LA DUPLA DE ORO
Por Peloecaña
No se ha cumplido aún la mitad del mandato presidencial del doctor Iván
Duque Márquez, y ya empiezan a perfilarse candidaturas a sucederlo.
La izquierda de este país ya sacude el sonajero y ya se perfilan
candidaturas como las del Senador del Polo Democrático, Jorge
Enrique Robledo Castillo, su colega de partido y corporación, Gustavo Petro
Urrego, y también la alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández; y, sin
duda, es inevitable incluir en esta lista y, desde luego, por las huestes
de izquierda, al exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, Sergio
Fajardo Valderrama.
En la otra orilla del río, el antiizquierdismo, hasta ahora solo se
han mencionado de manera velada y más con el deseo, que otra cosa, al doctor
Rafael Nieto Loaiza y al también jurista brillantísimo Abelardo de la
Espriella Otero.
De todos los que integran el ramillete de opciones, a consideración de los
electores, el más joven de todos es el doctor De la Espriella, y los que a mi
me despiertan sentimientos de solidaridad y adhesión, son los nombres de los
no militantes de la izquierda colombiana, por aquello de que "por
sus obras los conoceréis".
Son los dos, Nieto y De la Espriella, reconocidos juristas, hombres de
preeminente prestancia intelectual y con una moral fuera de toda duda, que
resisten cualquier examen de su solvencia moral y su valía personal y de su
reciedumbre de carácter y su indeclinable servicio a la democracia, desde el
foro o desde la administración pública.
Como la Constitución Política de Colombia, vigente hasta hoy, nos ubica
dentro de un sistema político presidencialista, y ha consagrado en su artículo
202º, la institución de la Vicepresidencia, este escrito quedaría cojo, si no
me refiriera a tan encumbrada dignidad.
Cuánta sería mi satisfacción si como compañera de fórmula, para
conformar esa dupla dorada de opciones para gobernar Colombia,
eligiéramos a María Fernanda Cabal de Lafaurie.
Sí, a María Fernanda Cabal de Lafaurie, Senadora de la República, mujer de
un talante inequívoco, de una solvencia moral también a toda prueba,
que afronta con dignidad y sin titubeos lo que su conciencia le dicta,
con un respaldo popular demostrado, leal a los valores que merecen
su adhesión sin renunciar a sus principios.
La misma que, sin desconocer la evidente importancia literaria de
Gabo, lo ubicó al lado de Fidel Castro en el averno; la misma que mandó los
desocupados encapuchados terroristas a "trabajar vagos"; quien
con tanto realismo y plena razón se refiere al Senador Petro, en los
términos que éste se ha ganado a fuerza de sus hechos y actitudes; la misma que
ha definido con tanto realismo, la tragedia del coronavirus, sin preocuparse
porque los medios, de manera sesgada y torticera, la colocan como émula
de los errores y opiniones de Trump y Bolsonaro.
Con ella, siempre sus admiradores y seguidores, lo mismo que sus
contradictores y malquerientes, sabremos a qué atenernos.
Si queremos que Colombia siga por la ruta distinta a la marcada
por Juan Manuel Santos, Ernesto Samper, Gustavo Petro, Robledo o Claudia
López, o las Farc y el Eln debemos, desde ya, pensar en la persistencia de la
Gran Alianza, sin promover candidaturas con dueño singular o partido exclusivo
y excluyente.
Abelardo de La Espriella sería mi candidato sin lugar a dudas con la fórmula de Ma Fernanda Cabal. Excelente. Le vería un gran futuro a Colombia con estos dos grandes exponentes de la sinceridad y la verdad. ¡Fo, la izquierda!. Imposible que el comportamiento de sus miembros en estos momentos que estamos atravesando no le abran los ojos a más de un equivocado. Valga la oportunidad para decir que cada día me siento más feliz de haber votado por nuestro Sr Presidente Iván Duque Márquez. Qué paciencia tan grande la que tiene este hombre ante las estupideces de esa que, tristemente, está manejando la alcadía de Bogotá. Gracias por esta entrega, Peloecaña. Muy interesante.
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