domingo, 2 de abril de 2017





LA  MARCHA  DEL  1° DE ABRIL

POR PELOECAÑA


Exitosísima la marcha del 1° de abril de 2017.

Estas cavilaciones me deja tan importante episodio de la vida nacional:

La libertad de prensa es un mito: los que se creen sujetos indefectibles de ese  derecho  lo ejercen a ultranza y a su antojo, la libertad de prensa. Piensan que la mejor manera de ejercerla, es atropellando el derecho que tenemos todos los asociados a ser correcta y certeramente informados.

El diario EL TIEMPO, decano de la prensa escrita colombiana, decidió ignorar totalmente el acontecimiento político más importante de lo que va trascurrido del año, en Colombia; ni una sola letra le mereció, ni un solo centímetro cuadrado de espacio en sus páginas, ni una sola gota de tinta.

Funcionó a plenitud la campana neumática, que sin rubor ni vergüenza aplican a discreción los comunicadores sean antiuribistas o no. Esa práctica también es frecuente en La Hora de la Verdad.

El propietario del El TIEMPO no pudo o no quiso ejercer el beneficio que le da esa circunstancia de ser dueño creyendo, tal vez, que la objetividad informativa de su medio era incompatible con la ración de mermelada santista que, quizás,  no alcanza a digerir.

Se demostró hasta el cansancio la popularidad y el aprecio y cariño de que goza el expresidente Uribe en la opinión pública colombiana, para envidia de todos los fanáticos santistas, fletados o por convicción.

También mereció señalamiento parecido el exprocurador Dr. Ordoñez Maldonado. La firmeza de su carácter, la profunda convicción de sus creencias religiosa y políticas merecieron la exaltación popular.

Lo propio sucedió con el Dr. Londoño Hoyos.

Desde luego, se patentizó de manera irrefutable, a pesar de la manipulación de la información, el grado de aprecio y reconocimiento que a los colombianos nos merece el presidente Santos.

También recobraron plena vigencia las palabras del Tribuno del Pueblo, Don José Acevedo y Gómez, felizmente pronunciadas el 20 de julio de 1810: "Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, antes de seis horas seréis tratados como insurgentes".

Estamos notificados de que no podemos repetir el episodio, triste y doloroso, de festinar el éxito de la marcha como dilapidamos el triunfo del 2 de octubre pasado. Si así sucede, la historia nos condenará a tener que soportar y padecer la consolidación en el poder de la guerrilla de las FARC y de todas las guerrillas que en Colombia han sido.

Por el efecto de la manera como los medios de comunicación ejercen la libertad de información, fuimos condenados a no estar enterados de cuál fue la participación de otros líderes de la oposición, en la apoteosis de ayer.

Por último, las redes sociales nos liberan del ayuno total y absoluto que pretende la prensa institucional en Colombia.



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