LOS APÓSTATAS CONSERVADORES
Por Peloecaña
La apostasía no es nueva en el Partido
Conservador de Caro y Ospina; recién fundado, el más connotado apóstata de esa
colectividad fue el General Tomás Cipriano de Mosquera, conocido también como
"mascachochas".
Uno de los casos más sonados de apostasía
conservadora fue el ejercido por algunos parlamentarios de ese partido que,
siendo mayoría en el Congreso, al empezar el mandato del presidente Olaya
Herrera, en 1930, decidieron abandonarlo para disfrutar de las mieles del poder
y se coaligaron con el presidente liberal, para permitirle gobernabilidad.
El líder de los apóstatas fue el senador antioqueño,
Román Gómez, lo que generó uno de los debates más candentes en el Senado de la
República, cuyo autor y protagonista principal fue el Dr. Laureano Gómez
Castro, jefe de esa colectividad, quien abandonó su cargo diplomático en
Alemania para ponerse al frente de ella, y desde la más alta corporación
legislativa, inició un debate memorable, el 9 de agosto de 1932.
El fustigado tuvo que soportar la ira y la
demoledora capacidad parlamentaria, y fue mascarón de proa del justo reclamo a
la lealtad de su partido, la obra de Don Jacinto Benavente, "Los Intereses
Creados".
Se acuñó la expresión
"romanismo", para señalar la felonía política y también se estrenó el
término "lentejos", en alusión a Esaú, que le vendió los derechos de
primogenitura a su hermano menor, Jacob, por un plato de lentejas.
Desde entonces se ganaron el epíteto de
lentejos, todos los traficantes de principios y convicciones doctrinarias y los
apóstatas de todas las pelambres.
Los más vergonzosos y lamentables casos de
apostasía han sido los de algunos personajes, que por los honores recibidos de
su partido conservador y por lo inaceptable e inexplicable de su felonía,
que han cometido, entre otros, los doctores Alfredo Vásquez Carrizosa y
Álvaro Leyva Durán.
El primero, hijo del General Alfredo
Vásquez Cobo, héroe de la guerra con el Perú, candidato presidencial derrotado
junto con el Maestro Guillermo Valencia, por el aspirante liberal Benjamín
Olaya Herrera, en 1930.
Fue el Dr. Vásquez Carrizosa Diputado a la
Asamblea de Cundinamarca y Representante a la Cámara por la misma
circunscripción, elegido con los votos de los conservadores; rutilante estrella
de la diplomacia colombiana, canciller conservador, director del diario conservador
La República, y protegido de la casa Ospina, terminó apostatando de su partido
y se convirtió en paladín de la Izquierda de Colombia.
El Dr. Álvaro Leyva Durán, hijo del
patricio conservador, Jorge Leyva Urdaneta, Secretario Privado del Presidente
Misael Pastrana Borrero; miembro del Directorio Nacional Conservador; Concejal
elegido por el Partido, en varios municipios de Cundinamarca; Diputado a la
Asamblea de este Departamento, en representación del conservatismo;
Representante a la Cámara; Senador, siempre con sufragios conservadores, y
Ministro de Minas y Energía como cuota azul en el gobierno del Presidente
Betancur.
Fue actor decisivo en la liberación del Dr.
Álvaro Gómez Hurtado cuando fue infamemente secuestrado por el M19, y logró su
elección a la Asamblea Nacional Constituyente por la lista de esa guerrilla.
Ahí empezó su periplo por las filas de la izquierda colombiana.
Fue quien convenció a Tirofijo para que no
asistiera a la cita para los diálogos de paz con el Presidente Andrés Pastrana
Arango, circunstancia que se conoció como "la silla vacía".
A pesar de que insiste en que sigue siendo
conservador, nadie se lo cree; la perla de su apostasía fue dirigirse al país
suscribiendo comunicados firmados en conjunto con el Senador Cepeda, figura
notable del Partido Comunista Colombiano, en defensa de los diálogos con el ELN,
después del acto terrorista que cegó la vida de varias decenas de
inocentes cadetes de la Escuela de Policía General Francisco de Paula
Santander.
Otro mimado del partido que ha sido inferior a lo que el
conservatismo le ha dado es el Dr. Juan Camilo Restrepo Salazar. Se sintió
mejor al lado de Juan Manuel Santos.
Nohemí Sanín Posada tampoco tuvo empacho en
recibir todos los honores que el Partido Conservador depara a sus mejores
figuras, y después, harta de reconocimientos y beneficios, apostató del credo
político de sus mayores y se fue recibiendo como presea la libertad de su paisano
Andrés Felipe Arias Leiva.
Y hay algunos que no alcanzan el título de
apóstatas, solo llegan a lentejos, como los conservadores samperistas entre los
que se destacaron Roberto Gerlein Echavarría, Gustavo Rodríguez Vargas, Ciro
Ramírez Pinzón, Carlina Rodríguez y Rodrigo Marín Bernal.
Y, por último, el felón de campeonato que
traicionó a quien lo hizo políticamente, el Dr. Andrés Pastrana Arango,
Telésforo Pedraza Ortega ahora paniaguado de Juan Manuel Santos Calderón.
Hola. Maestro Peloecaña. Y es que Juhampa, el príncipe de Anapoima, paso de la apostasía a lo reptiliano. Algo único en toda la historia de Colombia. Este tipejo se los pasa a todos. Sean conservadores, liberales, verdes, amarillos, rojos, etc. Y varios no muy santos que digamos. ¡Tenaz! El que lo entendió, lo entendió.
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