domingo, 19 de marzo de 2017




LA  JURISDICCIÓN  ESPECIAL  PARA  LA  PAZ



Por Peloecaña

Los analistas, ni tan políticos y no tan jurídicos del último número de la Revista Semana, en artículo que la publicación titula Santos en serios aprietos, hacen elucubraciones acerca de las consecuencias judiciales que hipotéticamente tendría que afrontar el presidente Santos, por culpa de su laxitud moral, aprietos que ellos atribuyen a Prieto, los dos de himen complaciente en asuntos de moral y ética.

Los patólogos forenses y los anatomistas afirman, con razón científica, que esa membrana que las mujeres tienen en la parte interna de su sexo, que cuando está intacta es garantía de su virginidad, puede permanecer sin romperse, a pesar de la inexistencia material de la virginidad, dada la naturaleza de su constitución elástica, que se expande pero no se rompe.

Pues bien, esa estructura anatómica, trasladada  al campo  de la moral y de la ética, cuando es elástica o complaciente, permite la penetración de órganos tan desproporcionadamente enormes como los de Reficar y Odebrecht, y las meretrices que los reciben pueden seguir sintiéndose con  la pureza virginal de las vestales. 

Pero me estoy saliendo del tema central de este escrito: La jurisdicción Especial para la Paz, JEP. 

Nadie sabe para quien trabaja. Tal vez el Dr. Álvaro Leyva Durán y sus amigos de las FARC sí lo tenían previsto: el presidente Juan Manuel Santos Calderón sería huésped notabilísimo de ese engendro.

Dicen los compromisos de La Habana: "La Jurisdicción Especial para la Paz ejercerá funciones judiciales y hará parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición". 

Este es el resultado de la manguala suscrita entre el gobierno Santos y las FARC,  los dos únicos sumandos de un total ya conocido.

De un plumazo cambiaron la Constitución y la teoría tripartita de la división de poderes que concibiera Montesquieu y acogieron la novísima teoría del Barón Leyva Durán, nuevo ícono del  Derecho Constitucional Universal.

Los miembros de la Mesa de Unidad que legisla en Colombia, también de la cofradía de los portantes del himen complaciente, ya lo decidieron y estamos a la expectativa de la decisión de la Corte Constitucional cuya única función es preservar la virginidad e integridad del Estatuto Constitucional que nos rige. En sus manos está la opción de aplicarle la eutanasia o revivir y sanar al enfermo.

Según sus redactores, la JEP, busca: "Satisfacer el derecho de las víctimas a la justicia, ofrecer verdad a la sociedad colombiana, contribuir a la reparación de las víctimas, contribuir a luchar contra la impunidad, adoptar decisiones que otorguen plena seguridad jurídica a quienes participaron de manera directa o indirecta en el conflicto armado, respecto a hechos cometidos en el contexto y razón de éste, y contribuir al logro de una paz estable y duradera".

También establece el pacto de la manguala que la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, prevalecerá sobre las actuaciones penales. disciplinarias y administrativas.

Dificilísima perspectiva para el presidente Santos; va a ser víctima de su propio invento.  Eso le pasa por andar en malas compañías.

Es sujeto procesal como sindicado,  por su participación directa en el conflicto; no va tener el privilegio del fuero judicial; entonces no habrá Comisión de Acusaciones que lo juzgue y absuelva.

Le van a cobrar la muerte de Raúl Reyes, Alfonso Cano y el Mono Jojoy. 

Tendrá que pagar por ser miembro de la clase dominante y opresora de pueblo colombiano y, de paso, saldará cuentas por todos su desafueros y traiciones cometidos.

Definitivamente, ¡no hay subida sin bajada!


No hay comentarios:

Publicar un comentario