miércoles, 4 de agosto de 2021

 

                                                                        




LOS ATESTADOS Y PRECEDENTES DE PETRO

 

 Por Peloecaña

 

Entre más rebuzna y más deja oír sus graznidos, más nos muestra su personalidad sui géneris y más sale a flote la solvencia integral del candidato presidencial, Gustavo Petro Urrego.

 

Como carta de presentación ideológica están las hazañas de su partido, el M19: El robo de la espada del Libertador Simón Bolívar, como signo indeleble de su aparición en política; el asalto al Cantón Norte y el robo de armas; el asesinato de José Raquel Mercado, líder de los trabajadores, que ese partido dice defender, y la joya de la corona, el asalto al Palacio de Justicia.

 

Veamos la coherencia del candidato: Protesta, con todo vigor, por la reivindicación material de la estatua de Sebastián de Belalcázar, con el argumento mentiroso y falaz, que siempre lo ha caracterizado, de que ese acto oficial es la apología del genocidio español, contra los aborígenes de nuestra geografía, invadida y atropellada por los enviados de sus majestades los Reyes Católicos.

 

Hagamos un parangón entre los dos hechos históricos.

 

Mientras los colonizadores, de lo que hoy es Colombia, fueron patrocinados y enviados por la realeza de la madre patria, los genocidas del Palacio de Justicia fueron contratados y patrocinados por el más abyecto de todos los colombianos, mafioso y narcotraficante, que tantas viudas y huérfanos generó en nuestra patria, muchísimo más que Belalcázar.

 

Matones a sueldo, igual que los de la primera línea, que hoy patrocinan y apoyan,  Petro y su alter ego el senador "volibar".

 

Dice el diccionario de la lengua de la Real Academia Española que genocidio es: "Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivos de raza, de etnia, de religión, de política o nacionalidad".

 

Pues bien, el capo di capos contrató a los mercenarios del M19 para que exterminaran y eliminaran a un grupo de juristas eméritos, por motivos eminentemente criminales.

 

Fueron eliminados los más connotados representantes de una organización estatal, la cúpula de la Rama Judicial del Poder Publico, los eximios magistrados: Alfonso Reyes Echandía, Presidente de la Corte suprema de Justicia, Fabio Calderón Botero, Pedro Elías Serrano Abadía, Darío Velásquez Gaviria, Jorge Eduardo Géneco Correa, Ricardo Medina Moyano, Alfonso Patiño Roselli, Carlos Medellín Forero, Fanny González Franco, primera mujer Magistrada de la Corte Suprema de Justicia, Manuel Gaona Cruz y Horacio Montoya Gil; esto en la sola Corte, sin incluir los muertos del Consejo de Estado.

 

Los copartidarios de Petro, después de perpetrado el genocidio de los juristas epónimos, incendiaron el Palacio de Justicia, para darle pleno cumplimiento al objeto del contrato celebrado con el jefe del cartel de Medellín.

 

¿Quién es más genocida? Respetado lector, saque usted sus propias conclusiones.

 

En cuanto a los atestados y antecedentes personales del candidato del M19, su militancia en ese partido está llena de actitudes consecuentes con la subversión.

 

Como gobernante ya lo conocemos; su paso por la alcaldía de Bogotá está aún más fresco en nuestra memoria que el genocidio de Belalcázar.

 

Y en cuanto a su solvencia intelectual y moral, todos los días recibimos constancias de la calidad que le asiste, cuando opina acerca de las vacunas contra el covid 19, sin duda menos peligroso que el M19; cuando anuncia sus programas económicos; cuando recibe en la penumbra bolsas de plástico llenas de billetes; cuando prohíja y defiende la primera línea, los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela y ahora el de Perú. ¿Quieren más?

 

Y mientras tanto, en la otra orilla, se dedican a los retozos democráticos y a las candidaturas insulsas, cuyo principal ingrediente radica en las meras ganas de ser candidato.