EL CAMINO DE LA REIVINDICACIÓN ES LARGO Y DIFÍCIL
Por Peloecaña
Inició con buen éxito el señor Presidente Duque el camino reivindicatorio
ante sus electores; ya dio el primer paso y sigue demostrando que sus
intenciones de acertar son convincentes, pero hasta ahora partió y ha de llegar
a su destino, ganarse la credibilidad de quienes con nuestro voto lo hicimos
Presidente, llenos de fe, esperanza y, desde luego, caridad.
La decisión de romper de manera definitiva los diálogos con el terrorismo
eleno fue gratificante y un auténtico oasis en el desierto de mentiras y
violencia que nos ha recetado, por décadas, la guerrilla apátrida y marxista y
sus áulicos y cortesanos. ¡Bien por su primer paso rectificatorio!
Y ha seguido el camino lleno de espinas y abrojos, sin rosas ni azahares,
liderando la lucha contra el tirano del pueblo de Venezuela y calanchín irredento
de la insurgencia criminal, que tanto daño nos ha hecho y que no para sus
tropelías y depredaciones. ¡Un nuevo hurra!
Pero debemos decirle con Antonio Machado, "Caminante no hay camino, se hace camino al andar...". Le falta
trecho por recorrer.
La Ministra de Justicia abunda en motivos para su retiro del cargo; su
última presea es la incuria demostrada en la solicitud de las pruebas a la
justicia norteamericana contra otro ícono de la guerrilla: Santrich, para
presentarlas a la JEP. "Ni el burro,
ni el que lo arrea".
Señor Presidente, esa ministra le ha dado mucha papaya, no es digna de
hacer parte de su gobierno y es un baldón tenerla en él, máxime cuando usted
sabe de la amistad estrecha que la une con la exfiscal Buitrago, falsificadora
de pruebas para torcer el camino de la justicia y mantener un inocente, el
Coronel Plazas Vega, privado de su libertad y alejado de su entorno familiar y
profesional, por una actitud bellaca e inaceptable.
Su designación y permanencia en su gobierno, Dr. Duque, más que una
bofetada, es una humillación a su compañera de bancada en el Senado, Doña Tania
Vega de Plazas.
Al igual que el ELN, con su demencial acto terrorista, la
actitud de su Ministra de Justicia es, por lo menos, dudosa frente al caso
Santrich, y merece no solo su remoción sino su destitución; permitir su
renuncia es un honor que no merece.
Esperamos tener razones para seguir manteniendo la fe en su reivindicación.
No nos deje con la anuencia en el tintero.
Nunca nadie antes había tenido mejor oportunidad de enmendar una
equivocación, y tampoco de corregir con tino excepcional.
Si el Dr. Rafael Nieto Loaiza es designado por usted como nuevo Ministro de
Justicia, nos deja a todos sus cuestionantes sin argumentos válidos para
mantener la duda.
Otra atinada decisión, de su parte, es su solidaridad con el Alcalde
Peñalosa, aunque heliotropos del uribismo se ensañen con los dos.