COSAS QUE HAY QUE CAMBIAR
Por Peloecaña
El columnista de El tiempo, Juan Pablo Calvás, en su escrito de
hoy, se viene lanza en ristre contra la Iglesia Católica, las Iglesias Cristianas,
el Partido Conservador, el Centro Democrático, el Procurador Ordóñez y la Senadora
Vivian Morales porque todos cometieron la audacia de protestar por el intento
de despojar a los menores, a sus padres y a sus maestros, de la potestad
de asumir la tutoría de sus hijos menores, del imperio de la Constitución y la
guía pedagógica de sus alumnos.
Como la columna es todo un reto, yo, en mi
doble condición de Católico practicante y de Conservador militante, no en el
partido que se ha hartado de mermelada, sino en el de la dignidad inalienable,
recojo el guante y acepto el reto y escojo las armas: la verdad histórica.
El país si tiene bien claro que los que lo
han gobernado desacertadamente no son los conservadores, sino los que en
nombre del trapo rojo, durante más de la mitad de nuestra historia republicana,
han detentado el poder.
El Partido Liberal irrumpió en nuestro
devenir político cuando aún no había trascurrido un año su fundación, por
Ezequiel Rojas, imponiendo, que no eligiendo, al General José Hilario
López, como presidente de Colombia, amedrentando al Senado con garrotes y
puñales, cachiporras y gumías, que los artesanos de Santa Fe de Bogotá blandían
sobre la cabeza y la espalda de los senadores conservadores electores,
azuzados por los jefes liberales, y que don Manuel Murillo Toro
no dudó en justificar llamando la asonada, "retozos
democráticos".
Don Mariano Ospina Rodríguez, cofundador
con don José Eusebio Caro del Partido conservador, por las mismas calendas de
la fundación del Partido Liberal, después de varios intentos de elección,
transcurridos en varios días y ante el aumento de la efervescencia de la
turba liberal, pronunció para la historia esta frase lapidaria: "Voto por el General José Hilario López
para que no sea asesinado el Congreso Granadino". Yo hubiera
preferido el martirio.
Hoy, 167 años después, las amenazas no son
de las sociedades democráticas y de los artesanos liberales; vienen de los
paramilitares de las FARC, armados con el más moderno arsenal, patrocinados en
sus retozos democráticos por otro mandatario liberal, el presidente Santos.
Trascurridas varias guerras, promovidas en
su mayoría por caudillos liberales que se negaban a aceptar el mandato de los conservadores
y después de varias constituciones fallidas, un Presidente Liberal, Don Rafael
Núñez, consciente del caos reinante, con la colaboración de un sector del
Partido Conservador, y bajo la inspiración de Don Miguel Antonio Caro, bajo el
lema "Regeneración o catástrofe", le dio a Colombia la
Constitución de 1886 que, con algunas modificaciones, rigió hasta 1991.
Vino la Guerra de los 1.000 días, promovida
una vez más por jefes liberales, y liderada por el General Rafael Uribe Uribe
contra el gobierno conservador legitimo de Don Manuel Antonio Sanclemente.
Llegó la hegemonía conservadora que duró
hasta 1930 y que tuvo entre sus gobernantes a mandatarios insignes como el
General Rafael Reyes, cuyo lema fue: "Menos
política y más administración".
Entre 1914 y 1930 gobernaron, entre otros, José
Vicente Concha, Marco Fidel Suárez, el General Pedro Nel Ospina
(1922-1926), sin duda el mejor Presidente de toda la historia de Colombia,
por sus ejecutorias.
En 1930, divididos los conservadores entre
Valencistas y Vasquistas accedió al poder el Partido Liberal, eligiendo al Dr.
Enrique Olaya Herrera.
Durante su gobierno tuvo lugar la guerra
con el Perú, contienda que Colombia ganó en el campo de batalla pero que perdió
en la mesa de negociación, porque Perú se quedó con todo el territorio
comprendido al sur del rio Putumayo, que
antes había sido nuestro.
Vino después el gobierno del Dr. Alfonso
López Pumarejo el de la “Revolución en
Marcha”.
Lo sucedió el presidente Eduardo Santos que
poco registra en cuanto ejecutorias y obras dignas de mostrar.
Luego se presentó a la reelección el Dr.
López Pumarejo; triunfó, y su segundo gobierno fue etiquetado como el de la
República Liberal.
Este segundo mandato se hizo notar porque
en él sucedieron acontecimientos políticos de suprema gravedad, como el
negociado de las acciones de la Handel y de la Trilladora Tolima y el asesinato de
Mamatoco, que con la férrea denuncia del Dr. Laureano Gómez llevó al presidente
López Pumarejo a renunciar antes de concluir su segundo mandato.
Fueron los hijos del Presidente los
protagonistas de estos abusos, lo que llevó a que se hablara de los hijos del
ejecutivo.
Caído el Partido Liberal del poder ganó las
elecciones en el año de 1946 el Partido Conservador que eligió al Dr. Mariano Ospina Pérez, lo
sucedió el Dr. Laureano Gómez, quien fue derrocado por el General Gustavo Rojas
Pinilla; después los doctores Gómez y Lleras Camargo pactaron el Frente
Nacional que, momentáneamente, aplacó la violencia liberal-conservadora;
pasaron 16 años de alternación en el poder de presidentes de los dos partidos
tradicionales y, terminado el Frente Nacional con el interregno de los presidentes
Betancur, Barco, Pastrana y Uribe, nos correspondió a los colombianos padecer
la ignominia del régimen que nos sojuzga y oprime.
Han sido epígonos de ese régimen dirigentes
liberales que avergüenzan a sus buenos copartidarios que, desde luego, son
buenos como la mayoría de nuestros conciudadanos.
Santofimio, Serpa, Samper y Santos tienen
a sus espaldas tanta ignomnia que asomarse a sus conciencias produce espanto.
Santofimio está preso por la sindicación de
ser el inductor del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento.
Serpa y a Samper convirtieron a
Colombia en una narcodemocracia y los acusan de ser los autores intelectuales
del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, que esperamos el nuevo fiscal devele
esa gravísima acusación para la tranquilidad del país entero y, desde luego, de
los inculpados.
¡Y de Santos ni hablar! los hechos
demuestran su estatura moral y sus merecimientos. El veredicto de Calvás es
suficiente: "parece
progresista."
Columnista, no hay que prohibir, si acaso
cambiar:
1°- Debe usted cambiar su nombre, porque
Juan Pablo es el del pontífice mas venerado por todos los católicos, credo al
que usted denosta y que le causa tanto escozor.
2°- Solo usted puede proponerle al resto de
su familia si acepta ser homologada como quiere la Ministra Parody, todo en
aras de la paz.
3°- Según usted, hay que pedirle a su presidente
progresista que cambie la totalidad del gabinete para que sea totalmente
homogéneo; es decir, homosexual.
4°- En vez de la ideología de género, hay
que cambiar la ideología liberal, para que ese partido no siga creyendo en
el libre examen; para que cambie la tolerancia por el sectarismo hirsuto; no
hay que seguir creyendo en el pluralismo ideológico; hay que desterrar de su
decálogo la solvencia moral y la reciedumbre intelectual; es decir, que según usted
hay que ser conservadores porque usted está convencido de que así somos los
Católicos y los Conservadores.
Y entonces, ¡oh sorpresa!, la lectura de esa
radiografía le va enseñar la imagen nítida e indeleble del régimen.