martes, 18 de agosto de 2020





EL  SERMÓN DE LA MONTAÑA

Por Peloecaña

Para quienes creemos, esperamos y amamos las sentencias que profirió el Maestro de maestros son siempre de única instancia y, por ende, sin recurso alguno.

Ellas están impresas para la eternidad en el texto sagrado conocido, como Las Bienaventuranzas. 

Dos de ellas rezan:

- Bienaventurados quienes tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. 

- Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Colombia está harta e indigesta de las decisiones judiciales tomadas de manera fementida en nombre de la justicia, que son sino la vulneración sistemática del Derecho, la Constitución y las leyes.

Famélicos de justicia justa, pronta y cumplida, administrada por togados sabios y probos, los colombianos también padecemos de la sed que produce la ausencia canicular desértica, de tan fundamental valor, y por eso esperamos saciar el hambre y la sed que produce la inexistencia del más preciado de los servicios públicos, que el Estado le debe a todos los asociados. 

Padecemos de hambre y sed de justicia, por el desconocimiento del triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre de 2016.

Padecemos de hambre y sed de justicia, por la presencia de guerrilleros de las Farc en el Congreso, si haber obtenido un solo voto. 

Padecemos hambre y sed de justicia, por las decisiones judiciales de la JEP, que han dejado impunes a auténticos criminales de lesa humanidad.

Padecemos hambre y sed de justicia, por la exaltación del narcotráfico, y la complacencia real del Estado, ante tan pavorosa violación al Derecho Internacional Humanitario.

Padecemos hambre y sed de justicia, por las decisiones judiciales, contrarias a los mas elementales postulados universales del Derecho y la juridicidad.

Esperamos ansiosos el fin de esta pandemia judicial, para que vuelvan reinar la justicia y la equidad. Esa será nuestra saciedad.

Sufren persecución por la Justicia, entre otros, Andrés Felipe Arias Leiva y su familia, Luis Alfredo Ramos Botero, y los miembros de su entorno familiar y Álvaro Uribe Vélez, y todos sus consanguíneos y afines.

Ojalá reciban un anticipo del reino de los cielos en esta Colombia tan lacerada y humillada por sus perseguidores judiciales oficiosos. 


    









2 comentarios:

  1. ¡Terrible! Todas las fuerzas Comunistas, Socialistas e Izquierdistas unidas contra una derecha inoperante en Colombia y todas las mismas fuerzas unidas contra un departamento líder, como el de Antioquia, para acabar de joder todo. Entonces, tal parece, quedan tres caminos, contra este populismo fanático que quiere tomarse el poder, a como de lugar y que se burla de todos los sermones: 1. Dejar libres a todos los lideres de la derecha; 2. Dejar con amargura que estalle una terrible Guerra Civil, donde nadie seria el ganador; 3. Contra todos los pronósticos, todos los antioqueños tendrían que unirse y como lo hicieron los panameños, separarse de un país, tomado ya por la pesadilla roja, la coca, la marihuana y la corrupción total. Por ahora, preferimos no extendernos más. ¡Que desorden, total! ¿Más? ¡Es imposible! ¡Horrible!

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    1. Tranquilo, distinguido anónimo. Ya a dos países les paso lo mismo, quedando fragmentados, luego de soportar la represión comunista salvaje directa e indirecta inepta. La ex-URSS y la ex-república de Yugoslavia. Para allá va este país, que en otra hora tenia muchos valores patrióticos y espirituales. Y, si no se fragmenta, lo hará muy seguramente un fenómeno natural. Amanecerá y veremos. Este es nuestro sermón, junto con el que nos plantea el profesor Peloecaña.

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