LA CONSULTA EN LAS URNAS
Por Peloecaña
Reconforta leer la carta que el doctor Iván Duque le enviara a los doctores
Martha Lucía Ramírez y Alejandro Ordóñez Maldonado; nada más obvio que su
propuesta de lograr un consenso programático y doctrinario, para que sea la
bitácora de la campaña presidencial y el programa de gobierno a desarrollar y a
ejecutar durante el o los próximos gobiernos, opuestos al binomio farc-santos.
De igual manera, debemos celebrar que sea en las elecciones parlamentarias de
marzo, donde se escoja, mediante consulta democrática, al candidato triunfador de
la Alianza por Colombia.
Desde luego que aspiramos a que las propuestas del doctor Duque sean
acogidas por sus destinatarios.
Pero como hay que aprender de la historia, y más cuando es fresca y
reciente, en mi modestísima opinión esa consulta ha de ser limitada a
quienes somos simpatizantes de los candidatos Duque, Ramírez y Ordóñez.
Hace escasos 10 años estábamos en el mismo parangón y fuimos víctimas,
todos, de los frutos de la mente torcida de Juan Manuel Santos Calderón; urdió
una trama digna del mejor de los tejedores, se inventó una consulta
abierta para escoger el candidato conservador, y compitieron por esa presea,
el doctor Andrés Felipe Arias Leiva y la doctora Nohemí Sanín Posada.
El doctor Arias pecó de ingenuo y aceptó que la consulta fuera abierta; es
decir que en la consulta para escoger al candidato conservador participaran
todos los ciudadanos que quisieran, y sucedió lo que tenía que
suceder, los liberales, los de otros partidos y los sin partido escogieron
a Doña Nohemí, pero después no votaron por ella, porque el propósito
no era que la también antioqueña ganara, sino sacar de la competencia
al más seguro sucesor de Álvaro Uribe, el doctor Arias que contaba con la
anuencia del “Gran Colombiano”.
Libre el doctor Uribe del evidente compromiso con su exministro de
agricultura y paisano, optó por la candidatura de Santos y aquí nos
tienen a todos los colombianos, en el caos, la frustración y al borde del
abismo.
La historia no puede repetirse; si hay consulta, que los consultados seamos
los que votemos por las lista parlamentarias que respalden los candidatos en
contienda, y a los doctores Pastrana y Uribe. Solo así el resultado de la
consulta será vinculante, de otra manera ni riesgo.
La vocación de unión debe empezar con el ejemplo de los líderes, no es
responsabilidad exclusiva de las bases.
El doctor Pastrana no debe insistir en vetos ni anatemas, y la doctora
Martha Lucía Ramírez está en la obligación política y moral de dar
su anuencia a la propuesta que permita programa único y candidato único.
La salud de Colombia requiere la suma de voluntades y el
concurso de todos, pero no pongamos a terceros ajenos a nuestro interés común a
decidir por nosotros.
¡La consulta abierta está envenenada!
Gracias, Peloecaña, por este magnífico artículo. ¿Por qué les costará tanto bajar la cabeza y reconocer que el futuro de COLOMBIA, o sea de nosotros, está en gravísimo peligro? ¡Qué egoísmo el de algunos!
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