REVIVAMOS NUESTRA HISTORIA
Por Peloecaña
Una
cosa es enterarnos por los libros de texto y por nuestros maestros de que
Cristóbal Colón el 12 de octubre de 1492 llegó a América cuando, patrocinado
por Don Fernando de Aragón y Doña Isabel de Castilla, buscaba una camino más
corto para arribar a la India; o que don Alonso de Ojeda colonizó a la
Guajira; o que don Pedro de Heredia y Don Rodrigo de Bastidas
fundaron Cartagena y Santa Marta; o que Don Gonzalo Jiménez de Quesada fundó a
Santa Fe de Bogotá y Don Sebastián de Belalcázar fue el fundador de Popayán y
Cali, y otra bien distinta haber sido testigo de los hechos del proceso 8.000 y
del juicio al Magistrado Jorge Pretelt.
Todos
los colombianos mayores de 35 años fueron testigos de los dos episodios y todos
los colombianos nacidos en el siglo XXI son testigos del último.
No
había trascurrido una semana después de las elecciones presidenciales que
dieron como resultado la elección de Ernesto Samper Pizano, como Presidente de
Colombia, año de 1994, cuando el candidato derrotado, Dr. Andrés Pastrana
Arango, entregó personalmente al Presidente en ejercicio, Dr. César Gaviria
Trujillo, un casete que contenía la grabación de una conversación
telefónica entre el periodista Alberto Giraldo y los hermanos Miguel y
Gilberto Rodríguez Orejuela, los dos capos del cartel de narcotraficantes de
Cali.
En
dicho documento se hacía evidente y patético el financiamiento de la
campaña de Samper por los hermanos traficantes de cocaína, por entonces el
primer cartel mafioso de Colombia.
El
Presidente Gaviria hizo entrega de la grabación al Fiscal General de la
época, Gustavo de Greiff, quien se abstuvo de abrir
la investigación criminal correspondiente.
El
sucesor de De Greiff en la Fiscalía General de la Nación, Dr. Alfonso
Valdivieso Sarmiento, primo hermano del inmolado Dr. Luis Carlos Galán
Sarmiento, hizo público el contenido de la grabación que revelaba la
connivencia criminal entre Samper y los Rodríguez Orejuela, el 20 de junio de
1995, un año después de las elecciones y, con un sustento probatorio
sólido, denunció ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes
al Presidente Ernesto Samper Pizano.
El 27
de febrero de 1996, el Presidente de la Comisión de Acusaciones, Representante
Heyne Mogollón, le dio trámite a la denuncia del Fiscal Dr. Valdivieso y, en
una decisión sin precedentes, por unanimidad, la Comisión encontró mérito para
acusar ante la plenaria de la Cámara al Presidente de la República.
No
obstante, y gracias a la conducta prevaricadora de la mayoría de los
parlamentarios, Samper fue absuelto el 6 de julio de 1996.
El 28
de febrero de 2015, el Ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez
Neira, hoy Fiscal General de la Nación, solicita de la misma célula
congresional, la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes,
investigar la denuncia del Magistrado de la Corte Constitucional, Dr. Mauricio
González, por actos irregulares y de pronto delictivos cometidos en esa
altísima corporación judicial.
El 20
de marzo de 2015, la Comisión de Acusaciones, abre investigación formal
contra el Magistrado Pretelt, por haber incurrido presuntamente en el
delito de concusión, en cuantía de 500 millones de pesos.
El 3 de
junio de 2015, el Representante Investigador del caso Pretelt, Julián
Bedoya, es recusado por el abogado del acusado, Dr. Abelardo de la
Espriella.
El 16
de septiembre de 2015, el Representante Bedoya radica el auto de acusación
contra el Magistrado Pretelt.
El 5 de
noviembre el auto acusatorio es votado y aprobado en la Comisión de Acusaciones
y pasa a la Plenaria de la Cámara.
El 15
de noviembre del 2015, la Plenaria de la Cámara aprueba el proyecto acusatorio
del caso Pretelt, y éste pasa al Senado.
Lo que
sigue es tan reciente y lo sucedido está tan fresco que no vale la pena
rememorarlo. El Magistrado Pretelt fue hallado culpable en el Senado y su juicio
jurídico ha de conocerlo la Corte Suprema de Justicia.
Bien
vale la pena comparar los dos procesos; el adelantado contra el Presidente
Ernesto Samper por haber financiado su campaña electoral, que lo llevó a
la Presidencia de la República, con dineros del narcotráfico, y el seguido al
Magistrado Pretelt, que lo llevó a la ignominia y a la situación de
indignidad que hoy lo avergüenza.
El
Presidente Samper, a pesar de su culpabilidad demostrada hasta la saciedad, fue
declarado inocente por una Cámara de Representantes que no tuvo en cuenta las
pruebas en contra del sindicado y le torció el curso a la historia y a la
verdad probatoria y llenó de infamia a la institucionalidad democrática
de Colombia.
Contrario
sensu, el Magistrado Pretelt fue declarado culpable a pesar de no existir
prueba alguna que demostrara su culpabilidad y también, una vez más, se demostró la insolvencia moral de sus jueces
políticos.
El Presidente
Samper era y es un destacado jefe liberal; el Magistrado Pretelt es un anodino
militante del Partido Conservador, pero un destacado jurista de la costa caribe
colombiana.
Al
presidente Samper lo auparon los más connotados narcotraficantes del cartel de
Cali; al Magistrado Pretelt lo postuló a
la magistratura el Presidente Álvaro Uribe Vélez.
Al
Presidente Samper lo absolvió la crema y nata del régimen; al Magistrado
Pretelt lo condenó también la crema y nata del régimen.
Los
jueces de los dos procesos políticos de las dos causas fueron consecuentes
con su patrocinadores, los dos epígonos del régimen, los Presidentes Samper y
Santos.
Al
presidente Samper lo acusó el Fiscal Valdivieso Sarmiento y al Magistrado
Pretelt el Fiscal Montealegre; siempre habrá diferencias abismales entre los
dos.
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