domingo, 7 de mayo de 2017





EL  VERDADERO RETO DE LA DEMOCRACIA

Por Peloecaña

Escribió Sor Juana Inés de la Cruz: "¿O cuál es de más culpar,/ aunque cualquiera mal haga:/ la que peca por la paga o el que paga por pecar?".

Cuando acudimos al fácil expediente de dictar sentencia de culpable contra el más connotado corruptor de la historia de Colombia, Juan Manuel Santos Calderón, olvidamos que en el proceso de corrupción hay, por lo menos, dos protagonistas, el que compra y el que ofrece su felonía al mejor postor.

¡Pues bien! en esta Patria, adolorida y sojuzgada, el corruptor ya se conoce, pero, a pesar de conocidos, nos olvidamos de los corrompidos: la clase política adepta al régimen, los políticos aparentemente divorciados del régimen, pero adeptos irrevocables de la insurgencia guerrillera marxista y, por ende, atea e impune, y de los jueces que resolvieron quitarle la venda a Temis y romper su balanza, para utilizar la espada como instrumento mortal de lesión y agresión, contra todos los que, según sus códigos partidistas, sean reos del delito de opinar y pensar diferente.

Y a esa cáfila de corrompidos los une el hilo conductor de algunos medios de comunicación, que han fletado las plumas de los comunicadores, que falsean la verdad objetiva, para proclamar las mentiras del régimen, todo, desde luego, por un precio, inevitablemente en métálico: "en rútilas monedas tasando el bien y el mal". 

Tenemos los auténticos demócratas de Colombia el desafío ineludible de cambiar al presidente, para que nos gobierne alguien con un nítido sentido de decencia, sabiduría y probidad.

Pero ese logro será inane y ridículo, si al mismo tiempo no le damos a la Patria una rama legislativa mayoritaria, que avale y propenda por los mismos ideales del gobernante sabio y honesto que rectifique el rumbo errático que hoy nos lleva inevitablemente al despeñadero.

Legisladores y gobernantes han de tener una nueva carta de navegación, una bitácora, una brújula que marque siempre el norte y que dote la nave del Estado de normatividad sustantiva y procedimental que nos conduzca a todos a puerto seguro y sereno.  

Lo que hay es desestabilización, zozobra y pánico colectivo, ante la expectativa inminente de ser una nación inviable y botín de guerra de los insurrectos  y guerrilleros de todas pelambres. 

Los resultados de la Convención del nuevo partido, el Centro Democrático, nos dejan ver una lucecita al final del túnel que, sin duda, será plena luz y deslumbrante fulgor, con el concurso de nuevos portadores de las teas de la libertad y el sentido común. Si no hay ese consenso de amor por lo que en teoría nos es lo más querido, vendrán el llanto y el rechinar de dientes.

La comparaciones a veces resultan odiosas; las que voy a hacer resultan ofensivas para los precandidatos a la Presidencia de la República del Centro Democrático; por eso presento disculpas a los agraviados.

Veamos: ¿Quien puede nombrar, al tiempo y el mismo día, al doctor Carlos Holmes Trujillo y al médico Roy Barreras, los dos vallecaucanos?

¿Qué pareo resiste frente a la senadora Paloma Valencia Laserna, la exministra Clara López Obregón, las dos de rancia estirpe?

¿Quien tiene dudas, para escoger, entre la senadora Claudia López  y la senadora María del Rosario Guerra? 

¿Acaso existe alguna posibilidad que puestos los dos como opción presidencial el exgobernador Sergio Fajardo V. y el jurista emérito y exviceministro Rafael Nieto Loaiza, los dos antioqueños, tenga el primero alguna oportunidad de éxito?

Y si estuvieran en contienda, democrática, ¿quien sería el favorecido con el fervor popular caldense, entre los doctores Robledo y De la Calle, los dos proclives a las FARC, o el exministro, jurista y periodista destacado, doctor Fernando Londoño Hoyos?

Por último, permítanme darle rienda suelta a la imaginación: piensen por un momento que la competencia por la Presidencia de la República fuera entre Samper o Santos frente al doctor Álvaro Uribe Vélez, ¿cuál sería el resultado?


No hay comentarios:

Publicar un comentario