jueves, 24 de septiembre de 2020






DESTÉTESE MARIA JIMENA 


 Por Peloecaña

 Leí, por mi condición privilegiada de tener acceso a medios cibernéticos de comunicación, la última columna de María Jimena Duzán, antes Galvis, titulada "Destétese Iván".

La leí, con mucha expectativa creyendo, iluso, que iba dirigida a Iván Cepeda, para que se apartara de la ubre guerrillera, de la que siempre ha mamado; no, me estaba equivocando de manera contundente y rotunda.

Con mucho respeto y consideración, por su mera condición de mujer, quiero anotar que es María Jimena, quien debe destetarse de esa dieta llena de odio visceral ominoso, que la hace ser como es. Así como se cambió el apellido, debiera cambiarse el nombre, porque no le hace ningún honor ni a la madre de Jesucristo ni a la esposa de Don Rodrigo Díaz de Vivar.

Si mal no recuerdo, su inquina personalísima hacia el expresidente Uribe nace de la negativa que él le dio a su solicitud de respaldarla, como Presidente, para que fuera jefe de prensa del Senado de la República. Si estoy equivocado, desde ya, le presento disculpas.

La lactancia a base de sentimientos de rencor y odio profundo no solo producen la marchitez de la belleza física, sino que afean gravemente la del alma y del espíritu, y obnubila la capacidad de conocer la verdad, dado que esos padecimientos estrechan gravemente la conciencia e impiden el razonamiento normal y objetivo.

¿Qué siente Jimena cuando hace un parangón profesional con sus colegas Vicky Dávila y Salud Hernández? Acudiendo a Tomás Kempis, "No soy más por que me alaben y ni menos por que me vituperen: Lo que soy eso soy"; debo recordarle a la comunicadora, motivo de este mensaje, que ella y el Dr. Uribe solo son lo que son, ni más ni menos.

Para terminar, gracias María Jimena por no ser conservadora; donde está es su lugar adecuado, al lado de Samper, Serpa, Santofimio, Montealegre, Perdomo, Juan Manuel Santos e Iván Cepeda, de Gustavo Petro y Claudia López.

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