MADURO, UN BRUTO IRREDENTO
Por Peloecaña
Definitivamente Nicolás, el detentador del
poder en Venezuela, es además de un salvaje, un tirano y un necio, un bruto
irredento; pobre la Patria del Libertador, de Sucre, de Anzoátegui, de Rondón,
de Don Andrés Bello, del Dr. José Gregorio Hernández, de Alfredo Sadel, de El
Puma, de la Billos y los Melódicos, del país con las más grandes reservas
de petróleo del mundo, del Salto del Ángel, del Arauca vibrador, de los
hermanos Girón, y de todos los vapuleados nacidos al otro lado del
Orinoco, y de la Guajira, y al occidente de las Guyanas.
Con la disculpa de la ayuda humanitaria
sucedió lo que todos esperábamos, porque Nico no fue capaz de aprovechar el
suceso, para ganar puntos a favor de su deteriorada y lastimada imagen de títere
del castrismo e ícono de la izquierda universal.
Sus asesores criollos y extranjeros tampoco
atinaron a insinuarle un comportamiento adecuado.
Si prohija el acceso a Venezuela de la
cicatera y miserable, por mínima, ayuda humanitaria no hubiera dado tanta
papaya, y el Presidente ad quem hubiera recibido el rigor de las críticas de
las inmensas mayorías pauperizadas en el hermano país, por las migajas
aportadas por los Estados Unidos y todos los demás donantes, ante la dura
realidad de la absoluta insuficiencia de las "donaciones".
Pero como Nico es todo un irracional y,
desde luego, sus áulicos no supieron
aprovechar la coyuntura y el sainete. ¡Qué chorro de babas el de la
vicepresidente que graznaba que la ayuda estaba envenenada!
Si la mínima y vergonzosa ayuda llega con
facilidad a la tierra venezolana, hubiera sido muchísima la población resentida
con Guaidó, que la minoría ínfima temporalmente satisfecha.
Venezuela hoy necesita cientos de miles de
toneladas de alimentos, vitualla, equipos clínicos y medicamentos y no la
birria que en un alarde de miseria le enviaron los más ricos del mundo.
Pero Nico no supo entender el momento y ni ,por
un instante, pasó por su cabeza calenturienta la posibilidad de sacar ventaja
de la equivocación de la oposición, y dejó ir la oportunidad de amainar la
justificada tormenta que azota su desgobierno.
Además tuvo que padecer la deserción de un
importante número de integrantes del aparato represivo del régimen que no
quisieron manchar con sangre de hermanos, sus manos.
Bien por el Presidente Duque que ha liderado
ese movimiento internacional; bien porque concitó y reunió en Colombia a varios
mandatarios del continente, y a los más altos representantes y jerarcas de la
OEA, y a lo más granado de la farándula hispanoamericana, que siente como
propia la tragedia de nuestro, de verdad, hermano país.
Dr. Duque, persevere en su actitud; si
Maduro se va de la satrapía que encarna y Venezuela vuelve a ser un país
democrático, cesará para nuestra lacerada Colombia la horrible noche de la
insurgencia que son los terroristas del
ELN y las FARC.