DEFENSA PAUPÉRRIMA
Por Peloecaña
No quisiera haberme ocupado del sujeto, que
bajo la mampara mentirosa de ser sacerdote católico, destilando odio
e inopia intelectual y moral, intentó ofender al expresidente Álvaro Uribe
Vélez y al Presidente elegido, Dr. Iván Duque Márquez.
Me parece irrespetuoso con los
dos asumir la representación, que ninguno de ellos me ha conferido.
Tampoco voy asumir la defensa oficiosa
de los destinatarios de las bellaquerías de ese alienado que se cree
enviado de Dios.
La pobreza, en grado superlativo, de
quienes se han referido al tema cuestionado me impele a desvirtuar,
de manera contundente y definitiva, la sarta de inexactitudes y mentiras del
infundio, para hacer claridad al respecto, sobretodo después de oír a la senadora
por el Centro Democrático, que en programa radial que dirige Julio Sánchez
Cristo, se enfrascó en discusión inocua, con el fementido sacerdote.
Empiezo por dejar en claro, de manera
definitiva, que la Iglesia Católica Romana es una Institución fundada por
Jesucristo, con características esenciales incuestionables:
Es Una, es decir, la misma en Roma o en
Roldanillo, en Madrid o en la Patagonia, en Cuba o en Montecarlo, en Londres o
en Melbourne, en Pekín o en Darién, con los mismos principios, los mismos
dogmas, la misma doctrina.
La Iglesia Católica es Santa, es decir que
no es pecadora como tal.
Es Católica, es decir es universal.
Y es Apostólica, o sea que tiene una
jerarquía instituida desde su fundación, que recibió la misión de los apóstoles
de propagar la Buena Nueva, el Evangelio, por todo el mundo, y que tiene en la
cúspide al Papa Obispo de Roma, a los demás obispos y sacerdotes, clérigos y
laicos que asumen una función de apostolado.
Así como el anglicanismo tiene en la reina
o en el rey del Reino Unido su máximo jerarca, no puede ser Iglesia
Católica; la iglesia guadalupana, tampoco es Católica, aunque sus seguidores
quieran que así sea.
De la Unidad, la Santidad, la Catolicidad y
la Apostolicidad de la Iglesia Católica se han ocupado los teólogos, con
lujo de detalles y con argumentos mas contundentes y más profundos,
que los elementales que aquí expongo.
La Iglesia católica guadalupana solo existe
en las mentes calenturientas de sus áulicos.
Así las cosas, el detractor orate de los
doctores Uribe y Duque podrá autodenominarse sacerdote, pero esa condición le
es extraña e incompatible por su talante de persona dominada por el odio y la
mentira, calidades que se excluyen con el comportamiento de cualquiera que pretenda
ser Católico de verdad.
Ordenó el Dios humanado, Cristo, el de los
católicos convencidos, lo siguiente "Os doy un mandato nuevo,
que os améis los unos a los otros como yo os he amado, EN ESTO CONOCERÁN
QUE SOIS MIS DISCÍPULOS".
Tanto odio, tanta bilis y tanta hiel derramadas
por toda el alma y por todo el cuerpo no caben en un verdadero católico; por
eso el despistado brujo, embaucador que presume de sacerdote, está
bien donde está, en el guadalupanismo y en el petrismo; que siga
allí, ese es su habitat.
¡Qué coincidencia tan extraña y exótica! Todos
los medios de comunicación, que se han caracterizado siempre por su
antiuribismo cerrero e hirsuto, son los que hacen énfasis en que el
agresor de marras es sacerdote. Desde luego que sí, es su pastor y su
guía espiritual, intelectual y moral.
Amigo pelo:Ese autodenominado guadalupano es un títere que el mago Petro (como todos los que seguirán,)lo ha sacado del cubilete en una de sus "formas de lucha"rastreras.Estoy de acuerdo que doña María del Rosario no debió seguirle la farsa a este sinvergüenza ni a los faranduleros medios.
ResponderEliminarEs un guerrillo populista perdedor y mala gente...no merece nada..
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