LA
CANDIDATURA PRESIDENCIAL DEL DOCTOR ALEJANDRO ORDOÑEZ MALDONADO
POR PELOECAÑA
Hastiados como estamos de 6 años de traiciones, equivocaciones deliberadas
y corrupción inconmensurable, desgobierno y anarquía, todos, tirios y troyanos,
solamente esperamos con vehemencia el término de este mandato funesto
y tétrico.
Como ya de todos es sabido, la primera elección del mandatario actual fue
el fruto de una equivocación colectiva monumental, que nos ha permitido
confirmar que la certeza de la sentencia que consagra "vox
populi, vox dei" no siempre es válida.
Nació ese mandato, aupado sobre la iniquidad y el engaño, cuya primera
víctima fue el colombiano sabio e impoluto, doctor Andrés Felipe Arias Leiva,
y tales, iniquidad y engaño, como un auténtico efecto dominó dejaron
tendidos en la Patria Colombiana a su familia y a todo el sistema democrático,
hasta entonces vigente.
Pero como cuatro años de depredación y felonía no fueron suficientes
para satisfacer los instintos primarios insaciables del tahúr que detenta
la primera magistratura, para desgracia de todos, decidió continuar a la cabeza
del Estado y se lanzó a la reelección presidencial, y con el elemento
"a sabiendas", es decir con plena intención de hacer mal, logró
su propósito maligno y para conseguirlo no dudó en repetir la dosis que le aplicó
al doctor Arias, a otro colombiano emérito, el doctor Luis Alfredo Ramos
Botero, y lo eliminó de la competencia, igualmente a sabiendas, es decir con
toda la mala leche y, como en el primer caso, sacó de circulación al más
visible de todos sus hipotéticos contendientes.
Y no contento con su insolvencia moral, también infiltró la campaña de
su oponente y, literalmente, se robó el triunfo electoral.
Una coincidencia patética, por calificarla de alguna manera, es el
común origen geográfico de los protagonistas de estos episodios
vergonzosos de la historia reciente de Colombia:
El doctor Arias Leiva, antioqueño epónimo, el doctor Ramos Botero, montañero
de todo el maíz; el doctor Álvaro Uribe Vélez, como los dos, también antioqueño,
y mentor del bogotano palitraquero, mentiroso y audaz como ninguno, Juan Manuel
Santos Calderón.
Antioqueños también Nohemí Sanín Posada y Sergio Fajardo Valderrama, los
dos calanchines del tahúr bogotano. La historia ya los juzgó.
Este preámbulo, para aterrizar en el tema central de este mensaje: la
candidatura presidencial del doctor Alejandro Ordóñez Maldonado.
¿Por qué él es la mejor opción en mi modesta opinión?
1° Por la calaña personal de sus detractores.
Dime con quien andas y te diré quien eres. Como la miel atrae a las abejas,
la identidad de personalidades y la afinidad de procederes son factor
aglutinante de las asociaciones y de la unión entre grupos de personas.
La familia Samper, Ernesto, Daniel, y Daniel su hijo; la senadora Claudia
López y su pareja; las FARC; la Mesa de la Unidad Nacional; la mayoría de los
Consejeros de Estado; los colectivos de personas diferentes; los que se sienten
mejor sin ataduras religiosas; los marxistas, en fin, son
todos ellos los enemigos de su candidatura; esa unidad de tirrias,
que impulsa a tales personas, es lo que nos aúna en torno a la persona y a
las ejecutorias del doctor Alejandro Ordóñez Maldonado.
Por su bondad integral para ejercer la Presidencia de la República,
estamos con él.
2° Por su sapiencia y solvencia moral.
Como tenemos la opción de escoger el mejor, es por lo que su candidatura
presidencial nos conmueve y anima.
Ha demostrado, hasta la saciedad, su solvencia ética y su sabiduría
jurídica; nunca sus detractores podrán combatirlo, por decisiones
institucionales contrarias a la razón o al Derecho.
Sin embargo, los mismos que exigen respeto para las minorías
diferentes que, desde luego, lo merecen, le niegan al doctor Ordóñez su opción
libérrima, la de creer en su conservatismo y la de profesar su fe católica.
Esos son los que mentirosamente se autoproclaman respetuosos de la opinión
ajena, del libre albedrío y enemigos del fundamentalismo ideológico.
Por la reciedumbre moral de su conducta, por su congruencia ideológica y
por su talante integral de hombre de bien, por eso estamos con él.
3° Porque no queremos más de lo mismo.
Colombia está en las simas donde posa, por haber abandonado el respeto y
culto a los valores positivos, que otrora, no hace mucho, fueron su norte
y que constituyeron para la sociedad auténticos propósitos nacionales.
Abandonamos el respeto al derecho ajeno y, en su reemplazo, accedieron a la
brava la corrupción, el narcotráfico, la injusticia, el imperio de la
voluntad del más vivo; se cambió el Solio de Bolívar por la mesa del garitero y
el asiento del tahúr; hemos aceptado como guardián de la virtud de nuestras
hijas a la dueña del prostíbulo; y cuidan la integridad física y moral de
nuestros niños los pederastas y aberrados.
Por eso rodeamos confiados y seguros al doctor Alejandro Ordóñez Maldonado,
porque es garantía cierta e inequívoca de que tiene la sabiduría y la probidad
suficientes y los arrestos necesarios para plantar la libertad y el orden, en
lugar de lo que vergonzosamente hoy impera, la tiranía, la complicidad y
la manguala y la compraventa.
Invito, respetuoso, a todos los líderes de la opinión colombiana, entre
ellos a los doctores Andrés Pastrana Arango, Álvaro Uribe Vélez, Fernando
Londoño Hoyos, Jaime Castro, Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo, Oscar
Iván Zuluaga, y a la doctora Martha Lucía Ramírez a que se unan de manera
sólida y generosa, en busca de lo mejor para Colombia. Presurosos
y entusiastas los acompañaremos.
Todos debemos entender que esa unidad, en torno de la salud de la patria,
es necesaria e imprescindible; no es momento de satisfacciones personales, ni
de hipertrofia del ego.
Así como pudimos vencer rechazando los acuerdos de La Habana,
combatiendo y derrotando todo el poder corruptor del Estado y enfrentando
la violencia criminal de la guerrilla paramilitar, nuestra vocación sigue
siendo de triunfo y debemos ganar la madre de todas las batallas.
También debemos cuidar la seguridad personal e institucional de nuestro
candidato, impidiendo cualquier acción tendiente a sacarlo de la contienda
electoral.
Doctor Uribe, si usted se echó literalmente al hombro la candidatura
presidencial del actual presidente, la del doctor Alejandro Ordóñez Maldonado
sí es confiable, él es un hombre limpio y capaz, sin pliegues ni recovecos en
el alma, auténtico y leal. Lo ha demostrado con creces.
Aunque el organismo que se tomó el atrevimiento de pervertir, anular y maldecir el Decreto milenario "VOX POPULI, VOX DEI", millones de colombianos le vamos a demostrar a éste organismo mal llamado "iglesia católica" que éste decreto SIGUE VIGENTE Y QUE LA VOZ DE DIOS NO SE CALLARA
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