martes, 28 de noviembre de 2017




LOS  PRECANDIDATOS PRESIDENCIALES DEL CENTRO DEMOCRÁTICO

Por Peloecaña

Antes que nada voy a referirme a los precandidatos a ser ungidos como escogidos oficialmente para llevar las banderas del Centro Democrático, como propuesta de ese partido, para ser alternativa clara de poder, frente al continuismo del régimen y el riesgo pavoroso de que sea el candidato de las FARC.

Personajes de lujo, los candidatos del Centro Democrático, de prosapia conocida y de atestados académicos, políticos y que han dejado huella indeleble a su paso por el servicio público,  y de comportamiento personal y social normal, que de lejos superan a los candidatos de otros partidos. 

El Dr. Carlos Holmes Trujillo García, nacido en Cartago, Valle, el 23 de septiembre de 1951, es el menos joven de todos, su tránsito por la política empezó en su casa, ya que su padre fue destacado dirigente liberal en su departamento y en el país y un auténtico hito de la oratoria colombiana.

Pero él brilla con luz propia. Fue el primer alcalde popular de Cali, parlamentario, constituyente, varias veces ministro y diplomático de reconocida experiencia; candidato a la vicepresidencia de la República en el mismo tarjetón del Dr. Oscar Iván Zuluaga. Lujo ahora y siempre, de opción de poder.

La Dra. María del Rosario Guerra de la Espriella nació en Sincelejo, Sucre, el 15 de octubre de 1961, con experiencia suficiente y en plena flor de juventud; hija de uno de los más conocidos gamonales y terratenientes de su región, Don Julio Guerra Tulena, connotado defensor del presidente Samper en su mandato; su hermano Antonio, senador en ejercicio como ella, pero por Cambio Radical.

Es actualmente senadora del Centro Democrático, ha sido ministra exitosa y, desde luego, hace gala de suficientes méritos académicos. Para ganarse mejor los afectos del Dr. Uribe Vélez comete la irreverencia de ofrecerle la candidatura a la vicepresidencia, si obtiene el premio mayor de la candidatura presidencial.

Si al Dr. Oscar Iván Zuluaga le congeló el expresidente Uribe sus aspiraciones a repetir candidatura, hasta que se aclare su situación personal frente a Odebrecht, a  la Dra. Guerra de la Espriella, el Dr. Uribe debe medirla con el mismo rasero, hasta que se aclare la situación de su hermano Antonio, señalado como coprotagonista de la operación bulldozer, por aquello de que el hermano de la posible candidata no solo debe ser honesto, sino parecerlo.  ¡Otra vez Odebrecht!

El Dr. Iván Duque Márquez,  oriundo de Bogotá, nació el 1º de agosto de 1976, todavía disfruta plenamente de su juventud, llena de experiencia;  también delfín de un eminente jefe liberal de Antioquia, que ejerció como tal durante un tiempo en Cundinamarca, amigo fiel y leal del Dr. Julio César Turbay Ayala.

El Dr. Iván Duque, senador del Centro Democrático, su curul colinda con la del Dr. Álvaro Uribe Vélez, fundador y director de esa colectividad; hombre de gran inteligencia, destacado hacendista público, y economista brillantísimo, pero desconectado totalmente de la ideología y los principios de su partido, por su afinidad y cercanía con el magnate Soros, que prohija el aborto, el matrimonio entre parejas del mismo sexo y, por ende, la igualdad de género, y que patrocina varias ONGs proclives  a la guerrilla de las FARC.

Quienes conocen la trayectoria política del Dr. Duque no dudan en considerarlo el más nítido y seguro amigo del continuismo de Santos; además, no fue leal con el presidente Uribe en su discrepancia con el periodista Samper Ospina ni con su compañera de bancada, Paloma Valencia Laserna, ni con su hijita Amapolita. 

Le debe una explicación al Dr. Oscar Iván Zuluaga, si lo acompañó al Brasil, a su encuentro con el funcionario de Odebrecht, como notario o como inductor.

De igual manera le debe otra explicación al Dr. Uribe como gamonal del Ubérrimo y a María del Rosario Guerra nítida integrante del gamonalato de terratenientes de Sucre a quienes hay que expropiar.

La Dra. Paloma Valencia Laserna nació en Popayán el 19 de enero de 1978, es la benjamín del grupo de notabilísimos colombianos, encarna otra historia, debe seguir la ruta de sus mayores, está llamada a ser la primera mujer presidenta en la historia de Colombia.

Para fortuna de la Patria, su lozana juventud y su inteligencia brillantísima le significan la oportunidad de prepararse mejor, para ejercer las responsabilidades a que está llamada.

Como el Dr. Rafael Nieto Loaiza es el candidato de mis afectos y preferencias, les ruego me acepten, que en el próximo escrito me refiera al por qué de mis querencias y a su figura destacadísima y cimera.


domingo, 26 de noviembre de 2017





EL EJERCICIO A LA LEGÍTIMA DEFENSA. (Vim vi repelere permititur).


Por Peloecaña

Hay verdades que no necesitan ser demostradas y se llaman axiomas. La tendencia antropofágica de Antonio Caballero es un axioma; él se alimenta de sus congéneres, pero en su dieta hay platos que más le apetecen: desayuna con conservadores bien cocinados y duros; almuerza con la memoria de Laureano Gómez y últimamente hay un plato nuevo, carne asada de uribismo para la cena.

Leyendo la edición electrónica de Semana, porque debo dejar constancia de que no le gasto un cinco a comprar la edición impresa, leí entre divertido y piedrudo, la columna de ese ameno escribidor; es de antología y nos demuestra claramente que al Partido Liberal, su partido, le importa una higa la paz entre los colombianos.

Quizá los pocos años vividos en Tipacoque, durante su infancia, en los que tuvo que soportar la altivez y el genio un poco arisco de sus vecinos los chulavitas de Boavita, lo marcaron para siempre, y de manera indeleble, contra los copartidarios de su señora madre, doña Isabel Holguín.

La prosapia de Antonio es rica en próceres conservadores. Su tatarabuelo, don José Eusebio Caro, es nadie menos que el cofundador del Partido Conservador, y su bisabuelo es Don Miguel Antonio Caro, conservador como el que más,  inspirador de la Constitución de 1886, y también están en las ramas de su árbol genealógico los expresidentes conservadores, don Carlos Holguín y don Jorge Holguín, y su tío Lucas Caballero, se casó con doña Isabel Reyes de Caballero, goda hasta la médula, de pistola al cinto, y descendiente y nieta del expresidente Rafael Reyes.

Vaya a ver, por qué don Eduardo Caballero Calderón y su hermano Lucas, tan liberales los dos, escogieron damas de tanta alcurnia conservadora, para ser madres de sus hijos. Cosas del amor que siempre han estado por encima de la política, salvo en los matrimonios por conveniencia.

Retrocediendo en la línea ancestral de Antonio Caballero Holguín indefectiblemente tendremos que llegar a Ocaña, a las hermanas Ibáñez.

Su hermano, el pintor Luis Caballero, es personaje rimbombante del opúsculo El Tío, escrito por Félix Marín.

En su eructo de hoy que, caballero con minúscula, tituló Disciplina para perros, su pluma se llena de la baba propia de los perros hidrofóbicos, contra quienes tienen la fortuna de no pensar como él, si es que piensa; más bien muerde indiscriminadamente, como el can enfermo de hidrofobia, cuya cabeza terminaba siempre en las instalaciones del Instituto Samper Martínez.

Sus mordiscos aleves y a traición y sus dentelladas enfermizas, apuntaron hoy a Juan Carlos Vélez;  a Oscar Iván Zuluaga; a los cinco precandidatos del Centro Democrático, quien con la boca llena llama "perros"; contra Álvaro Uribe Vélez, a quien llama "el domador" y contra Laureano Gómez, cuya memoria pretende ofender denominándolo "el despótico".

Antes de vomitar su escrito, antonio caballero confundió sus señalados como perros, consigo mismo.

Él se autodescribe como lo que es, un perro rabioso, que tiene mucho pedigrí, pero que se avergüenza de él.


¡Qué triste y doloroso debe ser víctima de la hidrofobia y no encontrar un veterinario amigo que lo discipline como lo que es, un perro rabioso!

miércoles, 22 de noviembre de 2017







LA  ANTIDIALÉ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽LEverdad está ausente,tor “”ÉCTICA


Por Peloecaña

Entre las varias acepciones que la palabra "dialéctica" tiene en el diccionario de la Real Academia, he optado por la siguiente: "Serie ordenada de verdades o teoremas, que se desarrollan en la ciencia o en la sucesión encadenada de los hechos".

Como la verdad es elemento esencial en la definición anterior, es por lo que me voy a ocupar, con la venia y la paciencia de todos, de la antidialéctica, es decir de la antítesis de la verdad.

No es cierto, es mentira, que el doctor Oscar Iván Zuluaga Escobar haya sido vetado por el doctor Álvaro Uribe Vélez; él jamás lo ha vetado. Su entendible posición frente a las aspiraciones del anterior candidato presidencial del Centro Democrático no es más que el ejercicio pleno de ser fiel centinela y protector de parte del expresidente, para con los intereses políticos del fementidamente vetado, para con su familia y para con su futuro político.

Tampoco es cierto que los integrantes de la Misión Carismática se hayan apartado del Centro Democrático como respuesta al inexistente veto a la reiterada  precandidatura presidencial del doctor Oscar Iván Zuluaga.

La Misión Carismática se fue del Centro Democrático porque es consecuente con sus creencias y principios religiosos, que le impiden coincidir con los anuncios y pregones del precandidato doctor Iván Duque, que hacen apología del aborto, del matrimonio homosexual y de la igualdad de género, así como su intención de avalar, desde un hipotético gobierno suyo, el de Duque,  el raquitismo de la propiedad privada, tesis todas también en contravía con los postulados del nuevo partido, el Centro Democrático.

También debían irse del Centro Democrático los eventuales gamonales, terratenientes de la costa norte colombiana.

Desde luego, es antidialéctico el ejercicio ecléctico en materia de moral pública; la privada es de cada quien y nadie puede pretender siquiera husmear en ella.

Que alguien me convenza de que la vigencia del General Naranjo es cuestionable, por la existencia de su hermano el narcotraficante, y la de otros personajes es intocable, cuando se trata de valorar la conducta de los hermanos de  esos personajes, para ellos si inalcanzable el juicio de la opinión pública, por su afición a ser operadores de bulldozer "Caterpillar".  

También define el término bulldozer el Diccionario de la Real Academia, así: "Maquina automóvil de gran potencia, provista de una pieza delantera móvil de acero, que le permite abrirse camino removiendo obstáculos".

Perdón por mi tendencia a ser siempre respetuoso de la autoridad legítimamente constituída, pero el Diccionario de la Real Academia  es la máxima autoridad en la materia, en el ámbito del idioma español.

¡Que rara coincidencia, o mejor que ironía! el bulldozer se emplea en la construcción  de carreteras, y Odebrecht es la empresa más corruptora del régimen y construye carreteras.

El doctor Uribe debía ejercer la misma protección que está ejerciendo frente al doctor Oscar Iván Zuluaga, en el caso de la doctora Guerra de la Espriella, mientras se aclara, por lo menos, la situación judicial de su hermano Antonio, los dos miembros del gamonalato político de Sucre. 

Por algo la Constitución exime a los colombianos de declarar contra sí mismos, contra sus cónyuge o pareja y contra sus consanguíneos, parientes afines y civiles, en determinado grado de parentesco.

Entiendo, desde luego, que en el ejercicio de la política es usual aquello de mandarle razones a Santander para que las entienda Bolívar, y también acepto que se use la práctica billarística de preferir la ejecución de la floritura, para una carambola bola a bola, que le brinda al jugador la satisfacción   del espectáculo de una a tres o más bandas, aun corriendo el riesgo de un tas tas.

En La Hora de la Verdad se solazan  cuando entrevistan a la doctora Guerra, como si los operadores de bulldozer fueran una ficción moral. Ni tanto honor ni tanta indignidad.

Por eso escribo de la antidialéctica, porque en ella la verdad está ausente y me acuerdo de los tiempos brillantes pero opacos de la ANAPO, cuando se hablaba de la dialéctica de la yuca.



domingo, 19 de noviembre de 2017





MAS  ACERCA DE LA VERDAD


Por Peloecaña

Alguien asumiendo facultades que no se ajustan a la verdad, porque nacen de los Acuerdos de La Habana, que les han dado mentirosamente categoría de Tratado o Pacto Internacional Público, y que nunca la han tenido, por ausencia plena de titularidad de uno de los autores de esa farsa,  las FARC, ya que no es ese grupo terrorista sujeto de derecho Internacional Público, creó algo que han dado en llamar ampulosamente, Comisión de la Verdad.

Además esos acuerdos, fruto de los monólogos de La Habana, fueron sometidos al arbitrio popular, y la decisión mayoritaria de los colombianos, emitida el 2 de octubre de 2016, determinó su inexistencia.

En ninguna disposición legal, constitucional o supraconstitucional está estatuido o normalizado que los más connotados voceros de los triunfadores del Plebiscito, ni el Gobierno derrotado podían cambiar la manifestación de la voluntad popular.

La verdad no es propiedad inalienable de las FARC, ni de quienes disienten de la guerrilla izquierdista, mamerta y marxista, ni de los epígonos de la derecha; la verdad no tiene dueños; la verdad, es lo que es, y nada más. "Ego sum qui sum".

Bueno, pues los usurpadores de la verdad se tomaron abusivamente la licencia de escoger un grupo de personas homogéneamente marxista, nítidamente marxista, marxista AAA para conformar tan exclusiva comisión.

Para pertenecer a tan vergonzante colectivo, había que tener méritos probados de su afinidad ideológica, operativa y terrorista con las FARC, y quien no estuviera calificado con la excelencia frente a tales ítems, estaba automáticamente eliminado; no daba la talla.

Encontrados los apologistas del delito, los encubridores y los cómplices de todas las andanzas por la violación al Código Penal y al Derecho Internacional Humanitario, hallaron rápido el presidente de ese engendro diabólico, nadie menos que un sacerdote católico, que debe obediencia y lealtad a unos principios éticos, filosóficos y teológicos.

Sostienen los entendidos y sabios de la Iglesia, que el sacerdocio imprime carácter y por eso pregonan: "sacerdos alter Cristus in eternum".

Entonces a quien preside esa comisión, hija putativa del autor de la siguiente perla,  que llegó a la conclusión de que la responsabilidad del violencia partidista en Colombia es de la Iglesia Católica, el Partido Conservador y Laureano Gómez, lo colocan en complicado dilema:

Si la Iglesia, de la cual es pastor, es génesis de la violencia colombiana en el siglo XX, o está en la obligación de desmentir tan enajenada afirmación y,  entonces, ese mentís es causal de inhabilidad para pertenecer a la Comisión de la Verdad y, con mayor razón, para presidirla; o debe apostatar ya de la fe de Cristo, de las constituciones expedidas por Iñigo López de Recalde, San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, SJ, de la cual es miembro y abrazar definitivamente la causa de la verdad de las FARC.

Por lo menos, por aparentar, el Padre De Roux, debe empezar su mandato, citando a los doctores Álvaro Uribe Vélez, para que le repita al país cómo las FARC asesinaron a su padre e hirieron de gravedad  a su hermano; Fernando Londoño Hoyos, para que, en su condición de jurista connotado y javeriano jesuítico insigne, le narre a Colombia la versión del atentado del que fue víctima; al excanciller Araujo, para que diga la verdad de su secuestro; a la Senadora Sofía Gaviria, a que exponga lo que sepa y le conste, acerca del secuestro y asesinato de su hermano.

Al candidato presidencial y exvicepresidente, Germán Vargas Lleras, para que nos refresque la memoria respecto a la mutilación de una de sus manos; al senador Oscar Tulio Lizcano y a su hijo expresidente del  Congreso, y  pasarán los años sin que hayan podido oír a todas las víctimas de la guerrilla marxista. 

También deberán  escuchar, en honor a la verdad,  a los hijos de Luis Carlos Galán Sarmiento; a la familia del doctor Álvaro Gómez Hurtado; a Alberto Santofimio Botero; al exfiscal Montealegre; al Senador Horacio Serpa Uribe; al expresidente Ernesto Samper Pizano.

Al exfiscal anticorrupción, Moreno; a los magistrados y parlamentarios por él denunciados.

Al Almirante Arango Bacci; a los Coroneles Plazas Vega y Mejía Gutiérrez, y a todos los militares víctimas de jueces copartidarios de la guerrilla marxista leninista.  

Desde luego, es moralmente obligatorio escuchar a los militantes del colectivo de abogados, a las víctimas del establecimiento, y después de analizar objetivamente la verosimilitud de esos testimonios y decires y la Comisión de la Verdad, está en la obligación de exaltarla, pero no aceptamos que se intente señalar otros responsables, como los sindicados por sus predecesores.

Ahora deberán ser, la jerarquía eclesiástica católica y de las iglesias cristianas, el Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, Andrés Pastrana Arango, Alejandro Ordóñez Maldonado y Martha Lucía Ramírez.