domingo, 10 de noviembre de 2019





PÍLDORAS PARA LA MEMORIA

Por Peloecaña

Empiezo este artículo citando la primera frase del Mesías de Handel, obra del escritor y brillante humanista liberal, Dr. Enrique Caballero Escovar: "Es bien curioso esto, y yo me quedo boquiabierto ante tan escarpada contradicción: la historia se teje en la memoria, pero la política se alimenta de amnesia."

Lucas Caballero narró cómo en su época de estudiante en el Colegio Mayor de San Bartolomé capaba clase para irse al recinto del Senado a escuchar los debates promovidos y adelantados por el Dr.Laureano Gómez Castro, a quien los comentaristas de su época llamaron el  Cancerbero de la Moral Pública, y de quien el Maestro Guillermo Valencia dijo: "Es un monstruo a quien solo se puede amar u odiar."

Cuenta Klim que, en tiempos en que el Monstruo ejercía la política, los ministros de entonces, una vez posesionados del cargo, lo primero que hacían era escribir su renuncia, con fecha abierta, y si llegaban a ser citados al Parlamento por el Júpiter Tronante, Don Laureano, una vez aprobada la proposición de citación, abrían el escritorio, fechaban la renuncia y se la entregaban al señor Presidente.

Por entonces estaba en plena vigencia la Constitución de Caro y Núñez, la de 1886, y el sistema de gobierno era plenamente presidencial y no era híbrido cómo lo volvió la Constitución de De la Calle y Gaviria; nadie vislumbraba por entonces la moción de censura. Siempre es que algo va de Miguel Antonio Caro a Humberto de la Calle y de Rafael Núñez a César Gaviria.

En el año de 1943, segundo mandato del Dr. Alfonso López Pumarejo, ocurrieron dos sucesos, que marcan un hito en la historia de Colombia, que tejieron la historia patria, y que padecieron la amnesia en la política.

El asesinato de Francisco A. Pérez, más conocido como mamatoco, periodista y boxeador, oriundo  de ese caserío de Santa Marta, y el negociado de las acciones de la Handel.

Dijeron los tejedores de la historia, que mamatoco se enteró de que un hijo del presidente López Pumarejo fue sorprendido en el parque nacional, dentro de su automóvil, con una dama no tan dama, esposa de un figurón de la política, jalándole al maniculiteteo; temerosos del escándalo que esa noticia iba a provocar, resolvieron silenciarlo y, con tretas y engaños, llevaron al periodista boxeador al parque Santos Chocano, ubicado en el barrio la Magdalena, carrera 15 con calle 39 de Bogotá, y lo cosieron a puñaladas el 15 de julio de 1943.

El mismo hijo del Ejecutivo, en ese año culminó con éxito el negociado de las acciones de la Handel, compañía de empresarios alemanes, propietarios de Bavaria, la misma cervecería que aún existe hoy.

Pues bién, el Dr. Alfonso López Michelsen se aprovechó, en este caso, por tener información privilegiada, de que Colombia, presidida por su padre, le iba a declarar la guerra a Alemania y, como consecuencia de tal declaratoria, confiscaría todos los bienes de propiedad de súbditos alemanes y, entonces, les propuso que en vez de perderlo todo, él en acto de generosidad y filantropía, les compraría para sí y su círculo de amigos las acciones de la empresa cervecera; pero, desde luego,  a precios irrisorios, como en efecto sucedió, todo con la anuencia y complicidad del gobierno del presidente Alfonso López Pumarejo.

Esta vez no fue el Dr. Laureano Gómez el citante del debate, como en el caso Mamatoco, ahora el guardián de la decencia de la República Liberal fue el Senador de ese Partido y compañero de oficina, de Alfonso López Michelsen, también de la cúpula de la colectividad gobernante, Dr. Enrique Caballero Escovar, quien en memorable debate el 14 de noviembre de 1944, (la semana entrante se cumplen 75 años del suceso) daba detalles y adjuntó pruebas del negociado, durante las sesiones que se llevaron a cabo,  también los días  29 y 30 del mismo mes.

Dijo el  entonces senador Liberal: "En todo caso, conservar un amigo y, singularmente, conservar sus enemigos predilectos, es casi imposible en política. Y no muy aconsejable. No son ni la elegancia espiritual ni la consecuencia, frecuentes en el mundo de la vida pública; parecen ser virtudes abstencionistas. Y mantener vivo el incómodo reflejo condicionadodel ascoante ciertas bellaquerías, es algo que lo saca a uno del ejercicio de la política, para la cual, como para la cirugía o para la medicina legal -que diagnostica el grado de putrefacción de los cadáveres exhumados-, se necesita algo que yo demostré desde el primer momento no tener, para mi desgracia o fortuna: buen estómago."

Son los herederos de Alfonso López Michelsen los actuales dueños de la revista Semana, fieles y leales servidores de la elegancia y rectitud en el ejercicio del periodismo y, sin duda, los más autorizados guardianes de la moral pública.

Después de estas píldoras para la memoria, debo hacer una comparación que me cuesta lo indecible hacer, por el talante y aquilatadas virtudes de los comparados; por una parte los doctores Laureano Gómez Castro y Enrique Caballero Escovar, varones insignes e ilustres, auténticas figuras de nuestra historia, y por oposición, los autoproclamados hoy guardianes de la institucionalidad, sujetos sobresalientes por su inopia  intelectual, su insolvencia ética y su alma oscura y apagada.

El senador Cepeda, rata de calabozo, que acude a las cárceles a ofrecerles privilegios y prebendas a los  delincuentes privados de libertad, a cambio de que declaren contra personas decentes, pero indefectiblemente sus contradictores.

El senador Roy Barreras, que buscó al presidente Uribe para que le apadrinara su hijo porque necesitaba un compadre Presidente de la República, y que tiene que aclararle muchas cosas a los amnésicos de la política.

Gustavo Petro, el más vergonzante de quienes han ejercido la Alcaldía de Bogotá, y el más patético enemigo de Colombia.

Y el senador Benedetti, otrora uribista y siempre pelechador de los bienes y fondos del Estado.

Ninguno de los cuatro, ni individualmente ni en gallada, podrán soportar el peso abrumador de la grandeza de los prohombres por naturaleza.  Los liliputienses nunca pudieron con Gulliver.

Me  es imposible admitir, por mera asepsia moral, que haya sujetos tan ruines que hagan de las víctimas menores de edad, de una acción militar, ética y moralmente válida, auto cabeza de proceso contra un gobierno legítimo que recibió, sin beneficio de inventario, la herencia funesta de los diálogos de La Habana y, en un alarde de alharaca y melodía carnavalesca, profieran una sentencia envenenada, sin la más mínima alusión a los responsables absolutos de la presencia de esos muchachos en el sitio de su sacrificio, la guerrilla colombiana.

Hay personas que creen que el cerebro no se hizo para pensar; opinan que hay que cavilar con la vesícula biliar.


1 comentario:

  1. PÍLDORAS PARA LA MEMORIA: La mediocridad suprema del Gobierno del Arrogante Iván Duque Marquez, como que ya esta llevando a la Guerra Civil, poco a poco a Cocalombia. Muchos dicen no saber que pasa, pero la respuesta esta ahí afuera, el continuismo solapado del gobierno de Juhampa es quien tiene a todo el mundo alborotado. Lo de mañana es el reflejo del fiasco generalizado de la economía naranja y del desorden total del Centro Democrático, que ya fue medido en las pasadas elecciones. Así que no todo esta bien y lo del 21 de Noviembre es la voz del pueblo, que dice estar desesperado por varios motivos y que ni siquiera los entiende. Es que la falta de comunicación apropiada del alto gobierno es agobiante. No llega a las masas fanáticas. Después de que pase la marcha lo calificaremos todo con puntos y señales. Realmente el planeta arde por todas partes. En occidente como en el oriente y los demonios felices. Vaya pues.

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