MAS ACERCA DE LA VERDAD
Por
Peloecaña
Alguien asumiendo facultades que no se ajustan a la verdad, porque nacen de
los Acuerdos de La Habana, que les han dado mentirosamente categoría de Tratado
o Pacto Internacional Público, y que nunca la han tenido, por ausencia plena
de titularidad de uno de los autores de esa farsa, las FARC, ya
que no es ese grupo terrorista sujeto de derecho Internacional Público, creó
algo que han dado en llamar ampulosamente, Comisión de la Verdad.
Además esos acuerdos, fruto de los monólogos de La Habana, fueron sometidos
al arbitrio popular, y la decisión mayoritaria de los colombianos, emitida el 2
de octubre de 2016, determinó su inexistencia.
En ninguna disposición legal, constitucional o supraconstitucional está
estatuido o normalizado que los más connotados voceros de los triunfadores del
Plebiscito, ni el Gobierno derrotado podían cambiar la manifestación de la
voluntad popular.
La verdad no es propiedad inalienable de las FARC, ni de quienes disienten
de la guerrilla izquierdista, mamerta y marxista, ni de los epígonos de la derecha;
la verdad no tiene dueños; la verdad, es lo que es, y nada más. "Ego sum qui sum".
Bueno, pues los usurpadores de la verdad se tomaron abusivamente la
licencia de escoger un grupo de personas homogéneamente marxista, nítidamente
marxista, marxista AAA para conformar tan exclusiva comisión.
Para pertenecer a tan vergonzante colectivo, había que tener méritos
probados de su afinidad ideológica, operativa y terrorista con las FARC, y
quien no estuviera calificado con la excelencia frente a tales ítems, estaba
automáticamente eliminado; no daba la talla.
Encontrados los apologistas del delito, los encubridores y los cómplices de
todas las andanzas por la violación al Código Penal y al Derecho Internacional
Humanitario, hallaron rápido el presidente de ese engendro diabólico, nadie
menos que un sacerdote católico, que debe obediencia y lealtad a unos principios
éticos, filosóficos y teológicos.
Sostienen los entendidos y sabios de la Iglesia, que el sacerdocio imprime
carácter y por eso pregonan: "sacerdos
alter Cristus in eternum".
Entonces a quien preside esa comisión, hija putativa del autor de la
siguiente perla, que llegó a la conclusión de que la responsabilidad del
violencia partidista en Colombia es de la Iglesia Católica, el Partido
Conservador y Laureano Gómez, lo colocan en complicado dilema:
Si la Iglesia, de la cual es pastor, es génesis de la violencia colombiana
en el siglo XX, o está en la obligación de desmentir tan enajenada
afirmación y, entonces, ese mentís es causal de inhabilidad
para pertenecer a la Comisión de la Verdad y, con mayor razón, para
presidirla; o debe apostatar ya de la fe de Cristo, de las constituciones
expedidas por Iñigo López de Recalde, San Ignacio de Loyola, fundador de la
Compañía de Jesús, SJ, de la cual es miembro y abrazar definitivamente la
causa de la verdad de las FARC.
Por lo menos, por aparentar, el Padre De Roux, debe empezar su mandato,
citando a los doctores Álvaro Uribe Vélez, para que le repita al país cómo las
FARC asesinaron a su padre e hirieron de gravedad a su hermano; Fernando Londoño Hoyos, para que,
en su condición de jurista connotado y javeriano jesuítico insigne, le narre a
Colombia la versión del atentado del que fue víctima; al excanciller Araujo, para
que diga la verdad de su secuestro; a la Senadora Sofía Gaviria, a que exponga
lo que sepa y le conste, acerca del secuestro y asesinato de su hermano.
Al candidato presidencial y exvicepresidente, Germán Vargas Lleras,
para que nos refresque la memoria respecto a la mutilación de una de sus
manos; al senador Oscar Tulio Lizcano y a su hijo expresidente del
Congreso, y pasarán los años sin que hayan podido oír a todas las
víctimas de la guerrilla marxista.
También deberán escuchar, en honor a la verdad, a los hijos de
Luis Carlos Galán Sarmiento; a la familia del doctor Álvaro Gómez Hurtado; a Alberto Santofimio Botero; al exfiscal Montealegre; al
Senador Horacio Serpa Uribe; al expresidente Ernesto Samper Pizano.
Al exfiscal anticorrupción, Moreno; a los magistrados y parlamentarios por
él denunciados.
Al Almirante Arango Bacci; a los Coroneles Plazas Vega y Mejía Gutiérrez, y
a todos los militares víctimas de jueces copartidarios de la guerrilla marxista
leninista.
Desde luego, es moralmente obligatorio escuchar a los militantes del
colectivo de abogados, a las víctimas del establecimiento, y después de
analizar objetivamente la verosimilitud de esos testimonios y decires y la
Comisión de la Verdad, está en la obligación de exaltarla, pero no
aceptamos que se intente señalar otros responsables, como los sindicados
por sus predecesores.
Ahora deberán ser, la jerarquía eclesiástica católica y de las iglesias
cristianas, el Centro Democrático, Álvaro Uribe Vélez, Andrés Pastrana
Arango, Alejandro Ordóñez Maldonado y Martha Lucía Ramírez.
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