jueves, 28 de abril de 2016





EL  SAINETE DE LA DESIGNACION DEL FISCAL. Segundo acto.


Por Peloecaña

Puso el Presidente de la República el punto bien alto como paradigma de burla a la opinión, a los juristas y a la Constitución, al inventarse la apertura de inscripción para quienes ilusos querían aspirar a la terna que el primer mandatario debía presentar a la Corte Suprema de Justicia, para que la corporación judicial escogiera el Fiscal General de la Nación.

Como de lo que se trata en este régimen farandulero y espectacular es establecer cómo las lentejuelas y alamares brillan más en el  traje de luces que la hondura, profundidad, valor y arrojo de los toreros, la Corte Suprema se ha inventado una ceremonia más para el paseillo.

Los integrantes de la terna mixta de diestrísimos maestros, antes de acudir a la barrera a entregar sus capotes de paseo y  al palco de la presidencia a desmonterarse y hacer la venia de rigor, deben pasar por las cámaras de la televisión para que la asistencia a los tendidos los oiga uno por uno y, en un plazo irrevocable de 15 minutos, hablar de cómo van a desarrollar la faena de la corrida. 

Por extraña coincidencia, cada faena taurina dura aproximadamente el  mismo tiempo y a veces el torero, al final de la corrida,  sale en hombros o en medio de una ensordecedora silbatina, cuando no le devuelven el toro vivo a los corrales, por haberse espantado y dado un petardo monumental.

Dice el artículo 249º de la Constitución Política que el Fiscal General de la Nación será elegido por la Corte Suprema de Justicia, de terna enviada por el Presidente de la República, pero no establece la norma cómo se escoge la terna en mención.

Parece que el Presidente, en una declaratoria pública de imbecilidad a todos los colombianos, asumió motu proprio que para que la corrida fuera mas expectante había que conformar el cartel, convocando a todos los maletillas y novilleros simultáneamente con los diestros más conocidos y mejores lidiadores que, desde luego, ya habían sido contratados previamente y en silencio.

Sin embargo, los apoderados de uno de los diestros de más postín, como tenían el antecedente de la venta de Isagen, fueron a nominar su poderdante, como único matador, a sabiendas de la catadura de tahúr del que siempre juega con las cartas marcadas. Creyeron que la subasta, perdón, la terna debía ser solamente de uno.  

Pero, ¡oh marrulla! la voluntad de tan connotados apoderados fue ignorada y el matador lidiador de mil corridas quedó fuera del cartel.

¡Quien dijo miedo! Como desconocieron nuestro pupilo, todas la cuadrillas y ganaderías y  representadas por nosotros, dueños de la fiesta brava, serán retirados del espectáculo.

Puesto el conejo por el Presidente, las autoridades de la plaza que han de definir el ganador del trofeo de la feria, lo mismo que con la inscripción de aspirantes a fiscal, para hacer más apetecible el espectáculo deciden que todos los ternados han de defender su prestancia, en interrogatorio público, trasmitido por la televisión oficial, en menos de lo que dura la suerte de  capa, el tercio de varas y la faena de muleta y, desde luego, la suerte suprema, o sea las sentencias condenatorias o absolutorias que serán proferidas según la divisa a que pertenezca el toro en turno. Mas que la calidad de la faena, la muerte o el indulto están indisolublemente ligados a la ganadería.

No tengo duda de la prestancia personal y profesional de los ternados por el Presidente; ellos,  por autoestima y por la valía que ostentan, no han de prestarse al espectáculo televisivo al que la honorable Corte Suprema de Justicia los quiere someter.

Definitivamente, para los Magistrados, la justicia sigue siendo un espectáculo circense.

Si el artículo constitucional citado reza, refiriéndose a las calidades que el Fiscal General de la Nación debe cumplir: "Debe reunir las mismas calidades exigidas para ser magistrado de la Corte Suprema de Justicia", es de perogrullo que merece el mismo tratamiento respetuoso que los honorables Magistrados.

¿Por qué serían tan necios los Constituyentes de 1991 que olvidaron señalar que la configuración de la terna que nos ocupa debía ser escogida por el Presidente, previa convocatoria multitudinaria a inscripción de los aspirantes a figurar en ella, y que una vez presentada a consideración de la Corte la elección debía estar sometida al juicio popular, después de que los ternados hubieran posado intelectualmente, por lo menos, durante 15 minutos ante las cámaras de la televisión?


¡Ni tanto honor ni tanta indignidad!

martes, 26 de abril de 2016




DE  LO QUE PUDO HABER SIDO Y NO FUE

Por Peloecaña

Para no ser siempre tan transcendental, hoy quiero plantearles a mis generosos lectores algunos interrogantes, más en broma que cualquier otra cosa.

1º. ¿Qué hubiera pasado si los conspiradores del 25 de septiembre de 1828, contra el Libertador Simón Bolívar, hubieran tenido éxito en su intenciones de asesinarlo?  

2º. ¿Qué hubiera pasado si las elecciones presidenciales de 1938 las hubiera ganado el Dr. Carlos Arango Vélez y no el Dr. Eduardo Santos?

3º. ¿Qué hubiera pasado si al Dr. Jorge Eliécer Gaitán lo hubieran asesinado el 9 de abril de 1945 y no tres años después?

4º. ¿Qué hubiera pasado si el Dr. Belisario Betancur Cuartas no hubiera sido presidente de Colombia?

5º. ¿Qué hubiera pasado si no asesinan al Dr. Luis Carlos Galán Sarmiento?

6º. ¿Qué hubiera pasado si los hermanos Rodríguez Orejuela no hubieran comprado la Presidencia de Colombia?

7º. ¿Qué hubiera pasado si Álvaro Gómez Hurtado hubiera sido Presidente de la República?

8º. ¿Qué hubiera pasado si el Dr. Álvaro Uribe Vélez no nos hubiera recomendado votar por Juan Manuel Santos Calderón para Presidente de Colombia? 

9º. ¿Que hubiera pasado si Juan Manuel Santos Calderón no hubiera vendido sus acciones de El Tiempo?

10º. ¿Que hubiera pasado si Eduardo Montealegre no hubiera sido Fiscal? 


A continuación voy a ensayar mis respuestas: 

1º. Si los conspiradores hubieran tenido éxito, Manuelita no sería la Libertadora del Libertador y la Quinta de San Pedro Alejandrino sería un lugar ignoto.

2º. Que Andrés Pastrana sería nieto e hijo de expresidentes, y hoy expresidente, para mayor escozor de sus malquerientes.

3º. Que Jorge Eliécer Gaitán hubiera muerto en pleno régimen liberal y, entonces, ni la Iglesia, ni el Dr. Laureano Gómez, ni el Partido Conservador hubieran tenido algo que ver con la violencia en Colombia.

4º. Si Belisario no hubiera sido Presidente de Colombia,  el M19 no se hubiera tomado el Palacio de Justicia, por sustracción de materia, y el Coronel Vega hubiera sido General de muchos soles.

5º. Si no asesinan a Luis Carlos Galán, Gaviria no hubiera sido Presidente de Colombia y no hubiera existido cárcel de  la catedral. 

6º. Si los Rodríguez Orejuela no hubieran comprado la Presidencia de la República, no hubiera habido proceso 8.000 y Álvaro Gómez Hurtado hubiera sido Primer Mandatario de los colombianos.

7º. Si Álvaro Gómez Hurtado hubiera sido Primer Mandatario de este país, habría respeto a la ley, administración pública integralmente honesta, justicia verdadera para todos, desarrollo con equidad y respeto por la naturaleza.

8º. Si no le hubiéramos hecho caso al Dr.  Álvaro Uribe Vélez de votar por Juan Manuel Santos Calderón, no estaríamos en los diálogos con la guerrilla en La Habana; ni hubieran vendido a Isagen; ni Reficar hubiera costado lo que costó; y la solvencia moral republicana no sería una quimera; y gozaríamos de paz verdadera; y no hubiera tanto diabético en la burocracia y en la prensa.

9º. Si Juan Manuel Santos no hubiera vendido sus acciones de El Tiempo, el expropiado hubiera sido él y no Luis Carlos Sarmiento Angulo.  

10º. Si no hubiera sido fiscal Eduardo Montealegre, la Fiscalía sería el templo de la justicia, y no una casa de lenocinio.  


domingo, 24 de abril de 2016



EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO

Por Peloecaña

Cuando la reforma constitucional de 1991 creó la Fiscalía General de la Nación, capítulo 6°, del título VIII de la Constitución, artículos 249° a 253°, inclusive, lo hizo en el entendido que se iba a mejorar la administración de justicia en cuanto a la eficiencia de la justicia penal ordinaria, ya que su entronización, la de la Fiscalía, en el ámbito judicial, acababa con el sistema penal inquisitivo y le daba cabida al nuevo orden, instaurando el sistema penal acusatorio.

Lo que nunca pensaron los constituyentes del 91 fue en la circunstancia nefanda que por mera pereza intelectual, que no mental, los encargados de engendrar, concebir la criatura y atender el parto, ante su incapacidad manifiesta, clonaron el sistema penal acusatorio  norteamericano, pero en español y sin comillas.

Trasplantaron una figura propia del sistema judicial anglosajón, para reemplazar algo que ha debido adaptarse a nuestra tradición jurídica, haciendo, desde luego, el tránsito necesario sin abandonar las fuentes de nuestro derecho. 

Entonces la escuela del profesor Carnelutti, estrella tutelar entre otros, del derecho probatorio que siempre ha sido fuente acatadísima de nuestra juridicidad, fue ignorada olímpicamente por los padres putativos del nuevo engendro.

Los elementos simples pero esenciales en los que estaban asentados los requisitos del testimonio, como prueba que debía aportar la fiscalía para que el Juez fallara, fueron pseudo interpretados y manipulados para que quien califica los ignore, cuando de oír testigos se trate, sin que importe la credibilidad del declarante ni su condición de testigo sospechoso.

Si en la cultura americana una de las costumbres arraigadas es el sentido responsable de culto a la verdad, en tratándose del valor del testimonio en los procesos judiciales y administrativos, en nuestro medio se miente impávida e irresponsablemente y la ninguna estima a la verdad es parte de nuestra cultura.

Mientras en el país de donde se calcó el sistema penal acusatorio el falso testimonio es duramente penalizado y castigado, aquí la impunidad ante la misma conducta es rampante.   

Dice Carnelutti. "El proceso al margen de la verdad no tiene sentido".

Como la justicia ya no es un valor respetable y admirable en nuestro medio y hace tiempos dejó de ser un servicio público esencial, tenemos que soportar y padecer una justicia politizada y mediática.

Desde que la Constitución de 1991 le entregó a las cortes la facultad nominadora de las más altas cumbres de la juridicidad, éstas descendieron de su pedestal respetable y solemne del que otrora estaban investidas y descendieron a la llanura que permite el trueque y la simonía.

Como la fiscalía creó el cartel de los testigos y los amedrenta o estimula, según sus necesidades protervas, la verdad procesal en los procesos penales y en los demás, por contagio pernicioso, es flor exótica y la mentira procesal es columna vertebral de fallos y sentencias, y como cualquier “tirofijo”, donde pone el ojo pone el plomo.

¿"Quousque  tandem Catilina abutere patientia nostra"? 

25 de agosto de 2014


El Procurador Ordóñez





Por  Pelocaña

El país ha soportado durante décadas al régimen y ha tolerado a sus epígonos ejerciendo el poder, ya como gobernantes, ya en el parlamento y ahora campean disfrazados de investigadores y jueces, para oprobio y vergüenza de todos los colombianos, incluidos los que los han sostenido.

El gobierno que fue víctima de los abusos de los hijos del ejecutivo y, desde luego, la sociedad que los padeció, gracias al cancerbero de la moral pública, Doctor Laureano Gómez, logró su derrumbamiento y caída estrepitosa, por los casos del crimen de mamatoco y  el negociado de las acciones de la Handel y de la Trilladora Tolima.

Antes, el mismo régimen había sido protagonista de la firma vergonzante de la paz con los peruanos, vencidos en franca lid, pero que también significó baldón y deshonor para Colombia,

Una vez más el Dr. Laureano Gómez salió en defensa de la dignidad pisoteada y contó con el verbo encendido e iluminado del leopardo embravecido, Dr. Augusto Ramírez Moreno.

Como lo que se hereda no se hurta, después se repitió la historia con los mismos protagonistas y con otra generación de la misma estirpe; fue el caso de la Hacienda La Libertad.

Sigue la presencia del régimen; la mafia del narcotráfico compra la Presidencia de la República y llega al poder el más inmoral y cínico de los presidentes que en el mundo han sido y, desde luego, lleva su cuadrilla. 

El hijo del "monstruo a quien solo se puede amar u odiar", según definición del Maestro Guillermo Valencia, fiel a las enseñanzas de su padre y a su talante egregio, alzó su voz autorizada y expresó que el régimen debía fenecer, porque la salud de la Patria lo exigía.

El régimen creyó que esa actitud digna y encomiable no se podía permitir y en el cenáculo de las raposas, en sesión  oscura y fatídica de la historia reciente de Colombia, fraguó y perpetró la muerte del más grande colombiano de todos los tiempos, el Dr. Álvaro Gómez Hurtado.   

Después vino un interregno en ejercicio del poder con la prestancia moral de Andrés Pastrana y  sucedido por la figura señera de El Gran Colombiano, comprometido con la decencia, con la seguridad y con la paz auténtica.

Y es cuando aparece un personaje de fábula, también exponente triple A del régimen, taimado y paciente como todos los tahúres, paciente hasta  el cansancio, que engañó a todo el mundo y con el aval del Presidente Uribe logró que las mayorías colombianas lo sentáramos en el solio de Bolívar. 

Al día siguiente de su elección, Daniel Samper en su columna Postre de Natas” alertó al país de lo que le esperaba; Colombia  pronto sería víctima de la felonía que él  le conocía por haberlo tratado de cerca toda la vida.

Quienes leímos la profecía del hermano del narco-presidente, pensábamos que se trataba de calumnias contra el recién ungido, por haber sido elegido con el patrocinio del Presidente Uribe y con los votos de los uribistas; pero ¡oh sorpresa!, el postre de natas había sido certero y preciso.

Las elecciones de la segunda ronda habían sido en junio del 2010 y, antes de pasar dos meses, el 7 de agosto ya nos había clavado la gubia de fedayín en la espalda a todos, fingiendo un abrazo fraterno y solidario, para mostrase en todo su esplendor de traidor de marca mayor.

Aún retumbaban en los pasillos de palacio de Miraflores las diatribas de Chávez contra el otrora Ministro de Defensa y ahora Presidente  electo de los colombianos, pero ni la soberanía nacional,  ni la dignidad de la República, ni la solidaridad mínima con su mentor, el Presidente Uribe, figuraban en la escala de valores del fouché bogotano; ya había logrado la presidencia tan anhelada, ya el pasado no existía, había que ingresar al futuro marxista sacudido de temores y mojigaterías, ahora sólo importaban las nuevas amistades, pero no de cualquier clase, se trataba del “Nuevo Mejor Amigo”, del discípulo amado de los Castro, de juhampa, el hermano menor de Evo y de Correa, el calanchín de Cristina, el cómplice de Ortega. ¡Alea jacta est!

También  la tinta indeleble con que Calibán, el abuelo presidencial, escribía su danza de las horas, creando ídolos  con pies de barro y estructura de aserrín y calumniando prohombres que, por su solvencia moral, siempre serán indestructibles, dada  la fantasías de las calumnias, la mitología de sus argumentos, los que siempre sucumbieron ante la realidad de los hechos y solo fueron pábulo y combustible de la violencia entre hermanos, fue parte del acervo sucesoral del traidor consuetudinario, ahora presidente reelegido.

Ese estilo heredado le sirvió al felón para deshacerse de sus hipotéticos competidores; primero el impoluto Andrés Felipe Arias Leyva; y en su campaña aventurera por la reelección usó la misma vesania contra el pulquérrimo Luis Alfredo Ramos Murillo. 

El precursor estilo del parlamentario comunista que se peda está en Colombia en la Casa Editorial El Tiempo, que cambió de dueño pero no de talante, y que hizo suya la frase de Voltaire: “Calumniad, que de la calumnia algo quedará”.

Primero Calibán contra Laureano Gómez; hoy el parlamentario vocero de las FARC contra Álvaro Uribe.

Hay que salvar a Colombia de la continuidad del régimen, que ya tiene en sus cálculos candidato para perpetuarse en el poder, el nieto del expresidente Lleras Restrepo, de quien dijo su tío carnal: “es un Vargas que se cree Lleras”. ¡Qué sentencia familiar tan estremecedora!.  

La mesa está servida para detener tan funesta hipótesis.

Sólo la elección del Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado es garantía de que se cumpla la expresión de Rafael Núñez que su lira poética volvió Himno.

Si queremos que sea verdad el tan cantado “Cesó la horrible noche”, los contradictores del régimen, adeptos del Centro Democrático, del conservatismo de Pastrana y Martha Lucia Ramírez, los militares en retiro que no estén encarcelados por el frente de las togas y, en general, todas la gentes de bien que todavía somos los más, tenemos en el Dr. Ordóñez Maldonado la más clara garantía de rectitud, sabiduría, equidad, firmeza de carácter y lealtad a sus principios, prenda segura de la salvación de Colombia.

¡A votar se dijo y a defender la pureza electoral, con alma vida y corazón!

Los voceros del régimen, como no pueden atacar válidamente  a nuestra esperanza de cambio positivo, se han confabulado contra quien bien puede representarnos con lujo de competencia y le enrostran no sus probadas sabiduría y probidad, sino su declarada adhesión a unos principios y valores y a una filosofía partidista.

El Dr. Alejandro Ordóñez Maldonado es reo de catolicismo y de conservatismo; por eso es la mejor garantía de gobierno pulcro, eficiente, efectivo y eficaz. Las urnas nos esperan para elegirlo nuestro presidente.

¡No más régimen, no más deshonor ni tanta indignidad!

15 de noviembre de 2014