miércoles, 28 de septiembre de 2016




"DE DERROTA EN DERROTA HASTA LA VICTORIA FINAL"

Por Peloecaña

Empiezo esta nota citando una frase de Sir Winston Churchill, apesadumbrando por los resultados de las primeras batallas entre Alemania e Inglaterra, que fueron fracasos sucesivos del ejército británico frente a la acometida de Hitler, sobre ese gran país.

No hay duda de que las huestes dignas y civilistas colombianas hemos padecido desde las elecciones presidenciales de 2010 una serie de derrotas ininterrumpidas de nuestra contraparte, el régimen de las cuatro eses: Santofimio, Serpa, Samper, Santos, el doble de funesto de  lo que fueron los servicios secretos del nazismo, la SS, para los judíos y los alemanes ajenos al régimen, que de verdad fueron contados y para todo el mundo. 

Las elecciones presidenciales de 2010 fueron la primera derrota para Colombia, y de esa responsabilidad no podemos salvarnos muchos de los que votamos por el candidato presidencial  dizque de la Seguridad Democrática.

Después, ensartadas como en un rosario de chaquiras, en sucesión ininterrumpida, en todos los eventos electorales hemos sido derrotados; unas veces por la apatía ciudadana, otras veces por la compraventa de votos, y siempre con la anuencia del poder de la Registraduría, que elección  tras elección escruta  a su amaño la voluntad popular, para confirmar ese aforismo tramposo y vergonzante que reza: "El que escruta elige". Ese es el poder corruptor del establecimiento.

Han trascurrido seis (6) años de llanto y queja, lamentándonos de nuestra propia incapacidad para sacudirnos del yugo oprobioso del santismo y sus áulicos, sin haber asumido las riendas de nuestro destino.

Nos derrotó el régimen con un candidato quinta columnista, un auténtico caballo de troya que los amigos del régimen, incluidas las FARC, dejaron a la puertas de la ciudad fortalecida de la democracia, que con tanto esfuerzo y sacrificio habíamos logrado, bajo la batuta maestra del Dr. Uribe.

Infiltrado el  Ministro de Defensa en el Gobierno de la Seguridad Democrática, después de haberse sacudido de la excelente opción que representaba el Dr. Andrés Felipe Arias para Colombia, Juan Manuel Santos Calderón dio pruebas fehacientes de sus habilidades de tahúr y le ayudaron en este embuste dos mujeres que aceptaron ser sus calanchines, la Fiscal General de entonces y la candidata conservadora, escogida con los votos santistas, y,  desde luego, la justicia politizada eliminó de la competencia por la candidatura presidencial al Ministro de Agricultura de Uribe, quien le entregó la opción de ser elegido al más traidor de todos los traidores que en Colombia han sido.

Continuaron los reveces electorales para los amigos de la Seguridad Democrática; algunos conservadores y liberales pensantes fundaron un nuevo partido, el Centro Democrático, y esta nueva agrupación política, a pesar de la descarada vergonzosa participación de la maquinaria oficial y de la sesgada intervención, nuevamente, del Poder Electoral, logró elegir un número bien importante de parlamentarios, en cuya bancada, sin duda, están los mas sabios y probos.  

Vinieron nuevamente las elecciones presidenciales; Santos aspiró a la reelección; su Ministro de Hacienda consolidó el poder corruptor de las prebendas cuando anunció que habría mermelada para toda la tostada, y el presidente en ejercicio, una vez más, se deshizo de su máximo contendiente, el Dr. Luis Alfredo Ramos Botero, quien  injustamente aún está privado de su libertad, desde luego, con nuevos calanchines, el Gobernador de Antioquia, el Fiscal opita y los jueces corruptos y políticos.

¡Qué ironía!, los protagonistas todos de la tragedia política son todos antioqueños; por un lado, Andrés Felipe Arias Leiva, antioqueño de todo el maíz, víctima de la felonía de su paisana y copartidaria, Nohemí Sanín Posada, paisa de todos los fríjoles,  y luego,   otro montañero insigne, Luis Alfredo Ramos Botero, también víctima de las calumnias de su sucesor en la Gobernación de Antioquia.  

Y ¡oh casualidad! un único beneficiario: Juan Manuel Santos Calderón.

Y la secuencia de derrotas no para; la penúltima, el 26 de septiembre último.

Después de la próxima, el 2 de octubre, también fraudulenta, debe venir la marcha triunfante hasta la victoria final: la elección del próximo Presidente de Colombia y la designación de un Congreso afín con sus ideas y programas, que le permitirá la gobernabilidad en beneficio de toda la Nación, todo el País y la Patria entera. Lo demás vendrá por añadidura.

Pero para saborear la victoria final, hay que pasar página.

Necesitamos dejar la retórica reiterada de desprestigio al adversario, como única formula política, que a la larga se convierte en publicidad política gratuita.

Viene ya, inmediatamente, la puesta en marcha del diseño de la estrategia y la táctica que nos dé la hasta ahora esquiva victoria final. Ningún dirigente, jefe o adalid, por prestante que sea, aislado y en solitario, es garantía cierta de la culminación exitosa, que tanto necesitamos, esperamos y reclamamos.   

Convocamos a todos los llamados a dirigir la batalla final, Doctores Alvaro Uribe Vélez, Andrés Pastrana Arango, Alejandro Ordóñez Maldonado, Marta Lucía Ramírez, Carlos Holmes Trujillo, Oscar Iván Zuluaga, Iván Duque,  Francisco Santos, Fernando Londoño Hoyos,  Jaime Castro, Plinio Apuleyo Mendoza, Juan Lozano, al General Harold Bedoya Pizarro, al Almirante Arango Bacci, al Coronel Luis Alfonso  Plazas Vega y, en general, a todos los colombianos, mujeres y hombres, jóvenes trabajadores y gremios, campesinos, comerciantes e industriales, parlamentarios, diputados y concejales que quieran impedir que Colombia caiga en las funestas manos del marxismo, a todos sin excepción, a que se alisten para luchar sin denuedo hasta la victoria final.

Invitamos a todos, a todos todos, a la generosidad, a deponer intereses personalistas  mezquinos, a sepultar el hacha de la guerra y la antropofagia salvaje, a renunciar al uso del espejo retrovisor y al agravio personal ofensivo y disociador. La salud de la Patria lo requiere y el momento dificilísimo lo hace indispensable.

"DE DERROTA EN DERROTA HASTA LA VICTORIA FINAL".



No hay comentarios:

Publicar un comentario