lunes, 15 de noviembre de 2021

 




LA MEJOR DEFENSA ES EL ATAQUE

 

Por Peloecaña

 

Cuando un  director técnico de fútbol afirmó que la mejor defensa es el ataque acertó a plenitud. Diana inobjetable.

 

El doctor Álvaro Uribe Vélez ha sido vapuleado de manera inclemente e inaceptable por sus detractores, mediante la acción de  una justicia politizada y por la ausencia de poner en práctica el consejo del técnico del balonpié.

 

Es de público conocimiento y un hecho notorio, que por tanto no admite prueba en contrario, quienes son los detractores del Gran Colombiano a los que me refiero. Están plenamente identificados.

 

El primero en la fila, su beneficiado, Juan Manuel Santos Calderón, cuyas conductas delictivas están a la vista:

 

Delitos contra el sufragio; la compra de su reelección a través de Odebrecht; su participación societaria con el contratista que manejó la Registraduría del Estado Civil, para efectos electorales, como casos puntuales.

 

Celebración indebida de contratos; la adición al contrato para construir la vía Ocaña - Gamarra, y favorecer a la familia de su ministra de educación, para lo cual contó con la complicidad, igualmente criminal, de la pareja de la beneficiada, la ministra de transporte.

 

Delitos contra el patrimonio del Estado: el caso Reficar.

 

Como el espacio de este escrito es limitado, no cito sino estos casos, pero la lista es interminable; todas conductas típicas punibles.

 

Otro detractor del expresidente Uribe, digno cómplice del anterior, el exfiscal general Montealegre y su carnal vicefiscal.

 

Los dos abusaron de sus cargos, para ejercerlos de manera sesgada, incurriendo en evidente prevaricato; además, también, durante esa fiscalía se celebraron contratos, que violaron las normas que regulan la contratación pública y se creó, contra derecho, una cancillería paralela, con agentes diplomáticos en el exterior.

 

El cenador con c que se peda, el más cínico, descarado e impune de todos los delincuentes detractores del expresidente eximio.

 

Y los jueces al servicio de la política partidista, que prefieren ser  supérstites de los partidos, en vez de encarnar la majestad de la República, administrando justicia recta y cumplida.

 

Si el presidente Uribe, a través de sus abogados, mediante denuncias claras y enjundiosas y ceñidas plenamente a derecho, formulan las denuncias del caso, contra estos sujetos, por lo menos, provoca su reacción, para que ejerzan el derecho a defenderse, que la justicia le ha negado al jefe del Centro Democrático, y gasten el dinero que han percibido en sus negocios opacos, y terminen siendo absueltos por los jueces prevaricadores que acorralan y hostigan a un hombre recto y respetuoso de la ley, por haber cometido el despropósito de serlo.

 

¡Denúncielos penalmente para que sea verdad que la mejor defensa es el ataque!

 

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