VERGÜENZA UNIVERSAL
Por Peloecaña
Hay situaciones y sucesos en el mundo que por más esfuerzos que hagamos
para evitarlo, nos llenan de vergüenza, pena, ira y todos los
sentimientos que el hecho nefando genera.
Afortunadamente los motivos de disgusto son pocos y su acaecer, por ser
escaso, aumenta el desconcierto y el asombro irremediables, y nos coloca en
la más absoluta y plena insatisfacción personal y colectiva, casi unánime.
En días recientes, hubimos de ser testigos de uno de esos episodios tan
indignantes cometidos a nombre de la calumniada democracia: la posesión como
senador de Colombia del autor intelectual y coautor material de uno
de los acontecimientos que nos demuestra que el ser humano es capaz
de todo lo indecible, de cualquier depredación, de sin duda la más patética
actitud de barbarie inconmensurable: la masacre de Bojayá.
El 2 de mayo de 2002, se encontraban refugiados en el templo católico
de Bojayá varios centenares de personas, convencidos de la garantía
de seguridad que el sitio sacrosanto significaba para sus
vidas.
Desde luego, en teoría eso era históricamente verídico; la historia está
llena de ejemplos del respeto que el refugio de los templos de la catolicidad
significaron para las personas, aún ante el asedio de los más abyectos déspotas
y sátrapas.
Pero como para la guerrilla marxista leninista de las farc, "la religión es el opio del pueblo",
y el ateísmo es impronta de su militancia, era obvio que el templo de Bojayá no
era garantía alguna de supervivencia para los allí refugiados.
El resultado de esa masacre demencial, 79 muertos y más de 100 heridos.
Pues bien, el guerrillero marxista, ateo y, por ende, masacrador,
Israel Zúñiga, alias Benkos Biohó, acaba de ser posesionado Senador de la
República de Colombia, por el Presidente de esa Corporación, Presidente elegido
el 20 de julio pasado, con los votos de senadores de todos los partidos,
allí representados; eso sembraron, eso cosecharon y en menos de una semana.
Quiero pedir, respetuoso, a los expresidentes de Colombia, doctores
César Gaviria Trujillo, Andrés Pastrana Arango y Álvaro Uribe Vélez, a los
demás no porque son copartícipes por sus actos de la consumación de esta
ignominia, que hagan lo necesario, sin ahorrar esfuerzos ni gestiones,
y que instruyan a las bancadas, la Liberal, la Conservadora, y la del Centro
Democrático, para que no asistan al Congreso mientras Zúñiga lo haga, ni avalen
con su presencia la consumación de tan funesto precedente, humillante
como el que más, para mi martirizada patria.
Dr. Gaviria, en homenaje a la memoria del sacrificado Luis Carlos Galán
Sarmiento, víctima de los precursores del narcotráfico, que hoy lideran las
farc, le ruego atender mi petición comedida.
Dr. Andrés Pastrana Arango, como homenaje a la memoria de su señor padre,
Dr. Misael Pastrana Borrero, ícono del conservatismo colombiano y grande entre
los grandes, acudo respetuoso a su solvencia moral a toda prueba, para que
la bancada conservadora en el Senado, no se iguale con tan macabro personaje,
el autor de la masacre de Bojayá.
Dr. Álvaro Uribe Vélez, por ser usted merecedor del título de Gran
Colombiano, sustentado en sus atinadas decisiones, respetuoso impetro ejerza su
autoridad política en este caso concreto, y escuche mi solicitud para
que la bancada del Centro Democrático en el Senado, no le dé visto
bueno con su presencia a la vergonzosa exaltación de un criminal al rango de
senador.
Doctores, Gaviria, Pastrana y Uribe no creo, ni por solo instante, que los
senadores de sus partidos sean iguales al reemplazo de Iván Márquez.
¡Señores expresidentes, tienen la palabra!
Excelentísimos expresidentes, Doctores ALVARO URIBE VELEZ, ANDRES PASTRANA ARANGO Y CESAR GAVIRIA TRUJILLO, por favor acaten ésta súplica de 47 millones de colombianos que no tenemos las manos manchadas de sangre, ni hemos comido el pan ajeno y menos producto del narcotráfico. ni hemos cometido masacres. SEÑORES EXPRESIDENTES: SU AUSENCIA AL CONGRESO POR LA PRESENCIA DE ESTE MALDITO, SERA APLAUDIDA POR EL MISMO CIELO.
ResponderEliminarCuánto deseo que esta petición sea escuchada por los señores expresidentes. La humillación y la ofensa por la presencia de este engendro del mal en el sagrado recinto del Senado de la República nos revuelca el alma ante semejante ignominia. ¿Hasta cuándo?
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