LA TROIKA Y LA TRINCA
Por Peloecaña
Troika, expresión rusa, para señalar una
alianza de tres, con el fin de obtener un logro.
Trinca, según el diccionario de la Lengua
Española, es: "Conjunto de tres
cosas de una misma clase". "Conjunto de tres personas designadas para
argüir recíprocamente en las oposiciones". "Grupo o pandilla de
amigos".
En el caso de los senadores José Obdulio
Gaviria, Ernesto Macías y Everth Bustamante ellos son, según el analista
político y periodista destacadísimo, Eduardo Mackenzie, los integrantes de
la troika contra la derecha colombiana.
Traducido el término troika a cristiano,
permítanme definirlos con la segunda acepción del diccionario, porque
jamás me atreveré a considerarlos como pandilla, por el respeto que los tres me
merecen.
Es un hecho notorio, que ninguno de los
trincados han sido ni son de lo que el Dr. Fernando Londoño Hoyos define
como de la derecha política, no obstante ser integrantes de la lista de
Senadores del Centro Democrático, partido que por su denominación es
de centro, a pesar de la obcecada insistencia de su Director Honorario de
ubicarlo a la diestra de Dios Padre.
Por no ser los mentados Senadores de
la tan anhelada derecha, ya que mejor se han sentido en otra parte de la
caprichosa alinderación, ya sea en la Izquierda, del M19, redimido uno por
el Dr. Uribe, otro del Centro, como el Dr. José Obdulio Gaviria, pero que su
mejor ubicación ha sido tras el trono y que, al parecer, aspira a seguir
sentado allí, si el candidato Duque resulta elegido, eventualidad que hoy es
bien nebulosa y ojalá meramente hipotética; y el Senador huilense que por
decisión soberana suya se siente incómodo en una eventual posición de derecha.
Pues bien, los tres han sido consecuentes y
obsecuentes con su manera de ser; por eso su actuar y proceder político les
coloca donde deben estar. Les sugiero, respetuoso, que se mantengan ahí.
Tiene toda, absolutamente toda la razón, el
columnista Mackenzie. Los tres le han puesto palos a la rueda que permite
moverse hacia la meta, a la gran Alianza por Colombia.
A los tres les corresponde oponerse, a
una, no tan remota, presidencia de los doctores Martha Lucía Ramírez o
Alejandro Ordóñez Maldonado, porque Ramírez y Ordóñez son reos del delito de opinión; del exótico
comportamiento de ser congruentes con el ideario que profesamos y que anhelamos
la gran mayoría de los colombianos, que es creer en un Ser Supremo, fortalecer la familia, la tradicional, la que nos legaron los mayores, a la que
pertenecemos todos; es poder ejercer el derecho a vivir en paz perenne y
verdadera, cimentada en la equidad y la justicia que consiste
en darle a Dios lo suyo y al César también; es saber que la libertad,
dentro del orden, es más libertad que el libertinaje o la opresión
marxista que sojuzga y obnubila. Es ser de verdad seres humanos con toda
la satisfacción del ejercicio pleno de nuestros derechos y la inequívoca e
ineludible responsabilidad de asumir las obligaciones propias de
vivir en sociedad.
Es por lo anterior, porque no creemos
en delitos de opinión, por lo que estaremos listos a concurrir al llamado
de compromiso, con el futuro inmediato de Colombia que es una certera
realidad de logros que solo candidatos como los doctores Ordóñez o Ramírez nos
pueden garantizar, arropados por una mayorías parlamentarias que permitan la
reconstrucción moral y material de la patria, y el afianzamiento institucional
que todos reclamamos con justicia.
Cada mandoble que profieran contra quienes
encarnan la certidumbre de un futuro mejor, en lugar de debilitarlos a ellos y
menguarnos a nosotros, los encumbra y nos fortalece.
La victoria de Colombia está a la vuelta de
la esquina. Tengamos fe, no dudemos ni vacilemos.
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