EL PRIMER
FESTIVAL INTERNACIONAL DE PAYASOS
Por Peloecaña
En la
edición electrónica El Tiempo de hoy, 18 de octubre, informa de la realización
de un evento transcendental para el país, aunque se trate
de algo aparentemente frívolo.
Dice el
titular: "Comienza el Primer
Festival Internacional de Payasos"; como la noticia no me pareció tan
importante, pasé por encima de ella, sin leer su desarrollo.
Cavilando
un poco más creí estar equivocado, porque por acto reflejo la asocié con la
compra, perdón la adjudicación en pública subasta con un solo aspirante,
como en el caso de marras, del Premio Nobel de la Paz a nuestro insigne y
epónimo presidente, apaciguador y tahúr de oficio.
Entonces
quise estar mejor enterado; pero, ¡oh sorpresa! El Tiempo ya había colgado la
primicia, tal vez temeroso de la chacota que la misma provocara en sus
lectores, a través de las redes sociales.
Entonces
decidí escrutar, como lo hace la Registraduría, los entresijos de tan magno
evento y éste es el resultado del vuelo de la imaginación:
Los
invitados por Colombia son todos de excepción, el presidente galardonado
en Noruega; la mesa de diálogos de La Habana, incluidos los Generales Mora y
Naranjo, los dos frutos de la huerta de las FF.AA. de mi Patria; los
agremiados en la junta nacional de los sin nombre, pero todos con su respectivo
alias; el padre de la Constitución de 1991, manizalita de todo el Ruiz; y la
delegación nacional del festival se reservó, aprovechando su condición de sede
del evento, un número considerable de payasos que, a medida que las exigencias
circunstanciales del evento lo requirieran, serían llamados a reforzar el
equipo, para garantizarle a Colombia el máximo trofeo del Campeonato
Internacional de Clowns. Siempre jugando con ventaja y con las cartas marcadas
y los ases en la manga.
No
podía ser de otra manera; había que hacerle deshonor, una vez más, al talante
del tahúr mayor.
Como se
trataba de aplaudir a rabiar al anfitrión, todos los demás países participantes
aceptaron reverentes la ventaja del caso.
La
banca de emergentes de la delegación colombiana la integraban, entre
otros, el exsecretario de UNASUR, expresidente Samper; el
también expresidente y mandamás de la gallada promotora del SI
derrotado, César Gaviria; el exconservador Presidente del Congreso; los
directores del exdiario de todos los Santos, el que fuera patrimonio
invaluable de EL TIO y del Partido Liberal; desde luego, la revista
Semana y la cadena radiotelevisiva Caracol.
Sitio
de suplentes también ocuparon los jerarcas de la teología de la liberación,
nunca de la Iglesia Católica, y todos los ministros del régimen y toda la
bancada parlamentaria adicta a la paz tramposa, derrotada el 2 de octubre.
El
jurado internacional estaba integrado, entre otros, por los payasos de la más
alta jerarquía y alcurnia, unos en actividad y otros en uso de no tan buen
retiro: el Rey cazador Don Juan Carlos; el exsecretario General de la ONU; los
mandatarios del Alba, asesorados por los de Cuba y Nicaragua; y un
delegado del Rey de Noruega.
Por la
condición personal de los participantes y jueces, éste, parece, más un festival de ex que uno de
payasos.
¿Adivinen
quien gano el festival? Todos mis lectores pensarán que Colombia. ¡Pues no! el
país sede fue declarado fuera de concurso. Se lo merecía, por ser
un régimen payaso con muchos claques que aplauden, desde luego, todos
prepago.
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