lunes, 25 de octubre de 2021

 





SANTOS Y DUQUE

 

Por Peloecaña

 

Muchos de los electores del presidente Iván Duque Márquez lo hicimos por lealtad con los expresidentes Pastrana y Uribe, a pesar de nuestras reservas por la proclividad del elegido con Juan Manuel Santos y con el magnate Soros y, en últimas, porque el dilema no era tan insoluble; se trataba de escoger entre Petro y Duque, y la definición para nosotros nunca estuvo en duda, corrimos el riesgo y lo asumimos.

 

El mismo día de su posesión confirmamos nuestras válidas reservas: la nómina ministerial.

 

En vez de escoger un gabinete integrado homogéneamente por definidos y firmes militantes de sus mentores, Pastrana y Uribe, los santistas aparecieron en carteras transcendentales, tal vez porque nunca olvidó su militancia en las huestes del más apátrida y traidor de todos quienes han detentado el poder, el tal chuky. 

 

Temprana y contundente decisión. Nos habíamos equivocado, pero de todos modos Petro no accedió a la Presidencia.

 

Santos se quitó el pasamontañas y en un alarde de cinismo dijo lo que su impronta tiene impresa en caracteres indelebles: "En política, lo normal es la deslealtad y la traición, son la regla, nunca la excepción".

 

Pues bien. Le correspondió el turno de padecer en carne propia al propio presidente Duque, la deslealtad y la felonía proverbiales de su examigo.

 

La revista Semana, en su edición electrónica de hoy, bajo el titular: "Las jugadas sucias de Juan Manuel Santos", en crónica extensa, nos cuenta las hazañas del traidor profesional y, de manera minuciosa pero cierta, nos informa de la labor de zapa, del fulano Santos, contra su sucesor, el presidente Duque.

 

Lo descalifica ante la ONU; acude a Brasil para serrucharle el piso, antes de su viaje oficial a ese país; lo propio hace antes de la visita presidencial a España; y pide cita al presidente Biden que, por fortuna, le fue negada, también con el propósito de desrecomendar a su antiguo pupilo.

 

Presidente Duque, eso sembró, eso está recogiendo.

 

Cría cuervos y te sacarán los ojos.

 

 

 

martes, 19 de octubre de 2021



                                                                    




 CARTA ABIERTA A LOS PRECANDIDATOS PRESIDENCIALES DEL CENTRO DEMOCRÁTICO

 

 

Señoras

María Fernanda Cabal Molina

y Paloma Valencia Laserna

Señores

Rafael Nieto Loaiza

Oscar Iván Zuluaga Escobar

Josué Alirio Barrera Rodríguez.

Presentes

 

Respetados, admirados y acatados precandidatos, saludo respetuoso y cordial para todos.

 

Permítanme iniciar este patriótico y urgente mensaje haciendo énfasis en la importancia de la configuración de una empresa electoral, sólida, monolíticamente unida, generosa y salvadora, porque lo que está en juego es, ni más ni menos,  la salud de la patria, la de todos, sin distingos ni discriminaciones.

 

“La patria así se forma/ Termópilas brotando;/ Constelación de cíclopes/  la noche iluminó./  La flor estremecida,/ mortal el viento hallando,/ debajo los laureles/ seguridad buscó”.

 

Llegó el momento de las decisiones transcendentales y definitivas, y estamos todos en la obligación de acertar; Colombia así lo exige y reclama.

 

No caben ahora los vetos ni las descalificaciones, vengan de quien vengan, lo inaplazable justo y necesario es el consenso pactado no impuesto, programático y fructífero, al cual debemos todos aportar, en la medida de nuestras capacidades y posibilidades.

 

El querer y la voluntad popular que, en últimas, es la decisión que estamos llamados a respetar, en la medida en que no afecte nuestro acervo cultural, nuestra tradición democrática y nuestra supervivencia como estado libre, como nación unitaria y como país soberano.

 

Ahorremos tiempo, gastos de campaña y enriquezcamos la excelente decisión de acertar con tino y satisfacción.

 

Todos los precandidatos tienen merecimientos válidos, atestados notorios y un vínculo común, el amor incuestionable a Colombia. Por favor precedan en consecuencia y acepten el querer popular: "Vox populi, vos Dei".

 

La egregia persona del sentir de la patria tiene ya un lugar en el corazón de las mayorías, por sus virtudes demostradas, su lealtad indeclinable, su inteligencia preclara, su descomunal valor, se personalidad recia, pero jamás intransigente. Rodeémosla sin ambages ni titubeos, y hagámosla primera Magistrada y Presidente de esta patria tan golpeada y lastimada, para que la fe, la esperanza y la caridad no sigan siendo una utopía sino una contundente y tangible realidad.

 

Peloecaña

 

 

 

 

 

 

sábado, 9 de octubre de 2021

                                                                

                                                                                




 ¿POR QUÉ NO GANAMOS EN LA CUNA DEL CENTRO DEMOCRÁTICO Y DEL URIBISMO?

 

Por Peloecaña

 

Antioquia y, desde luego su capital, Medellín son, sin duda, la cuna y centro telúrico de lo que bien puede ser la antítesis del petrismo.

 

El gobernador es un destacado miembro del partido liberal y el alcalde de Medellín es un petrista químicamente puro.

 

¿Por qué, habida cuenta de la militancia política antioqueña, por un lado la nítida mayoría conservadora y, por el otro, la abundante, abundantísima identidad con la persona y las ideas del doctor Álvaro Uribe Vélez, los resultados electorales le fueron adversos a esas nítidas tendencias de opinión?

 

No es un secreto, por la inconciencia y el egoísmo de algunos jefes locales, que tercos y empecinados practican esta nefanda costumbre: "Si no soy yo o uno de mis amigos, que muera Sansón y todos los filisteos".

 

Me imagino que la pésima gestión del alcalde de Medellín les habrá servido de lección a todos los paisas desencantados por haber sufrido, en carne propia, la pérdida de liderazgo de la raza montañera, en toda Colombia.

 

Imaginémonos por un momento que hubiera sucedido lo contrario, y que el alcalde "pinturita" hubiera acertado en su mandato. Sin duda la elección de Gustavo Petro sería más inminente, o ya el petrismo lo hubiera expulsado de sus huestes.

 

Si la dirigencia antioqueña decide, de una vez por todas, renunciar a sus ismos personalistas, podremos esperar que Colombia volverá por el buen camino, y por la senda positiva del mandato del Gran Colombiano.

 

Si persisten los paisas en su ausencia total de instinto de conservación, es decir de conservatismo, vendrán el crujir de dientes y las lágrimas en abundancia, entonces tendremos que repetir la sentencia de la madre del moro Boabdil cuando perdió a Granada: "Llora como mujer, lo que no supiste defender como hombre".