LAS SOLIDARIDADES QUE MATAN
Por Peloecaña
Los medios de comunicaciones están llenos de escribidores, cuyas plumas
están siempre en venta. La principal casa de empeño es la revista Semana,
de propiedad del hijo del expresidente López Michelsen y en sus vitrinas
figuran prototipos de todas las especies.
Uno de esos ejemplares puede ser tan exitoso como la mujer
barbuda de cualquier circo y se conoce como Daniel Coronel.
Nunca oprime una tecla de su computadora sin antes estar seguro de que su
producción lleva la impronta de un mentiroso consuetudinario, opinador sesgado
y destilador de hiel que abiertamente siempre circula en contravía con la
verdad.
Dios libre a los personajes nacionales de recibir sus elogios o reconocimientos;
éstos casi nunca suceden, pero cuando ocurren se convierten en un estigma y un
motivo de sospecha y vergüenza para quien los recibe.
Esas son adhesiones que matan, opiniones vergonzantes, máculas indelebles;
contrario sensu, las críticas negativas y los dardos envenenados de
Coronel deben ser leídos, tomados e interpretados en el sentido absolutamente
opuesto al contenido de su texto.
En su última emanación de detritus publicada en Semana, el Coronel que
tiene más de ranchero que de oficial de alta graduación, se solaza refiriéndose
al exprocurador, doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, como el personaje cuya
única dieta es la mermelada y lo acusa de haber perpetuado su poder, a través
de la Vicepresidencia de la Ética y Cumplimiento de Ecopetrol, unidad de
control de reciente creación, en la más importante empresa
estatal colombiana.
Como algo inherente a su condición personal, como impronta indefectible de
su talante, debe ser consecuente con su intolerancia, esa es su mejor manera de
hacer méritos como librepensador, y diverso y respetuoso de la opinión
ajena; entonces, el argumento más sólido, para descalificar al actual
Presidente de Ecopetrol, es tildarlo de militante en el Partido
Conservador. ¡Viva la libertad de opinión!
Su escrito en el último número de la revista Semana es la más rotunda de
las maneras de vetar unos profesionales sabios y probos, a quienes condena por
ser reos del delito de solvencia profesional, integridad moral y por estar
contaminados de la lepra de haber sido alguna vez colaboradores y amigos del
doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, católico practicante y conservador
orgulloso de su partido, hasta que hubo de abandonarlo, porque los sostenes del
régimen que se dicen conservadores, son iguales a Daniel Coronel.
Los infundios del escribidor de marras son tan inaceptables y alejados
de la verdad que los voceros de Ecopetrol no los podían aceptar, y de inmediato
los rechazaron mediante un comunicado pertinente y puntual, que desnuda al
panfletario y lo deja literalmente en cueros y con las peladuras a la vista de
todos sus lectores.
No es la primera vez que le sucede; pero el sujeto no aprende, persiste en
vivir de error en error, de inexactitud en inexactitud, y harto, él sí, de
mermelada y mala fe.
Si el doctor Ordóñez Maldonado es señalado por Daniel Coronel de delitos o
actitudes censurables que nunca ha cometido, es porque es un hombre
decente que merece el respaldo de sus conciudadanos.
Ya tendrá Coronel en mente las diatribas contra otros candidatos opuestos
al régimen que lo mantiene y le llena el estómago de mermelada que,
inevitablemente, termina en las cloacas.
Estabais hablando de los que destilan hiel en sus escritos? "Señor" peloecaña, como el cangrejo se clavo el aguijon en su propia cabeza y con su propio veneno.
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