MAL COMIENZO DE AÑO
Por Peloecaña
Hoy, a pesar del alborozo normal que todos
sentimos por el regreso del doctor Londoño a LA HORA DE LA VERDAD, tuvimos
por desgracia que oír el exabrupto que significaron sus opiniones
descalificatorias y los juicios de valor que emitió, para saciar su odio
visceral, contra el mejor Alcalde que ha tenido Bogotá, el doctor Enrique
Peñalosa Londoño, en mucho tiempo, igual que él sin duda lo fue como
Ministro del Interior y de Justicia, en el primer mandato del Presidente Uribe.
Desde luego los dos, igual que todos los
seres humanos nos equivocamos. Esa es
una condición inherente a esa calidad.
A través de su partenaire y claque montó el tinglado de la farsa de una manera tan
burda y ramplona, que por un momento pensé que estaban leyendo un artículo de
Semana.
Ese cuento de las investigaciones
periodísticas de William Calderón, que le permitían dar por cierto que había
una alianza siniestra, fraguada y consolidada entre todos los partidos y
movimientos afines con el régimen, para revocar el mandato de Peñalosa y para
designar a Ernesto Samper, como su reemplazo, no se lo comieron ni los
integrantes de la mesa de trabajo del programa, distintos a
William, coautor de la patraña infame.
En acto reflejo instantáneo, todos
reaccionaron al unísono en contra de tal despropósito, y como en un efecto
dominó, reaccionamos igual los contertulios de La Hora de la Verdad.
En un alarde de malabarismo argumental, el
doctor Londoño hizo gala de la concentración biliar que alimenta su odio al
burgomaestre actual, cuando pretendió decir que el éxito relativo del primer
gobierno del mandatario de la capital se debió a los ingresos extraordinarios
que el Distrito recibió por la venta parcial de la Empresa de
Energía Eléctrica.
¿Acaso cuando el Concejo autorizó esa operación
no señaló la destinación específica de esos fondos?
¿Piensa el doctor Londoño que el doctor
Peñalosa ha debido congelarlos, abstenerse de gastarlos y preservarlos como
botín político y personal para sus sucesores?
Y no contento con esa conclusión,
impropia de una persona de su sabiduría reconocida, continúa arguyendo que
también esa es la causa y el objeto oscuro del primer mandatario distrital,
para pretender la venta de la Empresa de Teléfonos.
Doctor Londoño, si no lo recuerda ese
proceso de venta ya es añejo y no es iniciativa del actual alcalde, y cuenta
con la autorización válida del Cabildo Distrital.
Esa actitud a todas luces equivocada es, ni
más ni menos, que la manera de subirse al bus de la revocatoria, pero sin pasar
por la registradora entrando por la puerta de atrás, para que el pasaje no
quede registrado.
"Pasajeros de la Revolución, por favor subir a bordo".
¿Ha pensado el doctor Londoño que de tener
éxito la revocatoria del mandato a Peñalosa, se pone en gravísimo riesgo el
triunfo de cualquier proyecto político para elegir un candidato presidencial
amigo del cambio positivo?
De entrada, habrá que contabilizar un
déficit electoral en contra de cualquier opción, por la que él ha luchado
con tanto empeño, a riesgo de su propia vida y de la tranquilidad de su
familia y la de sus amigos.
Ese déficit lo constituyen los votos de
quienes escojan la revocatoria y a ellos hay que agregarles los votos de los peñalosistas
indignados.
Por favor doctor Londoño, entierre el hacha
de la guerra y enfunde la espada de la contienda estéril y fratricida. En este
momento necesitamos de la solidaridad y generosidad de todos. ¡La salud de la
Patria lo requiere!
No hay comentarios:
Publicar un comentario