sábado, 23 de abril de 2016





DEL TERRORISMO ISLAMITA Y EL  TERRORISMO CRIOLLO


Por Peloecaña


Quiero que alguien me explique, porque soy incapaz de entenderlo.

¿Por qué cuando los fanáticos islamitas degüellan periodistas de pelo y ojos claros, ingleses, norteamericanos o franceses, el señor Obama echa las campanas al vuelo, toca a somatén y, como si se tratara del reflejo condicionado de Pavlov, los así estimulados por el tilín tilín responden presurosos y ofrecen alianzas invencibles para vengar la degollina europea; y cuando se trata de los terroristas de las FARC, la ONU y la OEA hacen sonar los clarines de la paz, como si las minas antipersonales que afectan la población civil, el reclutamiento de menores, las voladuras de oleoductos de la infraestructura vial y energética y el ajustamiento con tiros de gracia, a los guardianes de la vida y bienes de los colombianos, tuvieran justificación válida ante el mundo.

Nuestra sangre aunque mestiza, como dice la canción, "también tiñe de rojo" a pesar de que los guerrilleros y el presidente Santos no lo crean. ¿O es que la de los militantes de las FARC es azul, mientras los hemólogos averiguan el color de la del presidente?

Esa discriminación criminal no aporta nada a la solución del conflicto universal incluido el nuestro; los dialogantes incondicionales y sumisos tampoco lo hacen, tendrán que tomar de la misma medicina que la insurgencia por su mano nos pretende recetar a todos.

Cuando Juan Manuel Santos, como Ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe, se atravesó como mula muerta en el camino del triunfo de la sociedad colombiana, para impedir la negociación que significaba  la prórroga de un convenio bilateral, entonces vigente,  entre Colombia y los EE.UU. de Norteamérica,  y la modernización de varias bases militares colombianas, que tendrían la asesoría y el apoyo bélico estadounidense, no fue por casualidad, fue en cumplimiento de un cometido fríamente calculado, pues nunca ha de dejado ser el “Santiago”, del que el venezolano Pedro García nos hablara en días pasados.

Desgraciadamente, ahí también se equivocó el Presidente Uribe al no tener la claridad y la entereza que tanto lo ha caracterizado; ha debido sacarlo inmediatamente del gabinete y otra sería en este momento nuestra situación; la paz seguramente estaría más cerca y "Santiago" no hubiera sido presidente reelegido de la República.

Pero, en fin, de nada nos sirve llorar sobre la leche derramada.

Para evitar la prórroga del convenio militar aludido, el ministro "Santiago" contó con el respaldo de los magistrados representantes en la Corte Constitucional del régimen que tan nefasto ha sido para todos y que le costó la vida valiosísima al mas importante colombiano de todos los tiempos.

"Quosque tandem  abutere catilina patientia nostra".  (Cicerón)

25 de septiembre de 2014


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