LA JURISDICCIÓN ESPECIAL PARA LA PAZ
Por Peloecaña
Los analistas, ni tan políticos y no tan jurídicos del último número
de la Revista Semana, en artículo que la publicación titula Santos en serios aprietos, hacen
elucubraciones acerca de las consecuencias judiciales que hipotéticamente
tendría que afrontar el presidente Santos, por culpa de su laxitud moral,
aprietos que ellos atribuyen a Prieto, los dos de himen complaciente en asuntos
de moral y ética.
Los patólogos forenses y los anatomistas afirman, con
razón científica, que esa membrana que las mujeres tienen en la parte
interna de su sexo, que cuando está intacta es garantía de su virginidad, puede
permanecer sin romperse, a pesar de la inexistencia material de la virginidad,
dada la naturaleza de su constitución elástica, que se expande pero no se
rompe.
Pues bien, esa estructura anatómica, trasladada al campo de
la moral y de la ética, cuando es elástica o
complaciente, permite la penetración de órganos tan desproporcionadamente
enormes como los de Reficar y Odebrecht, y las meretrices que los reciben
pueden seguir sintiéndose con la pureza virginal de las vestales.
Pero me estoy saliendo del tema central de este escrito: La
jurisdicción Especial para la Paz, JEP.
Nadie sabe para quien trabaja. Tal vez el Dr. Álvaro Leyva Durán y sus
amigos de las FARC sí lo tenían previsto: el presidente Juan Manuel Santos
Calderón sería huésped notabilísimo de ese engendro.
Dicen los compromisos de La Habana: "La
Jurisdicción Especial para la Paz ejercerá funciones judiciales y hará parte
del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No
Repetición".
Este es el resultado de la manguala suscrita entre el gobierno Santos y las
FARC, los dos únicos sumandos de un
total ya conocido.
De un plumazo cambiaron la Constitución y la teoría tripartita de la
división de poderes que concibiera Montesquieu y acogieron la novísima teoría
del Barón Leyva Durán, nuevo ícono del Derecho Constitucional Universal.
Los miembros de la Mesa de Unidad que legisla en Colombia, también de la
cofradía de los portantes del himen complaciente, ya lo decidieron y estamos a
la expectativa de la decisión de la Corte Constitucional cuya única función es
preservar la virginidad e integridad del Estatuto Constitucional que nos rige.
En sus manos está la opción de aplicarle la eutanasia o revivir y sanar al
enfermo.
Según sus redactores, la JEP, busca: "Satisfacer
el derecho de las víctimas a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad
colombiana, contribuir a la reparación de las víctimas, contribuir a luchar
contra la impunidad, adoptar decisiones que otorguen plena seguridad jurídica a
quienes participaron de manera directa o indirecta en el conflicto armado,
respecto a hechos cometidos en el contexto y razón de éste, y contribuir al
logro de una paz estable y duradera".
También establece el pacto de la manguala que la Jurisdicción Especial para
la Paz, JEP, prevalecerá sobre las actuaciones penales. disciplinarias y
administrativas.
Dificilísima perspectiva para el presidente Santos; va a ser víctima de su
propio invento. Eso le pasa por andar en malas compañías.
Es sujeto procesal como sindicado, por su participación directa en el
conflicto; no va tener el privilegio del fuero judicial; entonces no habrá
Comisión de Acusaciones que lo juzgue y absuelva.
Le van a cobrar la muerte de Raúl Reyes, Alfonso Cano y el Mono
Jojoy.
Tendrá que pagar por ser miembro de la clase dominante y opresora de pueblo
colombiano y, de paso, saldará cuentas por todos su desafueros y traiciones
cometidos.
Definitivamente, ¡no hay subida sin bajada!
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