jueves, 29 de abril de 2021


                                                                                



                        NO HAY EFECTO SIN CAUSA

 

Por Peloecaña

 

¿Por qué el presidente Duque somete al país a la acción premeditada y orquestada de los vándalos de todas las pelambres?

 

¿Por qué una decisión judicial sabia y bien pensada, la prohibición del paro, que tiene como fin proteger un bien común, la salud de los colombianos que, desde luego, es obligación del Estado, es desacatada olímpicamente y no pasa absolutamente nada?

 

¿Por qué y para qué darle munición y pertrecho abundantes y eficaces al mayor enemigo de la democracia colombiana, Gustavo Petro Urrego, vocero del marxismo leninismo y de la insurgencia, que tanto mal nos ha causado y sigue motivando?

 

¿Por qué el Gobierno Nacional, a cuya cabeza está quien nosotros mismos elegimos, toma decisiones tan absurdas, ilógicas, e inconsultas y sin concertación alguna, como la presentación al Congreso de una reforma tributaria inoportuna, antítesis de la justicia distributiva, impopular, confiscatoria y onerosísima para los más débiles?

 

Yo encuentro la siguiente respuesta o causa:

 

Porque, una vez más, nos equivocamos en la escogencia del primer mandatario y, también, otra vez atinó el peor enemigo que Colombia ha tenido en toda su historia, Juan Manuel Santos Calderón. 

 

Con el más repugnante de los fríos cálculos, a mansalva y sobre seguro, Santos planeó, programó y cumplió su tercer mandato en cuerpo ajeno, porque Iván Duque Márquez es santista químicamente puro.

 

E insaciable y de inconmensurable ambición, "Chucky" busca seguir mandando y desgobernando, por lo menos, cuatro años más, de nuevo por interpuesta persona; esta vez el títere de turno se llama Gustavo Petro Urrego; sí, no es equivocación, es la verdad monda y lironda.

 

Tengan en cuenta esta fecha, abril 29 de 2021, día en el que Peloecaña, vaticinó el respaldo de Juan Manuel Santos Calderón a la candidatura presidencial de Petro.

 

Es evidente que la nación requiere, con urgencia, un ajuste fiscal, pero no solo el erario requiere más ingresos, también es de forzosa obligación el recorte del gasto público; hay instituciones de gran fronda burocrática, que cumplen la misma función.

 

Las transferencias para la insurgencia, generadas en los acuerdos inexistente de La Habana, son vena rota para las finanzas del Estado.

 

Las dietas de las curules de las Farc y la nómina de auxiliares y mantenidos de esos congresistas, también son sangría caudalosa para el erario.

 

¡Y qué no decir de los gastos de funcionamiento de la JEP!

 

Si al presidente Duque se le hubiera ocurrido concertar y conciliar con las fuerzas vivas de la nación, con los gremios, con los trabadores y con la clase política, el texto de la reforma tributaria, antes de someterlo a consideración del Legislativo, no tendríamos el paro nefando, que hoy padecemos.

 

¿Será que por primera vez, en muchos años, habrá quien asuma la responsabilidad de la insensatez y la ausencia de sindéresis de este gobierno?

 

 

sábado, 24 de abril de 2021


                                                                 

                                                      


                                                                                 

                        CRIA CUERVOS Y TE SACARÁN LOS OJOS 

 

 

Por Peloecaña

 

El doctor Álvaro Uribe Vélez y, con él, la mayoría de los colombianos hicimos, por primera vez, presidente de la República al más indigno, felón y vergonzante de todos los conciudadanos, a Juan Manuel Santos Calderón, prototipo del ave negra experta en desocupar las órbitas oculares de su contenido, los ojos.

 

Con su pasmosa capacidad de camuflaje, que le es característica, posando de uribista convencido, desde el Ministerio de la Defensa del primer mandato del "Gran colombiano", Santos empezó a urdir la trama que lo llevaría a la presidencia de nuestro país.

 

El doctor Uribe lo creó y, nosotros sus ingenuos amigos, lo criamos y nos sacó los ojos a todos.

 

Se robó literalmente la reelección y, una vez reelegido, se quitó el pasamontañas, se identificó plenamente como lo que nunca dejó de ser, "El guerrillero del Chicó", el subalterno de tirofijo y todo su caudal de guerrilleros e insurgentes.

 

Montó el tinglado de la farsa, como en la comedia Benaventina: "Los diálogos de La Habana", con todas las funestas consecuencias que hoy padecemos y que si los auténticos demócratas cometemos el acto suicida de dividirnos, sin duda, se consolidará con la elección de Petro, para satisfacción de Santos.

 

El peor enemigo del doctor Álvaro Uribe Vélez y de Colombia digna y democrática de verdad, es de todos conocido; Santos anima y estimula a Iván Cepeda, señaló con el dedo los candidatos elegidos para integrar la Corte Suprema de Justicia, que obligaron al Presidente Uribe a renunciar a su curul en el Senado, porque en la cima de la justicia no tenía garantías para esperar un juicio recto e imparcial.

 

Gracias a la costumbre, en teoría, buena, pero en la práctica no tanto, el dueño del Ubérrimo siguió creyendo en su verdugo tras bambalinas, y, de manera inexplicable, negoció lo innegociable: el triunfo del NO en el plebiscito del 2 de octubre de 2016, con las fatídicas consecuencias de esa transacción inexplicable.

 

Las curules de las farc, la JEP, el subsidio guerrillero, las zonas de despeje, el incremento de los narcocultivos y de la producción de cocaína, las disidencias de las Farc, la presencia en Venezuela de todo el estado mayor de los beneficiarios de los Acuerdos de La Habana, factores perturbadores de la paz social y de la estabilidad económica nacional, que con vehemencia y sobrada razón hoy pide eliminar el doctor Uribe Vélez.

 

Chucky, con sus poderes diabólicos, parece haber logrado lo que la Constitución le prohíbe: una segunda reelección, un tercer mandato, pero en cuerpo ajeno, en la persona del actual mandatario doctor Iván Duque Márquez y como los hechos son tozudos, al Presidente que nos gobierna le corresponde demostrarnos que estamos equivocados.

 

Los técnicos químicamente puros deben demostrar la pureza de su técnica y por eso carecen de sensibilidad social y de realismo político, prueba de lo dicho, la reforma tributaria que espera el debate en el congreso.

 

Sin duda la reforma es necesaria, pero con sentido común y justicia distributiva.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 15 de abril de 2021

                                                                                     



DE VICTIMAS Y VICTIMARIOS

 

Por Peloecaña

 

 

Ahora que veo, con estupor, quienes han sido calificados y aceptados como víctimas en el proceso que se adelanta contra el Gran Colombiano, doctor Álvaro Uribe Vélez, no puedo entender, por más que lo intento, que sujetos como el exfiscal Montealegre y su alter ego, el exvicefiscal Perdomo, tengan esa calidad concedida, de manera sesgada, por jueces venales y absolutamente carentes de la más mínima sindéresis, solo con el "animus nocendi", para hacer más tortuoso el calvario de la más directa víctima en ese proceso judicial, el expresidente Uribe.

 

Con el mismo criterio judicial con que se negó ese privilegio al tal periodista Gustavo Guillén, ha debido no aceptarse la presencia de personas "per se", absolutamente lejanas y a distancias siderales, como partes en tan connotado asunto procesal penal. 

 

Voy a hacer una diferenciación entre víctimas y victimarios, así:

 

En sana y elemental lógica, no hay que hacer mucho esfuerzo intelectual para entender qué o quien es una víctima. 

 

Es de fácil comprensión que la víctima es quien está lesionada por acción u omisión, o en peligro inminente de sufrir grave daño.

 

En el ámbito del derecho penal, la víctima es toda persona que, de manera individual o colectiva, ha sufrido perjuicio como consecuencia de un acto típico punible.

 

El victimario, en el mismo plano jurídico penal, es aquel que por sus actos convierte a otro en su víctima.

 

Con esa noción elemental y llana, ¿a la luz de qué teoría válida y legalmente aceptable, los sujetos Montealegre y Perdomo y la esposa del testigo estrella contra Álvaro Uribe Vélez han sido víctimas de los actos que se le imputan al expresidente y que son materia del proceso penal que se adelanta?

 

Por el contrario, el expresidente ha sido víctima de los jueces venales y del cartel de la toga que han abusado de su investidura, para satisfacer sus instintos primarios de odio visceral, proclividad política e ideológica.

 

Son victimarios de Colombia y de la humanidad quienes convirtieron a nuestro país en un Estado al servicio del narcotráfico, quienes no dudaron en ser mentores del magnicidio del más ilustre de los colombianos.

 

Quien, desde la Presidencia de la República, entregó a la guerrilla de las Farc la soberanía nacional y la institucionalidad democrática.

 

Y, desde luego, son victimarios de antología quienes desde las más altas cumbres de la Administración de Justicia, Cortes, Consejo de Estado y Fiscalía han sido auténticos verdugos de toda la sociedad, conducta que constituye vergüenza ante el mundo y desazón y humillación en todas las gentes de bien, que aunque les pese a los victimarios, seguimos siendo mayoría.

 

domingo, 4 de abril de 2021

  



¿QUIEN LE PONE EL CASCABEL AL GATO?

 

 

Por Peloecaña

 

La Fiscalía General de la Nación, en ejercicio de las facultades que le asignan los artículos 250º y 251º de la Constitución Política, está en la obligación de investigar, de oficio o por denuncia presentada, y precluir, calificar y denunciar, si a ello hubiere lugar, ante los jueces competentes, las conductas que impliquen violación a la ley penal.

 

En cumplimiento de ese mandato abrió la investigación de rigor, contra el exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo Valderrama y, del resultado de sus averiguaciones, concluyó que había suficientes elementos de juicio, para hacerle imputación de cargos, ante las autoridades competentes.

 

Olvidó el ente investigador acatar el precepto no escrito, según el cual, en época preelectoral, sus funciones quedan suspendidas, en tratándose de aspirantes ciertos o velados a cargos de elección popular, salvo concepto favorable de los comunicadores.

 

Sergio Fajardo Valderrama fue denunciado ante la Fiscalía por otro exgobernador de Antioquia, y esa denuncia era de forzoso conocimiento y trámite, e ipso facto generaba la acción del organismo judicial, so pena de  incurrir en omisión gravísima, evidentemente delictual.

 

La denuncia era por hechos concretos: la celebración indebida de un contrato de préstamo en dólares, para cumplir las deudas del departamento de Antioquia, pactada en pesos colombianos.

 

Esa operación legalmente factible establece unos presupuestos de obligatorio cumplimiento para el prestatario, circunstancia que, según la Fiscalía, fueron omitidos lo que, sin duda, constituyó conducta típica punible.

 

En su momento, la Contraloría Departamental de Antioquia denunció que el representante legal del ente territorial, Sergio Fajardo Valderrama, hizo caso omiso de lo señalado en el artículo 14º parágrafo 1. de la ley 189 de 2003, que reza: "Para estos efectos, la proyección de los intereses y el saldo de la deuda tendrán en cuenta los porcentajes de cobertura de riesgo de tasas de interés y tasa cambiaria que serán definidas trimestralmente por la Superintendencia Bancaria".

 

¡Por favor! así como exigen, con tantísimo celo, el respeto a la libertad de prensa, respeten nuestro derecho a recibir información verídica, cierta y confiable; dejen de manipular todo lo que a bien tienen.

 

 

 

 

jueves, 1 de abril de 2021

 





EL HOMBRE DE LAS LEYES

 

 

Por Peloecaña

 

Quienes tuvimos la fortuna de estudiar antes de Fecode, pudimos aprender de nuestros maestros datos biográficos ciertos y elementales; en el bachillerato existió una materia que se llamaba Cátedra Bolivariana y también hacían parte del pensum oficial la química la física, el cálculo, la filosofía, la literatura colombiana, española y universal. 

 

"Oh tempora oh mores", (como la frase es en latín, no tiene tildes, porque ese signo ortográfico no existe en la lengua de Cicerón) que, en buen romance, se puede traducir libremente: "Todo tiempo pasado fue mejor".

 

De la cátedra bolivariana aprendimos, que el Libertador fue bautizado así: Simón José Antonio de la Santísima Trinidad; que sus padres fueron Don Juan Vicente Bolívar Ponte y Doña Concepción Palacios Blanco, que tuvo tres hermanos mayores que él, María Antonia, Juana y Juan Vicente.

 

Quedó el Padre de la Patria, huérfano de padre y madre a la edad de 9 años, en plena infancia, bajo los cuidados amorosos de la negra Hipólita.

 

Fueron sus maestros más destacados Don Simón Rodríguez y Don Andrés Bello.

 

Luego, ya en su fructífera juventud, vienen el juramento en el Monte Sacro de liberarnos a los sudamericanos del yugo español, y todo el devenir de su vida personal: su boda con María Teresa Rodríguez del Toro; su temprana viudez y sus permanentes escarceos con muchas damas, siendo los más sonados los que sostuvo con su prima Fanny, Manuelita Sáenz y Bernardina Ibáñez, este último amorío que generó diferencias importantes con Santander, según los biógrafos del Libertador de cinco repúblicas.

 

Pero a pesar de los esfuerzos hechos, hasta ahora, en la historiografía común y corriente no encuentro información alguna que me ilustre y que me permitan conocer los mismos datos del Hombre de las Leyes, General Francisco de Paula Santander, que sobre el Padre de la Patria tengo.

 

De Santander no sé quiénes fueron sus padres, tampoco sus hermanos, ni su esposa, ni cual su segundo apellido, ni quienes sus maestros.

 

A pesar de que a Bolívar y a Santander se les adjudica ser precursores, el primero, del Partido Conservador, y el último del Partido Liberal, todos los gobernantes de Colombia nos dejaron en la más absoluta ignorancia respecto a Santander, en lo atinente a su vida familiar y personal; es decir como persona particular.

 

Como no acudí al internet para publicar lo enunciado sobre Simón Bolívar, tampoco lo haré a ese medio para lograr la información pertinente, acerca del Hombre de las Leyes, héroe de ninguna batalla, ni libertador de nación alguna.