EL POR  QUÉ  DE UNA DECISION

Por Peloecaña

Pensando con el deseo, quiero hacer pública mi decisión de promover y, por ende, respaldar la opción presidencial del doctor Alejandro Ordoñez Maldonado, dándole de antemano mis disculpas por pretender montarlo en ese potro desbocado y cerrero, que va a ser gobernar este país, después de  años del ejercicio del poder por el más corrupto, mentiroso, palitraquero e inepto de todos los presidentes que haya tenido Colombia en toda su historia, superando con creces a su tío abuelo y a Ernesto Samper Pizano.

Lejos de  mi ánimo pretensión alguna de la paternidad de esta idea, ya se que está latente en el alma y en corazón de muchísimos colombianos.

Con el deseo de motivar a mis conciudadanos, permítanme sustentar la razón de ser de mi adhesión política y personal a la candidatura de tan insigne colombiano, el doctor Alejandro Ordóñez Maldonado.

-       *Porque el país lo conoce.

-       *Porque es un hombre probo y sabio.

-       *Porque es un estadista en toda la extensión de la palabra.

-       *Porque en su vida pública y privada no hay pliegues ni recovecos.

-   *Por la firmeza de sus principios éticos, de sus creencias firmes e  irrevocables la solidez de sus valores y convicciones.

-       *Por su trayectoria de jurista emérito.

-       *Porque no le tiene miedo al miedo.

-      *Porque en su escala de valores tiene clarísimo el orden prioritario de los mismos.

-       *Por su demostrado amor a Colombia.

-     *Por sus incuestionables y demostradas condiciones de líder auténtico.

-       *Porque siempre sabe cuál es su sitio y su momento.

-       *Porque con él siempre el país sabrá a qué atenerse.

-       *Por su coherencia y su sindéresis proverbiales.

-       *Porque es un auténtico cariño verdadero: ni se compra ni se vende.

-       *Por su colosal santo temor de Dios.

Y en últimas, por la  pésima calidad de sus contradictores y enemigos, casi todos marcados con la impronta de la indigencia integral; casi todos poseedores a flor de piel de la etiqueta de su precio, ubicados en la estantería de artículos en promoción, y obnubilados por la carencia de lo que al doctor Ordóñez le sobra.

Por eso lo propongo como opción presidencial e invito a todos los colombianos de bien, que sin duda somos la abrumadora mayoría, a que nos sumemos a tan digna causa y a tan apasionante empresa, aunados todos por el amor a la patria, en torno a una nación estable y nueva, y a un país integrado y ajeno a la atomización que nos propone el régimen.

Es la hora de la generosidad y el desprendimiento. Las aspiraciones personales, en algunos casos bien validas, deben ceder en beneficio del bien común y del interés general. No olvidemos que cada día trae su afán y que no podemos repetir, un solo día más, en manos del régimen nefando y arbitrario, marxista y apátrida.

A los más preeminentes ciudadanos, adalides meritorios de la opinión pública, cualquiera que sea su liderazgo partidista, les corresponde guiar a sus huestes a puerto seguro y a la victoria de Colombia.

En este momento, ningún partido o movimiento político, de manera individual o aislada, tiene la más remota posibilidad de triunfo electoral; solo el sentido común y la unión de voluntades nos brindarán garantía de triunfo.

Es prioridad triple A, no solo conquistar la Presidencia de la República; también necesitamos las mayorías en el Congreso para enderezar el Estado, garantizando la gobernabilidad del Ejecutivo, y para llevar a cabo una reforma integral positiva de nuestro sistema judicial, tan desprestigiado y vergonzante, generador de violencia, porque la justicia torcida, direccionada, al servicio de los partidos, solo se traduce en inequidad y en llama arrasadora que alimenta el desencanto social.

Tengamos presente que si no actuamos con responsabilidad y buen juicio, perderemos casi 200 años de vida republicana más o menos democrática, para caer en la dictadura del proletariado.