martes, 18 de octubre de 2016





EL  PRIMER FESTIVAL INTERNACIONAL DE PAYASOS

Por Peloecaña

En la edición electrónica El Tiempo de hoy, 18 de octubre, informa de la realización de un evento transcendental para el país, aunque se trate de algo aparentemente frívolo.

Dice el titular: "Comienza el Primer Festival Internacional de Payasos"; como la noticia no me pareció tan importante, pasé por encima de ella, sin leer su desarrollo. 

Cavilando un poco más creí estar equivocado, porque por acto reflejo la asocié con la compra, perdón la adjudicación en pública subasta con un solo aspirante, como en el caso de marras, del Premio Nobel de la Paz a nuestro insigne y epónimo presidente, apaciguador y tahúr de oficio.

Entonces quise estar mejor enterado; pero, ¡oh sorpresa! El Tiempo ya había colgado la primicia, tal vez temeroso de la chacota que la misma provocara en sus lectores, a través de las redes sociales.

Entonces decidí escrutar, como lo hace la Registraduría, los entresijos de tan magno evento y éste es el resultado del vuelo de la imaginación:  

Los invitados por Colombia son todos de excepción, el presidente galardonado en Noruega; la mesa de diálogos de La Habana, incluidos los Generales Mora y Naranjo, los dos frutos de la huerta de las FF.AA. de mi Patria;  los agremiados en la junta nacional de los sin nombre, pero todos con su respectivo alias; el padre de la Constitución de 1991, manizalita de todo el Ruiz; y la delegación nacional del festival se reservó, aprovechando su condición de sede del evento, un número considerable de payasos que, a medida que las exigencias circunstanciales del evento lo requirieran, serían llamados a reforzar el equipo,  para garantizarle a Colombia el máximo trofeo del Campeonato Internacional de Clowns. Siempre jugando con ventaja y con las cartas marcadas y los ases en la manga. 

No podía ser de otra manera; había que hacerle deshonor, una vez más, al talante del tahúr mayor.

Como se trataba de aplaudir a rabiar al anfitrión, todos los demás países participantes aceptaron reverentes la ventaja del caso.

La banca de emergentes de la delegación colombiana la integraban, entre otros, el exsecretario de UNASUR, expresidente Samper; el también  expresidente y mandamás de la gallada promotora del SI derrotado, César Gaviria; el exconservador Presidente del Congreso; los directores del  exdiario de todos los Santos, el que fuera patrimonio invaluable de EL TIO y del Partido Liberal; desde luego,  la revista Semana y la cadena radiotelevisiva Caracol.

Sitio de suplentes también ocuparon los jerarcas de la teología de la liberación, nunca de la Iglesia Católica, y todos los ministros del régimen y toda la bancada parlamentaria adicta a la paz tramposa, derrotada el 2 de octubre.

El jurado internacional estaba integrado, entre otros, por los payasos de la más alta jerarquía y alcurnia, unos en actividad y otros en uso de no tan buen retiro: el Rey cazador Don Juan Carlos; el exsecretario General de la ONU; los mandatarios del Alba, asesorados por los de Cuba y Nicaragua;  y un delegado del Rey de Noruega.

Por la condición personal de los participantes y jueces, éste,  parece, más un festival de ex que uno de payasos.

¿Adivinen quien gano el festival? Todos mis lectores pensarán que Colombia. ¡Pues no! el país sede fue declarado fuera de concurso. Se lo merecía, por ser un régimen payaso con muchos claques que aplauden, desde luego, todos prepago. 




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