miércoles, 5 de abril de 2017






LA  HONROSA  PERO  GRAVÍSIMA  RESPONSABILIDAD  DE  SER CABEZA VISIBLE  DE  LA  OPOSICIÓN


Por Peloecaña

Quienes admiramos a la persona que con tanta dignidad y decoro nos representa, estamos obligados a ser celosos guardianes de su buen nombre y a velar porque, al fragor de la batalla, el humo de la pólvora no le impida claridad y nitidez en sus conceptos y mesura permanente en sus juicios.

Flaco servicio prestan los aduladores de oficio, los claques profesionales, a quien todos hemos encomendado tan  onerosa y delicada tarea.

En la emisión correspondiente al día de ayer 4 de abril de 2017, en la sección Al Oído, el más insistente exaltador de las opiniones del Director, doctor Fernando Londoño Hoyos, lanzó las campanas al vuelo y tocó a somatén, porque el más aristocrático columnista de la revista Semana, don Antonio Caballero Holguín, escribió acerca del General Naranjo, nuevo vicepresidente de  la República.

Es don Antonio pariente de la señora Canciller colombiana y hermano del pintor Luis Caballero, protagonista notable del opúsculo EL TIO al lado de don Hernando Santos Castillo, tío a su vez del presidente Santos. Puro estrato 6, y el único ser humano que se puede dar el lujo de no ser amigo de alguien.

Pues bien, don Antonio Caballero Holguín también es taurófilo estrato 6 y a veces comete crónica taurina.

El buen William creyó descubrir el agua tibia y para exaltar a su jefe, el doctor Londoño, pretendió que Caballero era un copietas del Director de LA HORA DE LA VERDAD y a grito partido reclamaba que el doctor Londoño lo dijo primero, el doctor Londoño lleva años diciéndolo, el doctor Londoño lo dijo primero, "lo dijo primero, lo dijo primero, lo dijo primero, ra, ra, ra", refiriéndose a las calidades vergonzosas y peligrosas del nuevo vicepresidente.

Permítanme, amables lectores, pretender una crónica taurina de este episodio doloroso de la vida  colombiana.

Caballero no está haciendo una crítica al General Naranjo, burel de la ganadería afincada en Manizales, patria del mejor toro del mundo, claro que no se trataba de la ganadería de Dos Gutiérrez.

Si acaso se queja de la dificultad de descifrar su fenotipo, no se sabe si es berrendo, tampoco se puede definir como ojo de perdiz, no es alto de agujas, tampoco es bragado meano, en fin, es un enigma, como bien lo define Caballero citando a Churchill cuando se refiere a la Unión Soviética: "Es una adivinanza, es un misterio dentro de un enigma". 

Caballero no emite juicio alguno sobre la casta o no del vicepresidente Naranjo.

Eso fue lo que William no entendió; por eso su clamoroso grito, reclamando para su jefe, el doctor Londoño, todos los méritos por la descripción que ha hecho después de su atentado, del Vicepresidente Naranjo.

En su afán por reclamar justicia para el doctor Londoño, seguramente su apologista oficioso, no leyó el artículo completo.

Si lo hubiera hecho, habría descubierto que las banderillas de castigo fueron para el ganadero doctor Uribe y para el mayoral de ayer, Ministro Santos,  por haber mandado al matadero, nueve cinqueños con más méritos que el utrero Naranjo, quien pasó de novillo eral a padrote de la vacada.

Le correspondió la lidia del toro adelantado a base de pienso y hormonas, al diestro de Manizales, matador Londoño, quien a pesar de su sapiencia taurina, por haber toreado en muchas plazas, no le logró ligar faena, apenas capotazos sueltos, muletazos deshilvanados, ligazón ninguna.

A pesar de su insistencia y de su reconocida solvencia, por sus efectivísimos estoconazos, Naranjo el burel de dudosa casta, regresó vivo a los corrales,  el maestro oyó los tres avisos, y el  nuevo propietario de la ganadería, Juan Manuel Santos, le salvó la vida, le prodigó los mejores veterinarios y hoy es el semental de la dehesa.

El doctor Londoño se emocionó con la chiva de William y reclamó ufano el haber descubierto y denunciado, antes que nadie, que Naranjo era un descastado.

Lo que Caballero buscaba, y logró, no fue dejar en evidencia al General Naranjo; fue denostar contra Santos y contra el doctor Uribe y especialmente contra el doctor Londoño.

En los siguientes términos se refiere el columnista estrella de Semana  al Director Propietario de LA HORA DE LA VERDAD: "El exministro sinuoso uribista Fernando Londoño".

No por mucho madrugar amanece más temprano.


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