EL MÁS FELÓN DE TODOS
Por Peloecaña
No me estoy refiriendo a Judas Iscariote, ni a Bruto el hijo parricida de Julio Cesar, ni a Fouché, ni a toda la caterva de felones y traidores que en el mundo han sido; no, el tema vergonzante de este escrito es un personajillo de todos conocido, un sujeto repugnante, asqueante, conocido por su felonía paradigmática.
Es alguien insondable, impenetrable, inquietante y siniestro, intrigante y de ambición desmesurada, epígono del "todo vale", con quien nadie desearía convivir nunca.
Su técnica consiste en la hipocresía, sus consumadas dotes de adulador circunstancial y su gelatinosa lealtad constituyen su impronta y su talante es inseparable de la expresión traidor "per secula seculorum."
Hace parte de una caterva de congéneres cuya personalidad los atrae con magnetismo delirante, como en Fuente Ovejuna, todos a una.
Su hábitat no puede ser una cloaca, porque su aroma es perfumado para él; pienso que le es más propicio una letrina rebosada.
Ha pasado por todos los partidos y grupos políticos, sin sonrojarse, y ya está anunciando su abandono de la góndola que momentáneamente ocupa. El zipaquireño, con pretensiones de cordobés, también será victima de sus felonías y traiciones obsesivo compulsivas.
La caverna que obedecía a la voz "ábrete sésamo" y movía su roca enorme puerta `petrea´, por ahora es su última morada.
Hace parte del "cenáculo de las raposas", al que el inolvidable doctor Laureano Gómez se refiriera en memorable debate en el Senado.
Respetado lector, usted dirá de quien se trata.