Por Peloecaña
Quienes admiramos a la persona que con
tanta dignidad y decoro nos representa, estamos obligados a ser celosos
guardianes de su buen nombre y a velar porque, al fragor de la batalla, el
humo de la pólvora no le impida claridad y nitidez en sus conceptos y
mesura permanente en sus juicios.
Flaco servicio prestan los aduladores de
oficio, los claques profesionales, a quien todos hemos encomendado tan
onerosa y delicada tarea.
En la emisión correspondiente al día de
ayer 4 de abril de 2017, en la sección Al Oído, el más insistente
exaltador de las opiniones del Director, doctor Fernando Londoño Hoyos, lanzó
las campanas al vuelo y tocó a somatén, porque el más aristocrático columnista
de la revista Semana, don Antonio Caballero Holguín, escribió acerca del
General Naranjo, nuevo vicepresidente de la República.
Es don Antonio pariente de la señora Canciller
colombiana y hermano del pintor Luis Caballero, protagonista notable del
opúsculo EL TIO al lado de don Hernando Santos Castillo, tío a su vez del
presidente Santos. Puro estrato 6, y el único ser humano que se puede dar el
lujo de no ser amigo de alguien.
Pues bien, don Antonio Caballero Holguín
también es taurófilo estrato 6 y a veces comete crónica taurina.
El buen William creyó descubrir el agua
tibia y para exaltar a su jefe, el doctor Londoño, pretendió que Caballero era
un copietas del Director de LA HORA DE LA VERDAD y a grito partido
reclamaba que el doctor Londoño lo dijo primero, el doctor Londoño lleva años
diciéndolo, el doctor Londoño lo dijo primero, "lo dijo primero, lo
dijo primero, lo dijo primero, ra, ra, ra", refiriéndose a las calidades
vergonzosas y peligrosas del nuevo vicepresidente.
Permítanme, amables lectores, pretender una
crónica taurina de este episodio doloroso de la vida colombiana.
Caballero no está haciendo una crítica al
General Naranjo, burel de la ganadería afincada en Manizales, patria del mejor
toro del mundo, claro que no se trataba de la ganadería de Dos Gutiérrez.
Si acaso se queja de la dificultad de
descifrar su fenotipo, no se sabe si es berrendo, tampoco se puede definir como
ojo de perdiz, no es alto de agujas, tampoco es bragado meano, en fin, es un
enigma, como bien lo define Caballero citando a Churchill cuando se refiere a
la Unión Soviética: "Es una adivinanza, es un misterio dentro de un
enigma".
Caballero no emite juicio alguno sobre la
casta o no del vicepresidente Naranjo.
Eso fue lo que William no entendió; por eso
su clamoroso grito, reclamando para su jefe, el doctor Londoño, todos los
méritos por la descripción que ha hecho después de su atentado, del
Vicepresidente Naranjo.
En su afán por reclamar justicia para
el doctor Londoño, seguramente su apologista oficioso, no leyó el artículo
completo.
Si lo hubiera hecho, habría descubierto que
las banderillas de castigo fueron para el ganadero doctor Uribe y para el
mayoral de ayer, Ministro Santos, por
haber mandado al matadero, nueve cinqueños con más méritos que el utrero
Naranjo, quien pasó de novillo eral a padrote de la vacada.
Le correspondió la lidia del toro
adelantado a base de pienso y hormonas, al diestro de Manizales, matador
Londoño, quien a pesar de su sapiencia taurina, por haber toreado en muchas
plazas, no le logró ligar faena, apenas capotazos sueltos, muletazos
deshilvanados, ligazón ninguna.
A pesar de su insistencia y de su
reconocida solvencia, por sus efectivísimos estoconazos, Naranjo el burel de
dudosa casta, regresó vivo a los corrales, el maestro oyó los tres
avisos, y el nuevo propietario de la ganadería, Juan Manuel
Santos, le salvó la vida, le prodigó los mejores veterinarios y hoy es el
semental de la dehesa.
El doctor Londoño se emocionó con la chiva
de William y reclamó ufano el haber descubierto y denunciado, antes que
nadie, que Naranjo era un descastado.
Lo que Caballero buscaba, y logró, no fue
dejar en evidencia al General Naranjo; fue denostar contra Santos y contra el
doctor Uribe y especialmente contra el doctor Londoño.
En los siguientes términos se refiere el
columnista estrella de Semana al Director
Propietario de LA HORA DE LA VERDAD: "El exministro
sinuoso uribista Fernando Londoño".
No por mucho madrugar amanece más temprano.
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