EL PRÓXIMO DEBATE ELECTORAL
Por Peloecaña
La estrategia de posponer la nominación de
las personas insignias para ser opción y alternativa de poder y buscar el respaldo
popular para sus nombres hay que cambiarla, por lo menos en cuanto hace a los
señalados en representación de La Gran Alianza por Colombia o Gran Alianza
Republicana, o el apelativo que crean que es el mejor para aumentar
la audiencia y el compromiso de los electores, no puede ser la tradicional, ni
es válido el cálculo del misterio y la elucubración, por el temor a la práctica
corrupta de judicializar a los elegibles que utiliza el régimen, para eliminar
contendientes.
Ya no vale el temor de que se repita la
suerte que corrieron los doctores Andrés Felipe Arias Leiva y Luis Alfredo
Ramos Botero; los ciudadanos estamos obligados a impedirlo y a no permitir que
tan vergonzosa afrenta a la democracia sea recurrente.
Por eso es perentorio el plazo que tienen
los voceros de las corrientes de opinión que conforman la alternativa
democrática, contraria a la izquierda marxista y al régimen vergonzoso de la
trinca Santos-guerrilla, y es urgente la escogencia pronta de los
candidatos que tengan la suficiente aceptación y credibilidad, sabiduría y
probidad, para la Presidencia y Vicepresidencia de la República y para
conformar el Congreso Nacional.
Si a esas dignidades llegan los mejores
ciudadanos, no habrá temor de infiltrados, ni de tibios, ni de candidatos con
recónditas taras o indignidades.
Por eso para acertar no son suficientes las
meras ganas de los aspirantes; ellos han de tener méritos evidentes y probados,
están obligados a ser dueños de currículum personal
con superávit de calidades intelectuales, morales y políticas en el
mejor de los sentidos. No basta con tener excelentes padrinos y éstos se
abstendrán de ejercer tal padrinazgo a favor de quien no lo merezca.
Es bien sabido que algunos notables no
renuncian a la tentación de ejercer el poder por interpuesta persona y en
cuerpo ajeno; ésta no es su hora. Colombia necesita de sus mejores hombres
para afrontar con éxito el reto del momento y para superar la crisis que
padecemos.
Los precandidatos de todos los partidos y
corrientes de opinión que integren la Gran Alianza por Colombia deben
asumir el compromiso solemne de respetar la decisión final y los no
escogidos se obligarán, por honor, a trabajar sin desmayo y con entusiasmo para
obtener la victoria final, porque el triunfo será suyo propio.
Una fórmula presidencial victoriosa, sin el
acompañamiento de un Congreso solidario y comprometido con el programa
presidencial ganador, significará una victoria pírrica, inocua, intrascendente
y lamentable.
Sugiero que los precandidatos no escogidos
sean incluidos en los lugares de vanguardia de las listas para Senado y
Cámara, y que sean los líderes de todos los sectores de opinión que integren la gran coalición
las cabezas de lista en cada segmento que representen.
Al comienzo digo que hay que cambiar la
estrategia tradicional de motivar a los electores; por eso propongo que hay que
promocionar el antivoto; es decir, que en las ciudades, pueblos y carreteras de
la Patria, mediante vallas, pasacalles, hojas volantes, mensajes emitidos a
través de las redes sociales, hay que invitar a que el ciudadano
emita un voto de castigo, contra los candidatos que ya demostraron con quien es
su compromiso: con el régimen santista, con el ascenso al poder de la
guerrilla, con la desinstitucionalización de Colombia.
Por ejemplo, en el Valle del Cauca hay que
invitar a no votar por Roy Barreras; pero sí a votar fervorosa y copiosamente
por Carlos Holmes Trujillo.
En Santander debe haber mensajes que
invitan a no votar por Horacio Serpa; pero sí a ungir a Alejandro Ordóñez
Maldonado.
En Caldas, a no votar por Humberto de la
Calle y Lizcanito; pero sí por el Senador Mejía y por Fernando
Londoño Hoyos, y así en cada departamento y
circunscripción electoral.
En Bogotá, a no votar por el cenador que se peda; pero sí
con fervor y abundancia por María Fernanda Cabal.
Excelente propuesta, Lástima que en Nariño hasta ahora no n tenemos por quien votar
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