domingo, 26 de abril de 2020







LA  DUPLA DE ORO

Por  Peloecaña


No se ha cumplido aún la mitad del mandato presidencial del doctor Iván Duque Márquez, y ya empiezan a perfilarse candidaturas a sucederlo.

La izquierda de este país ya sacude el sonajero y ya se perfilan candidaturas  como las del Senador del Polo Democrático, Jorge Enrique Robledo Castillo, su colega de partido y corporación, Gustavo Petro Urrego, y también la alcaldesa de Bogotá, Claudia López Hernández; y, sin duda, es inevitable incluir en esta lista y, desde luego, por las huestes de izquierda, al exgobernador de Antioquia y exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo Valderrama.

En la otra orilla del río, el antiizquierdismo, hasta ahora solo se han mencionado de manera velada y más con el deseo, que otra cosa, al doctor Rafael Nieto Loaiza y al también jurista brillantísimo Abelardo de la Espriella Otero.

De todos los que integran el ramillete de opciones, a consideración de los electores, el más joven de todos es el doctor De la Espriella, y los que a mi me despiertan sentimientos de solidaridad y adhesión, son los nombres de los no  militantes de la izquierda colombiana, por aquello de que "por sus obras los conoceréis".

Son los dos, Nieto y De la Espriella, reconocidos juristas, hombres de preeminente prestancia intelectual y con una moral fuera de toda duda, que resisten cualquier examen de su solvencia moral y su valía personal y de su reciedumbre de carácter y su indeclinable servicio a la democracia, desde el foro o desde la administración pública.

Como la Constitución Política de Colombia, vigente hasta hoy, nos ubica dentro de un sistema político presidencialista, y ha consagrado en su artículo 202º, la institución de la Vicepresidencia, este escrito quedaría cojo, si no me refiriera a tan encumbrada dignidad.

Cuánta sería mi satisfacción si como compañera de fórmula, para conformar esa dupla dorada de opciones para gobernar Colombia, eligiéramos a María Fernanda Cabal de Lafaurie.

Sí, a María Fernanda Cabal de Lafaurie, Senadora de la República, mujer de un talante inequívoco, de una solvencia moral  también a toda prueba, que afronta con dignidad y sin titubeos lo que su conciencia le dicta, con un respaldo popular demostrado, leal a los valores que merecen su  adhesión sin renunciar a sus principios.

La misma que, sin desconocer la evidente importancia literaria de Gabo, lo ubicó al lado de Fidel Castro en el averno; la misma que mandó los desocupados encapuchados terroristas a "trabajar vagos"; quien  con tanto realismo y plena razón se refiere al Senador Petro, en los términos que éste se ha ganado a fuerza de sus hechos y actitudes; la misma que ha definido con tanto realismo, la tragedia del coronavirus, sin preocuparse porque los medios, de manera sesgada y  torticera, la colocan como émula de los errores y opiniones de Trump y Bolsonaro.

Con ella, siempre  sus admiradores y seguidores, lo mismo que sus contradictores y  malquerientes,  sabremos a qué atenernos.

Si queremos que Colombia siga por la ruta distinta a la marcada por Juan Manuel Santos, Ernesto Samper, Gustavo Petro, Robledo o Claudia López, o las Farc y el Eln debemos, desde ya, pensar en la persistencia de la Gran Alianza, sin promover candidaturas con dueño singular o partido exclusivo y excluyente.









viernes, 17 de abril de 2020







LA  AUTORIDAD MORAL PARA CRITICAR


Por Pelocaña


Es obligación cívica de todo buen ciudadano cultivar, ejercitar y preservar la fortaleza de la memoria y el buen juicio, para poder ser justos a plenitud, con quien, sin duda, ha sido el alcalde más probo, más sabio y más ilustre de Bacatá, Bogotá, Santa Fe de Bogotá o simplemente Bogotá D.C. desde el 6 de agosto de 1538, hasta nuestros días, empezando por Don Gonzalo Jiménez de Quesada, hasta Doña Claudia López,   y que hoy es crítico permanente e inclemente de la alcaldesa, el epónimo paladín y nunca bien añorado gobernante.

Ese ciudadano, dechado de todas las virtudes propias del gobernante excelente; honrado hasta más no poder; sabio entre los sabios; ecuánime como el primero; administrador público eficiente, efectivo y eficaz; generoso hasta el sacrificio; con un sentido de la ética y la moral públicas; inigualable siempre debemos recordarlo con la admiración y el respeto que se merece ¡ni más faltaba!

Nadie como él, tiene la autoridad que se necesita para criticar su sucesora y correligionaria, la actual mandataria de la capital de la República de Colombia.

Ha sido el primer pacifista de todos, antes que Mahatma Gandhi y Martin Luther King, sin duda superior a Nelson Mandela; casi parecido al santo Job. 

Demócrata deslumbrante; émulo de  Sir Winston Churchill y Abraham Lincoln; más patriota que Simón Bolívar, que Alberto Lleras Camargo y Guillermo León Valencia M. Y, por ende, en las antípodas de Fidel Castro y el régimen cubano; censor implacable del Teniente Coronel Hugo Chávez y de Nicolás Maduro; contradictor incansable  de Evo Morales y Daniel Ortega; antítesis de Ernesto Samper y Juan Manuel Santos; en síntesis, todo un modelo digno de imitar.

Y es entonces, desde donde esté el Dr. Jorge Eliecer Gaitán, que también fue alcalde Bogotá, replica ¡MAMOLA!

Y tiene razón el exalcalde acribillado el 9 de abril de 1948. ¡Mamola!  el contradictor de Claudia López no tiene  una pizca de autoridad para criticar a nadie, su vida es el mentís monumental a todo lo escrito arriba, que exalta como virtudes republicanas suyas, algo inexistente.

Fue militante del partido M19, en cuyo nombre asesinaron al líder sindical José Raquel Mercado; de los mismos que  robaron la espada de El Libertador; de la misma gallada que  robó las armas del Cantón Norte; copartidario de los contratados por Pablo Escobar para asaltar el Palacio de Justicia y asesinar física y moralmente los Magistrados del Consejo de Estado y de  esa sí Honorable Corte Suprema de Justicia.

Tengan en cuenta que el M19 causó más mortandad y es más letal que Covid19.

Compadre y afín con el régimen cubano y todos sus áulicos en América; cómplice de las Farc y de toda la insurgencia colombiana, de la misma ralea de Samper y Santos, y todo lo que ellos significan en la nefanda historia del país.

Y por todas sus ejecutorias, como Alcalde de Bogotá y como hombre público, corrupto hasta la médula.

Doña Claudia López: lo que la hace a usted la más afortunada, es que su antecesor de hace años, esté en su contra y la cuestione todos los días.


lunes, 6 de abril de 2020






LOS  FALSOS POSITIVOS

Por Peloecaña

Según los entendidos,  falsos positivos son verdades aparentes generadas en información no equivocada, sino ajena a la verdad. Existen en estadística, en medicina, en informática y, especialmente, en la historia.

En Colombia los militantes de la izquierda marxista y los dolientes de las víctimas dizque inocentes, como en el caso de Soacha, con la colaboración de la prensa sesgada y comprometida contra alguien, decidieron que en el país los únicos involucrados en falsos positivos, han sido militares activos o policías.

Es posible que haya casos que tipifican esta manera antijurídica e inmoral de proceder, pero no son todos los denunciados como tales.

Si los estudiosos del tema han llegado a la conclusión académica que se dan en áreas diferentes a la de los procedimientos militares y de policía, conclusión lógica y cierta, por eso me voy a referir a algunos casos concretos.

Sin duda es un falso positivo, desde luego el más protuberante y notorio, la exigencia del cumplimiento de Los Acuerdos de La Habana, pactados entre la guerrilla de las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos, dada la voluntad inexistente de la insurgencia comunista, de pactar la paz con el gobierno colombiano. El resultado de ese pacto, es una ejecución extrajudicial, cometida a nombre de la armonía y la justicia social. 

Demostración de esa mala fe, es la continuación de dos de los más distinguidos negociadores de esos acuerdos, en el narcotráfico y en la lucha armada, alias Iván Márquez y alias Santrich, los dos protegidos con el manto de sus copartidarios comunistas Nicolás Maduro y su combo.

Las mal llamadas disidencias, mejor denominadas desobediencias, son otra prueba de la existencia incuestionable de ese falso positivo, los  erróneamente  conocidos como Diálogos de La Habana, porque, antes que acuerdo entre opiniones diferentes, fueron un monólogo y una pantomima repugnante.

Otro falso positivo, que bien puede considerarse como el epílogo del monólogo habanero, es el desconocimiento del resultado del plebiscito, del 2 de octubre de 2016, que arrojó como decisión final el triunfo del NO, nítido y rotundo, que hace  inviables los famosos acuerdos.

La ejecución, sin fórmula de juicio de la voluntad popular, es palpable y motivo de vergüenza democrática, porque nadie, por encumbrado que sea y porque haya sido adalid del voto NO, puede alegar personería legítima, para festinar lo decidido por la mayoría de los colombianos,  al respecto.

Otro falso positivo, es la decisión del Congreso Colombiano de desconocer ese resultado y asumir la facultad inconstitucional y, por tanto, ilegal de resucitar el nonato, de manera ladina, y en nombre de la paz, aprobar medidas tan nefandas y vergonzosas, como la de regalarles a miembros de las Farc unas curules en el Congreso, cuando la Constitución, en su artículo 132º, dice que los senadores y representantes son elegidos y el artículo 133º del mismo Estatuto consagra que esa elección debe ser directa.

Esa es otra ejecución, sin fórmula de juicio, para producir otro resultado falso y que atenta contra elementales principios de constitucionalidad; en consecuencia, también un falso positivo.

De igual manera, es un falso positivo la creación de la mal llamada Justicia Especial para la Paz, JEP, de origen espurio y exótico y, por tanto, inadmisible en un Estado de Derecho.

¿Cuándo en la Historia Universal ha existido un solo Estado que permita que los integrantes de sus tribunales de justicia sean escogidos por personas o instituciones extrañas  a las autoridades nacionales competentes para serlo, circunstancia que agrava la humillación cuando los nominadores de esos jueces son extranjeros? Es otra ejecución, sin fórmula de juicio, que lesiona gravemente la dignidad y la soberanía nacionales; por ende, otro falso positivo.

Falso positivo, el proceso en la Corte Suprema de Justicia contra el Magistrado Pretelt, quien, en juicio eminentemente político, ha sido sometido al escarnio público, sobre bases sin sustento real y con apariencia de verdades como en todo falso positivo.

Más falsos positivos, los casos de juicios políticos contra los dirigentes conservadores Luis Alfredo Ramos Botero y Andrés Felipe Arias Leiva, quienes, también sin formula de juicio y por dilación e inobservancia de los términos judiciales y por la negación del principio procesal de la doble instancia, continúan el primero subjudice y el ultimo en la cárcel con violación  flagrante de sus derechos. Falsos positivos, ¿si o no?

¿Quieren más falsos positivos? La negación u omisión del gobierno actual de cumplir el resultado del plebiscito, como lo exige la Constitución y la negativa del gobierno del Dr. Duque, de fumigar con glifosato los cultivos de coca, a pesar de estar confirmado científicamente que su uso no es nocivo para la salud humana. ¡Oh! también falso positivo.

Un falso positivo, cometido de manera continua y permanente, por el Senador Cepeda, el comunista que, como "perro canequero" al decir de William Calderón, o como rata de alcantarilla, abusando de su condición de senador, va por las cárceles buscando testigos falsos, para que a cambio de la promesa de beneficios judiciales, declaren lo que el parlamentario quiere, para enlodar y calumniar al expresidente Álvaro Uribe Vélez y a su familia, y convertirlos en sindicados de varios delitos, que  magistrados de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia han avalado como pruebas idóneas a sabiendas de que constituyen, sin duda, falsos positivos. 

Y también son las informaciones sesgadas y desorientadoras que todos los días entregan a la sociedad los medios de comunicación y las redes sociales, típicos casos de falsos positivos.

Falsos positivos, las declaraciones descaradas y cínicas que un personaje funesto, como Ernesto Samper Pizano da al clérigo De Roux, (traducido literalmente del francés: por rojo).

Cabe anotar, que en los ocho años del gobierno Santos no hubo falsos positivos.