EL
RESPALDO DEL DR. URIBE Y DEL CENTRO DEMOCRÁTICO AL ALCALDE ENRIQUE PEÑALOSA
LONDOÑO
Por Peloecaña
Mal parado queda el Director del programa radial La Hora de la Verdad, después
de la noticia publicada en la edición electrónica del diario El Tiempo de hoy
18 de mayo, en horas de la tarde, con foto a varias columnas y a colores, en la
que aparece el Centro Democrático y su plana mayor, encabezada por el Dr.
Álvaro Uribe Vélez, las representantes María Fernanda Cabal y Tatiana Cabello,
los concejales Diego Molano y Diego Devia y varios ediles de la
ciudad, con el Alcalde Peñalosa y parte de su gabinete, para "manifestarle su apoyo a los proyectos
que está desarrollando en la ciudad y su rechazo al proyecto de revocatoria que
está en curso en el Consejo Nacional Electoral."
La credibilidad de las personas, y máxime cuando se trata de
personajes públicos, es directamente proporcional a la congruencia entre
lo que se dice profesar o creer y los actos que sustentan esa actitud.
Para nadie es un secreto el odio visceral irrevocable que el Dr. Fernando
Londoño Hoyos siempre le ha profesado al alcalde capitalino, odio que nunca ha
sido escondido o disimulado; por el contrario, siempre notoriamente
manifiesto e in crescendo, y de cuyos orígenes los oyentes de La Hora de
la Verdad jamás nos hemos enterado, y que nos ubica en los terrenos de las
especulaciones, o de las ciencias esotéricas y en el campo de los arúspices,
todos sin bola de cristal.
La cábala más repetida es la sostenida por algunos, según la cual la causa
del sentimiento primario de odio obsesivo compulsivo del Dr. Londoño, contra el
burgomaestre bogotano, es la pretensión del mandatorio, durante su primer
gobierno, de trazar y construir la prolongación de la avenida 15, de la
calle 127 hacia el norte, por predios del Country Club. No me atrevo a aceptar
ese motivo de animadversión como causa causarum.
La verdad verdadera es que la actitud del Dr. Álvaro Uribe Vélez y su corte centro-democrática
es diametralmente opuesta a la del Director Honorario y Emérito de ese partido,
en este caso concreto, el asumido por los contendientes en pro y en contra del
bienhallado alcalde Peñalosa.
No dudo que Dios, en su infinita bondad, iluminará a uno de sus más
fervorosos hijos, el Dr. Londoño, para que reciba con humildad franciscana la
desautorización a su actitud sañosa y asuma el disenso de su jefe de
ayer, de hoy y de siempre.
No veo al Dr. Londoño de regreso a su Partido Conservador, para jurar
bandera y velar armas bajo los auspicios de otro de sus grandes odios, el Dr.
Andrés Pastrana Arango.
Esos golpes tan rotundos y contundentes no han de borrarlo de la lucha
política; no, él ha sido valeroso hasta la osadía ilimitada y todos los días da
prueba de ello; inteligente en grado sumo; sabio como el que más, y sabrá
asimilar el golpe, para bien de Colombia y de la decencia y la probidad en el
ejercicio de la política. En este momento, el palo no está para cucharas.
Hago mías las palabras del augusto leopardo, Dr. Ramírez Moreno, a raíz del
conflicto, con el Perú: "Paz
en el interior y guerra en las fronteras."
No hay comentarios:
Publicar un comentario