jueves, 28 de noviembre de 2019






¿POR QUÉ EL DOCTOR RAFAEL NIETO LOAIZA?


Por Peloecaña

Primero que todo, porque estamos obligados a enmendar nuestros propios errores, no podemos persistir en ellos, ni mantener matrimonio indisoluble con la equivocación.

Llegó la hora de sepultar bien hondo la pereza de decidir por nosotros mismos. Ahora le toca decidir, primero, al ciudadano del común, del Estado llano, de a pié; los signados como guías tutelares ya nos han inducido reiteradamente a optar por alternativas que no son.

Para no caer en el mismo episodio que critico, de que sea quien yo diga, me circunscribo a señalar una opción, que abrazo consciente y racionalmente,  y a proponerla, respetuoso, al escrutinio de todos.

Como el movimiento se demuestra andando, según dijera el filósofo griego Diógenes, es mi obligación sustentar mi propuesta, clarísima y puntual.

Pongo a consideración de mis lectores, el nombre y la persona del doctor Rafael Nieto Loaiza, como la mejor alternativa de poder, el más calificado para asumir la jefatura del Estado y sacarnos del atolladero institucional en que nos encontramos, gracias a nuestra cómoda postura de aceptar que otros decidan por nosotros, y a refrendar la decisión particular de esos otros eminentes colombianos, con nuestro voto, a pesar de no estar de acuerdo. Qué más patética oportunidad de demostrar que no somos de montar en pelo y que no nos complace andar en recua, siempre arrebiatados.

El doctor Rafael Nieto Loaiza es un joven ilustre por sus propios méritos, aún no llega a los cincuenta años, es integralmente sabio y probadamente honesto, no porque lo diga Peloecaña, sino porque su paso por la vida y su currículum ahí están, no necesita apologistas de oficio, su existencia hace que sea elegible.

Fue la expresión talante, un aporte magnifico del doctor Alvaro Gómez Hurtado, en buena hora incorporado al lenguaje político de nuestra amada y lacerada Colombia, con el que definió "el universalismo conservador", entendido el término conservador no como la militancia o adhesión al partido de Caro y Ospina, sino como un estilo de vida y una manera de verla y vivirla.

Por eso no dudo en proponerlo como opción ética y políticamente válida que, sin duda, convocará a su alrededor, no solo a los partidarios del conservatismo, como idea, sino a matriculados en otras escuelas del pensamiento humanístico de este país.

Dijo el doctor Álvaro Gómez Hurtado: "El talante es un estado de ánimo, una disposición espontánea, pre-racional;  es una situación anterior a la actitud, una voluntad inadvertida de captar, de comprender o de rechazar. Tiene, por lo tanto, una importancia decisiva en la aptitud gnoseológica. Las cosas son, en política, como nuestro talante nos las permite apreciar. La continuidad de un talante se desarrolla en "una articulación jerarquizada de los estados de ánimo", lo cual ciertamente se parece mucho a la concepción del  mundo del  tipo diltheyano. Si. Los conservadores tenemos, gozamos  de una concepción del mundo. Partiendo de ella llegamos a conclusiones convergentes o no". "Lo que para nosotros vale es que las vivencias las tenemos iguales, las experimentamos de la misma manera, con el mismo talante".

Cómo tiene de ese talante el doctor Rafael Nieto Loaiza, pero, además, tiene la impronta de un buen gobernante. Es sabio y honesto; sencillo y prudente; respetuoso pero firme; cree en la justicia como un valor fundamental y un  servicio público esencial, no como garrote para golpear o como refugio de maleantes. Siempre ha demostrado estar bajo la égida de la ley justa. Sin duda se sabrá rodear de los mejores colaboradores, íntegros  y competentes. Entiende, como el primero, que un buen gobernante es un buen ciudadano y, desde luego, tiene un nítido concepto de la libertad y la autoridad dentro del orden, y no es un diletante. Es un hombre creyente y respetuoso de las ideas ajenas, sin renunciar a las suyas.

Respetados lectores, por eso creo en el doctor Rafael Nieto Loaiza y le pido, humildemente, aboque esa responsabilidad histórica, la de ser Presidente de todos los colombianos, e inicie desde ya el tortuoso recorrido de tan noble propósito.

Sí, nosotros y el doctor Nieto vamos a inaugurar la era del origen democrático de una candidatura, avalada por los que siempre han escogido a dedo y refrendada abrumadoramente en las urnas.

Doctor Rafael Nieto Loaiza:  salve usted la patria.


PS: Wilhelm Dilthey: Es el pensador germánico más importante  del historicismo de su pais. Su proyecto, Crítica de la Razón Histórica.


martes, 26 de noviembre de 2019






SI PETRO HUBIERA SIDO EL PRESIDENTE

Por Peloecaña

Imaginemos por un momento que las elecciones presidenciales últimas en Colombia hubieran significado el triunfo del candidato Gustavo Petro Urrego, esto podríamos estar viviendo hoy:

Claudia López no sería la alcaldesa electa de Bogotá, porque sería la Ministra estrella del Nuevo Orden.

El Ministro de Defensa sería sin duda un tal Timochenco.

El Ministro de Salud sería el médico acupunturista, Roy Barreras.

El Ministerio de Educación lo ejercería el Presidente de Fecode.   

La Cancillería sería ejercida de manera supereficiente, por un tal Granda, que ya tiene experiencia en  cargo similar en nombre de  las farc.

Ustedes, mis amables lectores, por favor, completen el gabinete.

La Fiscalía General de la Nación estaría en las inmaculadas y límpidas manos del jurista Ramiro Bejarano, como cuota del samperismo.

Las Fuerzas Militares de Colombia contarían con un 50% de cubanos; un 20% de nicaragüenses; un 25% de  venezolanos, y un 5% de colombianos, todos acreditados militantes de las farc y el Eln; y la Policía estaría comandada por el senador Cepeda, quien tendría su delegado en todas la penitenciarías del país.

El embajador ante la Casa Blanca, para guardar las apariencias, sería el excandidato derrotado, Iván Duque Márquez, como cuota del santismo.

Como los medios de comunicación deben estar sometidos a la censura previa, para que digan y opinen acordes con el régimen del Nuevo Orden y las noticias solo atenderán la verdad del gobierno, éste creará un nuevo Ministerio, el de la verdad verdadera, que reemplazará la Comisión de la Verdad, y para observar aquello de la igualdad de género lo ejercerán como en Fuente Ovejuna, los dos a una, Daniel Coronel y María Jimena Duzán.

El Capellán Castrense, con el grado de General, será el General de cuatro soles, arzobispo de Cali.

El paro del 21 de noviembre de 2019 no hubiera sucedido, por falta de motivos; la nación, el país y el Estado estarían en pleno orden y la justicia social plenamente realizada; no habría razones de inconformismo.

Pero como todo gobierno es susceptible de equivocación, dada la humana condición de los gobernantes, se incurriría en pequeños errores, como por ejemplo comprar toda la chatarra de equipo militar existente en Cuba, Nicaragua y Venezuela, para dotar las Fuerzas Militares de Colombia, para no olvidar la costumbre ejercida por el presidente, cuando fue alcalde de Bogotá, y adquirió los equipos recolectores de la basura para la capital.

En cuanto al poder judicial, éste se mantendrá intacto en cuanto a su nómina y a sus procederes; las cosas como están son la impronta del régimen.

Perdónenme por no abarcar todo el tema.



domingo, 10 de noviembre de 2019





PÍLDORAS PARA LA MEMORIA

Por Peloecaña

Empiezo este artículo citando la primera frase del Mesías de Handel, obra del escritor y brillante humanista liberal, Dr. Enrique Caballero Escovar: "Es bien curioso esto, y yo me quedo boquiabierto ante tan escarpada contradicción: la historia se teje en la memoria, pero la política se alimenta de amnesia."

Lucas Caballero narró cómo en su época de estudiante en el Colegio Mayor de San Bartolomé capaba clase para irse al recinto del Senado a escuchar los debates promovidos y adelantados por el Dr.Laureano Gómez Castro, a quien los comentaristas de su época llamaron el  Cancerbero de la Moral Pública, y de quien el Maestro Guillermo Valencia dijo: "Es un monstruo a quien solo se puede amar u odiar."

Cuenta Klim que, en tiempos en que el Monstruo ejercía la política, los ministros de entonces, una vez posesionados del cargo, lo primero que hacían era escribir su renuncia, con fecha abierta, y si llegaban a ser citados al Parlamento por el Júpiter Tronante, Don Laureano, una vez aprobada la proposición de citación, abrían el escritorio, fechaban la renuncia y se la entregaban al señor Presidente.

Por entonces estaba en plena vigencia la Constitución de Caro y Núñez, la de 1886, y el sistema de gobierno era plenamente presidencial y no era híbrido cómo lo volvió la Constitución de De la Calle y Gaviria; nadie vislumbraba por entonces la moción de censura. Siempre es que algo va de Miguel Antonio Caro a Humberto de la Calle y de Rafael Núñez a César Gaviria.

En el año de 1943, segundo mandato del Dr. Alfonso López Pumarejo, ocurrieron dos sucesos, que marcan un hito en la historia de Colombia, que tejieron la historia patria, y que padecieron la amnesia en la política.

El asesinato de Francisco A. Pérez, más conocido como mamatoco, periodista y boxeador, oriundo  de ese caserío de Santa Marta, y el negociado de las acciones de la Handel.

Dijeron los tejedores de la historia, que mamatoco se enteró de que un hijo del presidente López Pumarejo fue sorprendido en el parque nacional, dentro de su automóvil, con una dama no tan dama, esposa de un figurón de la política, jalándole al maniculiteteo; temerosos del escándalo que esa noticia iba a provocar, resolvieron silenciarlo y, con tretas y engaños, llevaron al periodista boxeador al parque Santos Chocano, ubicado en el barrio la Magdalena, carrera 15 con calle 39 de Bogotá, y lo cosieron a puñaladas el 15 de julio de 1943.

El mismo hijo del Ejecutivo, en ese año culminó con éxito el negociado de las acciones de la Handel, compañía de empresarios alemanes, propietarios de Bavaria, la misma cervecería que aún existe hoy.

Pues bién, el Dr. Alfonso López Michelsen se aprovechó, en este caso, por tener información privilegiada, de que Colombia, presidida por su padre, le iba a declarar la guerra a Alemania y, como consecuencia de tal declaratoria, confiscaría todos los bienes de propiedad de súbditos alemanes y, entonces, les propuso que en vez de perderlo todo, él en acto de generosidad y filantropía, les compraría para sí y su círculo de amigos las acciones de la empresa cervecera; pero, desde luego,  a precios irrisorios, como en efecto sucedió, todo con la anuencia y complicidad del gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo.

Esta vez no fue el Dr. Laureano Gómez el citante del debate, como en el caso Mamatoco, ahora el guardián de la decencia de la República Liberal fue el Senador de ese Partido y compañero de oficina, de Alfonso López Michelsen, también de la cúpula de la colectividad gobernante, Dr. Enrique Caballero Escovar, quien en memorable debate el 14 de noviembre de 1944, (la semana entrante se cumplen 75 años del suceso) daba detalles y adjuntó pruebas del negociado, durante las sesiones que se llevaron a cabo,  también los días  29 y 30 del mismo mes.

Dijo el  entonces senador Liberal: "En todo caso, conservar un amigo y, singularmente, conservar sus enemigos predilectos, es casi imposible en política. Y no muy aconsejable. No son ni la elegancia espiritual ni la consecuencia, frecuentes en el mundo de la vida pública; parecen ser virtudes abstencionistas. Y mantener vivo el incómodo reflejo condicionadodel ascoante ciertas bellaquerías, es algo que lo saca a uno del ejercicio de la política, para la cual, como para la cirugía o para la medicina legal -que diagnostica el grado de putrefacción de los cadáveres exhumados-, se necesita algo que yo demostré desde el primer momento no tener, para mi desgracia o fortuna: buen estómago."

Son los herederos de Alfonso López Michelsen los actuales dueños de la revista Semana, fieles y leales servidores de la elegancia y rectitud en el ejercicio del periodismo y, sin duda, los más autorizados guardianes de la moral pública.

Después de estas píldoras para la memoria, debo hacer una comparación que me cuesta lo indecible hacer, por el talante y aquilatadas virtudes de los comparados; por una parte los doctores Laureano Gómez Castro y Enrique Caballero Escovar, varones insignes e ilustres, auténticas figuras de nuestra historia, y por oposición, los autoproclamados hoy guardianes de la institucionalidad, sujetos sobresalientes por su inopia  intelectual, su insolvencia ética y su alma oscura y apagada.

El senador Cepeda, rata de calabozo, que acude a las cárceles a ofrecerles privilegios y prebendas a los  delincuentes privados de libertad, a cambio de que declaren contra personas decentes, pero indefectiblemente sus contradictores.

El senador Roy Barreras, que buscó al presidente Uribe para que le apadrinara su hijo porque necesitaba un compadre Presidente de la República, y que tiene que aclararle muchas cosas a los amnésicos de la política.

Gustavo Petro, el más vergonzante de quienes han ejercido la Alcaldía de Bogotá, y el más patético enemigo de Colombia.

Y el senador Benedetti, otrora uribista y siempre pelechador de los bienes y fondos del Estado.

Ninguno de los cuatro, ni individualmente ni en gallada, podrán soportar el peso abrumador de la grandeza de los prohombres por naturaleza.  Los liliputienses nunca pudieron con Gulliver.

Me  es imposible admitir, por mera asepsia moral, que haya sujetos tan ruines que hagan de las víctimas menores de edad, de una acción militar, ética y moralmente válida, auto cabeza de proceso contra un gobierno legítimo que recibió, sin beneficio de inventario, la herencia funesta de los diálogos de La Habana y, en un alarde de alharaca y melodía carnavalesca, profieran una sentencia envenenada, sin la más mínima alusión a los responsables absolutos de la presencia de esos muchachos en el sitio de su sacrificio, la guerrilla colombiana.

Hay personas que creen que el cerebro no se hizo para pensar; opinan que hay que cavilar con la vesícula biliar.