EL  CHANTAJE DE LA PAZ

Por Peloecaña

Los acontecimientos que  han sucedido después del episodio cometido por la desfachatada sentencia de la JEP, que mantiene al narcotraficante y terrorista, alias santrich, en la más absoluta impunidad, en la que le notifica a Colombia y al mundo que es un tribunal de bolsillo, al servicio del comunismo internacional y la más evidente mampara, para que las FARC quieran amedrentarnos a todos, con el desprestigiado argumento, según el cual si no quedan impunes se acaba la paz y vuelve la guerra en todo el territorio nacional, lo cual no es más que un inaceptable chantaje y una impúdica extorsión, y plena prueba de que la voluntad de armonía y convivencia social de la guerrilla nunca han existido.

Da pena, rabia, pesadumbre comprobar que los medios de comunicación, que conforman lo que la opinión ha dado en llamar la gran prensa, con contadas excepciones, le hacen eco irracional a esa forma de presión a toda la gente de bien, so pretexto de mantener un equilibrio informativo.

Entonces aparecen en las primeras páginas de periódicos y revistas, las declaraciones de los más oscuros y tortuosos exponentes de la política partidista, que han militado en todos los partidos y grupos políticos, con una asombrosa capacidad de mimetismo que supera, con creces, esa característica de los camaleones y demás  ejemplares de esa especie, anunciando que si no se respeta la impunidad y el atropello al derecho, la violencia guerrillera campeará de nuevo en la patria de todos. 

¿Acaso ha cesado o se ha menguado?

Y los medios electrónicos no se quedan atrás; imposible perder la oportunidad del escándalo infundado y la alharaca terrorista; entonces se inventan orientadores, analistas y peritos en el tema de la paz, que nunca antes habíamos conocido, y empiezan por descalificar, sin fórmula de juicio y sin razón válida alguna, a quienes no piensan como ellos y hacen de su reconocida trayectoria en auténtico  servicio a la convivencia nacional, un  motivo de burla y de estigmatización.

Y todos, como en Fuente Ovejuna, todos a una, prensa escrita y electrónica, compiten por la chiva periodística: 

El senador Cepeda, (el marxista), alerta a Colombia de que se está atentando contra el proceso de paz.

El senador Roy Barreras reclama que se está demoliendo la paz.

La senadora  Sandino, exguerrillera de las FARC, pide que se respete la decisión de la JEP. 

El senador Benedetti clama por la libertad de santrich.

Esos son los prohombres nacionales, y el que se atreva a pensar de otra manera es reo de atentar contra la paz.

Si repasamos la historia de Colombia, desde los albores de la República, encontramos que el balance del periodismo es deficitario, en pro de la convivencia y  de la paz entre los hermanos hijos de la misma patria.

¡Qué insensatos y qué necios los dueños y asalariados de los medios de comunicación! Les importa muy poco mirar a su alrededor, para registrar que si caemos en manos de la paz guerrillera, la libertad de prensa quedará abolida de un solo plumazo, como en Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Y se proclaman liberales, pero le temen a la opinión ajena; no creen en el respeto a disentir; no entienden qué es ser librepensador; no aceptan que todos podemos caber bajo el mismo techo y vivir bajo la égida de la misma bandera y que, por encima de todos, solo están la Constitución y la Ley.

Crearon lo delitos de ser Católico y de creer en el ideario Conservador y por eso, todos los días, quieren arrojar a la hoguera a pensadores y actuantes como Alejandro Ordóñez Maldonado, y lo fustigan inclementes todo a nombre  del libre examen.