por el marxismo leninismo, es la vigencia del aforismo que utilizan y que consagra que, para llegar al poder, "todas las formas de lucha son válidas" y que, por ende, la desinformación y el imperio de la mentira son infinitamente más eficaces que las mismas armas de fuego, la dinamita, el incendio, el atentado letal.

 

Pero no son las informaciones mentirosas arma exclusiva de los insurrectos. A la vanguardia de esa cohorte de mentirosos, van los medios de comunicación, que siempre han vivido por el sistema, para el sistema y del sistema.

 

Dos casos concretos: en los recientes desórdenes ocurridos en la ciudad de Popayán, la ciudad de los apergaminados y manumisos, una persona con la cabeza toda escondida, que vandalizaba en el ejercicio del "legítimo" derecho a protestar, fue capturada por la policía y el primer descubrimiento de las fuerzas del orden fue una primera mentira; no se trataba de un vándalo sino de una "vandaleza" y, además, menor de edad.

 

La capturada fue llevada a la estación de policía y, al ser interrogada por los agentes del orden, afirmó que no vivía con sus padres, sino con su abuela, quien solicitada por las autoridades acudió al llamado y recibió su nieta soliviantada. Después se difundió la noticia de que la "inocente víctima" había sido violada por sus captores agentes del orden, y, como consecuencia de tan afrentoso vejamen, se había suicidado.

 

La información salió a la opinión pública de las redes sociales afines a los vándalos criminales, y recogida por los comunicadores institucionales. Conclusión: la insurgencia utilizó su monumental mentira, para justificar sus actos vandálicos y criminales, que padeció la ciudad blanca, por todos conocidos.

 

Pero, ¡oh sorpresa! Muy pronto se vino a saber que la suicida era recurrente en intentos reiterados de quitarse la vida, y que era paciente de profesionales de la salud del alma, que trataban su dolencia.

 

Y para mejor proveer, se supo que no vivía con sus padres y que su progenitor es policía en servicio activo, asignado al Departamento del Valle del Cauca.

 

Inmediatamente cayeron los periodistas, quienes con el morbo de rigor esperaban la condena contra sus compañeros de lucha, por la pérdida lamentable de su hija, y éste los decepcionó porque, con un sentido común encomiable, solo expresó que el caso estaba en investigación y que esperaba los resultados de la misma.

 

Los peones de estribo de las aspiraciones presidenciales de alguien, conocido por todos por su militancia precoz en la guerrilla del M19, por atinadísimo ejercicio de la Alcaldía de Bogotá, por ser receptor abundantísimo de donaciones en dinero en efectivo, de parte de sus correligionarios y simpatizante y, de pronto, gestor del desorden público que por casi un mes nos agobia y consume, no han querido darse cuenta de que el aspirante a la primera magistratura es irrevocablemente adicto a la libertad de prensa que vive Venezuela. Aún está fresco el proceso contra el diario El Nacional.

 

Otra verdad de la misma estirpe, de reciente acaecimiento, es la muerte de Santrich.

 

 

jueves, 13 de mayo de 2021

                                                    


                                                         LA LEGÍTIMA DEFENSA

 

 

Por Peloecaña

 

La figura jurídica de la legítima defensa fue expuesta en el Digesto, compilación de normas del Derecho Romano, que el emperador Constantino ordenó hace más de 500 años antes de Cristo, que los jurisconsultos del Imperio enunciaron así:  "Vim vi repellere permitittur, o Vim vi repellere licet".

 

Ese aforismo fuente jurídica que ha permanecido en el tiempo y en el espacio, traducido al español dice: "Se permite rechazar la fuerza con la fuerza, o es lícito rechazar la fuerza con la fuerza".

 

Anterior a la legalidad de defenderse existió lo que se conoce como "La Ley del Talión", que permitía una retribución exacta al daño proferido, y que en la Biblia se enunció así: "Ojo por ojo y diente por diente".

 

Mas ajustada a la justicia de Roma que, para fortuna de la civilización occidental, ha pervivido en el tiempo y en el espacio, es la versión que sustenta la figura de la legítima defensa.

 

Los juristas posteriores le han agregado, afortunadamente, un requisito "sine qua non": la proporcionalidad entre la agresión recibida y la defensa como respuesta.

 

Todo lo anterior, para sustentar, sin ambages ni restricciones, que los agentes del orden siempre han actuado en ejercicio de su "legítima defensa", ante las agresiones brutales, salvajes y criminales de que han sido víctimas, por todos esos desadaptados sociales, fruto de la deseducación de Fecode y del resentimiento y manipulación de que son agentes y siervos; manipulación orquestada y ejercida por los epígonos de la guerrilla marxista leninista, del narcotráfico y de los políticos oportunistas y campeones de la pesca en río revuelto y agentes del comunismo internacional, concretamente, del Foro de Sao Paulo, de Cuba, del régimen venezolano, y de su supérstite Nicolás Maduro y su combo. Todo esto plenamente probado.

 

Otra agresión más es la información sesgada y mentirosa, hábilmente manejada por las redes sociales afines a los agresores y por los medios de comunicación tradicionales al servicio irresponsable de los intereses de los beneficiarios del caos y del desorden.

 

Los policías y soldados de la Patria son todos seres humanos, de carne y hueso, que arriesgan permanentemente su integridad personal y su vida para defender, en su vida honra y bienes, a todos los asociados, en gravísimo riesgo de menoscabo y pérdida, por parte de criminales adiestrados, adoctrinados, entrenados y pagados para el efecto.

 

Los jueces politizados y los comunicadores idiotas útiles, al servicio de quienes quieren agrandar el ámbito y la zona de dominio extremista imperante en Cuba, Venezuela y Nicaragua, no han entendido, o necios no lo quieren entender, que si accede al poder Gustavo Petro Urrego, u otro de su misma gallada, se acabará Fecode, porque Cuba y Venezuela no admiten sindicatos en su sociedad y desaparecerá la libertad de prensa, porque en esos regímenes solo sobreviven los medios que les son afines incondicionales.

 

¿Acaso los integrantes de las fuerzas institucionales del orden no les duelen los madrazos que a voz en cuello les infieren los enemigos del sistema democrático que nos rige?

 

¿Acaso existe proporcionalidad alguna entre la agresión consistente en rociar de gasolina a un policía, y prenderle fuego, y la respuesta legítima del agredido?

 

¿Acaso existe violación a los derechos humanos más protuberante y condenable que atacar con ácido corrosivo, en grado sumo, a otro ser creatura de Dios, por la circunstancia de ser guardián de nuestros derechos fundamentales? 

 

¿Por qué si el propietario de un establecimiento de comercio, en el que está el fruto del trabajo y esfuerzo de toda una vida, repele con la fuerza los ataques aleves de que es víctima, ese rechazo es válido y permitido, pero si lo hace un agente del orden cuando el propietario no lo hace, es abuso de la fuerza?

 

¿O pretenden los falsos defensores de los derechos de los vándalos y delincuentes que la fuerza pública los repela con pistolas de agua y con misivas disuasivas?

 

¡Ni tanto honor, ni tanta indignidad!

 

 

lunes, 10 de mayo de 2021

                                                                     

                                                                            




¡OH TEMPORA OH MORES!

 

Por Peloecaña

 

El título de este mensaje, acudiendo a una traducción libre, bien puede ser: TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR.

 

Acuden a mi memoria los acontecimientos luctuosos y lacerantes del 9 de abril de 1948 que, por entonces, partieron en dos la historia de Colombia.

 

Como una reacción prevista, los autores intelectuales del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán ya habían presupuestado la violencia callejera generalizada, como en efecto sucedió.

 

Gobernaba la nación un hombre de carácter firme pero dialogante, el doctor Mariano Ospina Pérez y, ante la crudeza de los acontecimientos generados por lo que la historia conoce como el bogotazo, el Partido Liberal, de oposición frontal al régimen, envió a tres de sus más connotados exponentes, los doctores Carlos Lleras Restrepo, Darío Echandía y Plinio Apuleyo Mendoza, no a dialogar con el Presidente de la República, ni mucho menos a brindarle su apoyo, en esa hora dificilísima y peligrosa para la salud de la patria. No,  su intención no era el diálogo, era conminar al Primer Mandatario y notificarle un ultimatum: renuncie, señor Presidente.

 

Fue, entonces, cuando sucedió lo que los emisarios liberales no esperaban; salieron a relucir la personalidad y el talante del gobernante y fue cuando pronunció esa frase lapidaria, que ahí está para la historia: "Para la democracia colombiana vale más un Presidente muerto que un Presidente fugitivo".

 

Enterados de la calidad humana y, desde luego, política del Presidente Ospina cambiaron de estrategia y, de pronto, se quedaron sin argumentos para insistir en su propuesta de abdicación.

 

Los argumentos del Jefe del Gobierno convencieron a los altivos opositores y aceptaron de la bondad de su idea de conformar el gobierno de la Unidad Nacional y fue así como el doctor Darío Echandía y otros destacados liberales ingresaron al gabinete del gobierno del Presidente Ospina Pérez.

 

Otro episodio de antología:

 

El 19 de abril de 1970 se llevaron a cabo las elecciones presidenciales y fue el doctor Misael Pastrana Borrero el candidato oficial del Partido Conservador y avalado por la Convención del Partido Liberal. Al conservatismo, según la Constitución y de acuerdo con lo pactado en el plebiscito que aprobó el Frente Nacional, le correspondía elegir presidente.

 

El General Gustavo Rojas Pinilla fue candidato de un partido distinto al Partido Conservador, la Alianza Nacional Popular, ANAPO.

 

Los comunicadores adversos al candidato triunfante, según la Constitución, y al resultado de la consulta plebiscitaria, se inventaron la leyenda que había habido un fraude monumental para elegir a Misael Pastrana Borrero. ¡Mentira químicamente pura! El General Rojas Pinilla no podía ser Presidente, porque nunca fue candidato conservador; para entender eso, no se necesita ser un genio, ni mucho menos.

 

El Presidente que nos gobernaba, y sí que lo hizo a plenitud, decidió lo único que debía hacer, cumplir sin dilación el mandato constitucional y plebiscitario.

 

Me acuerdo, como si fuera hoy, ordenó el doctor Lleras Restrepo el toque de queda a partir de las 8 de la noche; me salí a la esquina de mi casa en Bogotá y vi cómo la gente corría literalmente, rumbo a sus residencias, para que no la cogiera la hora señalada fuera de su domicilio. Al día siguiente, los periódicos registraban cómo la plaza de toros de Santamaría amaneció llena de infractores a la medida de seguridad, que pretendía guardar el orden público y que, en efecto, lo preservó.

 

Por eso es contundentemente cierto, que todo tiempo pasado fue mejor.

 

Ni parecido a lo que hoy vivimos, con una Colombia en las manos de un presidente, con minúsculas, timorato y endeble, dubitativo profundamente tímido, al que ya todos han calibrado y medido el aceite.

 

Como será de patética la situación, que el expresidente Gaviria le notifica que si quiere diálogo con él, la reunión ha de ser en su casa y no en la Casa Presidencial.

 

Ojo Presidente Duque, si acepta la invitación, cuide su espalda.

 

 

domingo, 2 de mayo de 2021

  

                                                        




RETÍRESE PRESIDENTE DUQUE

 

Por Peloecaña

 

Ya que tuvo el tino tardío, y forzado por los acontecimientos, de retirar la reforma tributaria presentada ante el Congreso, no deje la tarea a medias; complete la faena retirándose del cargo de Presidente de la República de Colombia.

 

La reacción del pueblo colombiano, lleno de santa ira, por el exabrupto, cometido por usted, al presentar una reforma tributaria inconsulta, confiscatoria, inconveniente y necia tiene plena justificación.

 

Pero al lado de los protestantes pacíficos, siempre están al acecho los oportunistas y populistas, que no dejan perder tan protuberante disculpa para ejercer su posición irracional, antidemocrática y letal, por aquello de que, para los comunistas, todas las formas de lucha son válidas; en síntesis, porque para ellos el fin justifica los medios.

 

Los vándalos y criminales siempre están prestos a ejercer su siniestra labor, y a dejarse sentir, máxime cuando hay quien los acicatee y estimule.

 

Durante cuatro días, estos antisociales se apoderaron de la protesta ciudadana, para destruir los bienes ajenos, saquear los comercios, asaltar instituciones bancarias, incendiar, depredar, destruir y provocar la acción de las fuerzas del orden, instituidas para proteger la vida, honra y bienes de la sociedad, como lo ordena el artículo 2º de la Constitución Política.

 

Los artículos 217º y 218º del mismo Estatuto Constitucional consagran que las Fuerzas Militares tienen, como función primordial, la defensa de la soberanía, la independencia y la integridad territorial y el orden constitucional, y asigna a las Fuerzas de Policía la obligación del mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia vivamos en paz. 

 

Su gestión gubernativa, en este caso concreto, ha sido lamentable y generadora de disturbios, vandalismo y violación de elementales derechos de la población.

 

Como la Constitución Colombiana no contempla la posibilidad de la revocatoria del mandato para el Presidente de la República, y porque si existiera el procedimiento por engorroso y costoso es inaplicable, le solicito respetuoso, con el derecho que me da la circunstancia de haber sido uno de sus electores, haga más fácil la solución del problema, renuncie señor Presidente.