martes, 29 de enero de 2019





LOS APÓSTATAS CONSERVADORES

Por Peloecaña

La apostasía no es nueva en el Partido Conservador de Caro y Ospina; recién fundado, el más connotado apóstata de esa colectividad fue el General Tomás Cipriano de Mosquera, conocido también como "mascachochas".

Uno de los casos más sonados de apostasía conservadora fue el ejercido por algunos parlamentarios de ese partido que, siendo mayoría en el Congreso, al empezar el mandato del presidente Olaya Herrera, en 1930, decidieron abandonarlo para disfrutar de las mieles del poder y se coaligaron con el presidente liberal, para permitirle gobernabilidad.

El líder de los apóstatas fue el senador antioqueño, Román Gómez, lo que generó uno de los debates más candentes en el Senado de la República, cuyo autor y protagonista principal fue el Dr. Laureano Gómez Castro, jefe de esa colectividad, quien abandonó su cargo diplomático en Alemania para ponerse al frente de ella, y desde la más alta corporación legislativa, inició un debate memorable, el 9 de agosto de 1932.

El fustigado tuvo que soportar la ira y la demoledora capacidad parlamentaria, y fue mascarón de proa del justo reclamo a la lealtad de su partido, la obra de Don Jacinto Benavente, "Los Intereses Creados".

Se acuñó la expresión "romanismo", para señalar la felonía política y también se estrenó el término "lentejos", en alusión a Esaú, que le vendió los derechos de primogenitura a su hermano menor, Jacob, por un plato de lentejas.

Desde entonces se ganaron el epíteto de lentejos, todos los traficantes de principios y convicciones doctrinarias y los apóstatas de todas las pelambres.

Los más vergonzosos y lamentables casos de apostasía han sido los de algunos personajes, que por los honores recibidos de su partido conservador y por lo inaceptable e inexplicable de su felonía,   que han cometido, entre otros, los doctores Alfredo Vásquez Carrizosa y Álvaro Leyva Durán. 

El primero, hijo del General Alfredo Vásquez Cobo, héroe de la guerra con el Perú, candidato presidencial derrotado junto con el Maestro Guillermo Valencia, por el aspirante liberal Benjamín Olaya Herrera, en 1930.

Fue el Dr. Vásquez Carrizosa Diputado a la Asamblea de Cundinamarca y Representante a la Cámara por la misma circunscripción, elegido con los votos de los conservadores; rutilante estrella de la diplomacia colombiana, canciller conservador, director del diario conservador La República, y protegido de la casa Ospina, terminó apostatando de su partido y se convirtió en paladín de la Izquierda de Colombia.

El Dr. Álvaro Leyva Durán, hijo del patricio conservador, Jorge Leyva Urdaneta, Secretario Privado del Presidente Misael Pastrana Borrero; miembro del Directorio Nacional Conservador; Concejal elegido por el Partido, en varios municipios de Cundinamarca; Diputado a la Asamblea de este Departamento, en representación del conservatismo; Representante a la Cámara; Senador, siempre con sufragios conservadores, y Ministro de Minas y Energía como cuota azul en el gobierno del Presidente Betancur.

Fue actor decisivo en la liberación del Dr. Álvaro Gómez Hurtado cuando fue infamemente secuestrado por el M19, y logró su elección a la Asamblea Nacional Constituyente por la lista de esa guerrilla. Ahí empezó  su periplo por las filas de la izquierda colombiana.

Fue quien convenció a Tirofijo para que no asistiera a la cita para los diálogos de paz con el Presidente Andrés Pastrana Arango, circunstancia que se conoció como "la silla vacía".

A pesar de que insiste en que sigue siendo conservador, nadie se lo cree; la perla de su apostasía fue dirigirse al país suscribiendo comunicados firmados en conjunto con el Senador Cepeda, figura notable del Partido Comunista Colombiano, en defensa de los diálogos con el ELN, después del acto terrorista que cegó la vida de varias decenas de inocentes  cadetes de la Escuela de Policía General Francisco de Paula Santander.

Otro mimado del partido  que ha sido inferior a lo que el conservatismo le ha dado es el Dr. Juan Camilo Restrepo Salazar. Se sintió mejor al lado de Juan Manuel Santos.

Nohemí Sanín Posada tampoco tuvo empacho en recibir todos los honores que el Partido Conservador depara a sus mejores figuras, y después, harta de reconocimientos y beneficios, apostató del credo político de sus mayores y se fue recibiendo como presea la libertad de su paisano Andrés Felipe Arias Leiva.

Y hay algunos que no alcanzan el título de apóstatas, solo llegan a lentejos, como los conservadores samperistas entre los que se destacaron Roberto Gerlein Echavarría, Gustavo Rodríguez Vargas, Ciro Ramírez Pinzón, Carlina Rodríguez y Rodrigo Marín Bernal.

Y, por último, el felón de campeonato que traicionó a quien lo hizo políticamente, el Dr. Andrés Pastrana Arango, Telésforo Pedraza Ortega ahora paniaguado de Juan Manuel Santos Calderón.


1 comentario:

  1. Hola. Maestro Peloecaña. Y es que Juhampa, el príncipe de Anapoima, paso de la apostasía a lo reptiliano. Algo único en toda la historia de Colombia. Este tipejo se los pasa a todos. Sean conservadores, liberales, verdes, amarillos, rojos, etc. Y varios no muy santos que digamos. ¡Tenaz! El que lo entendió, lo entendió.

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