jueves, 22 de febrero de 2018





RISARALDA SE MERECE UN SENADOR DE SUS ENTRAÑAS


Por Peloecaña

Mediante la Ley 70 de 1966 y el Decreto 16 del 11 de enero de 1967 se creó el Departamento de Risaralda, como una segregación del Viejo Caldas, el del Ron.

El 1º de febrero de ese 1967 irrumpe esa sección de la Patria, como nuevo Departamento,  a la vida del Estado Colombiano.

Nacidos en Caldas, pero hastiados del centralismo de Manizales, un puñado de hombres enamorados de su terruño, y ahogados en tanto aspaviento de lo que  fuera la cultura grecocaldense manizalita, egoísta, excluyente y soberbia, audaces y osados proclamaron su independencia de Caldas, como Colombia toda se sacudió de la Madre Patria.

Ahí estuvieron todos los que les dolían el alma y las rodillas, ante tanta genuflexión, y no quiero enumerarlos, para no cometer la injusticia de omitir el nombre de alguno de los disidentes y nobles y altivos, por mil títulos y más razones.  

Nacieron caldenses y vivieron y han vivido risaraldenses, entre otros, Luz Marina Zuluaga y Fabiola Obando, las dos pereiranas; Luis Carlos González,  quien definió su ciudad, como "La querendona, trasnochadora y morena"; Juan Guillermo Angel; Hernán Vallejo Mejía; Arturo Valencia Arboleda; Rubén Darío Gómez, ganador de varias vueltas a Colombia, y muchos más risaraldenses cimeros, anónimos y famosos, por buenos de verdad.

Hay hoy, en el panorama democrático nacional un joven agrónomo cafetero y con sabiduría y suficiencia moral que le fluyen a borbotones, que bien merece ser ungido con el fervor popular de sus paisanos y de los pensionados de Colombia, nacido y criado en Risaralda, en Belén de Umbría, poseedor de una inteligencia fuera de toda duda, con una voluntad de servicio excepcional, probadas y demostradas hasta más no poder, llamado Alejandro Corrales Escobar, aspirante al Senado por las listas del Centro Democrático, y que le ha correspondido el número 32 en el tarjetón de ese partido.

La sociedad no se puede dar el lujo de no elegirlo Senador. Tamaño despilfarro merecería el castigo consabido. Una sola de sus iniciativas lo hacen merecedor de la unción popular: 

Propone ALEJANDRO CORRALES ESCOBAR, número 32 en el tarjetón del Centro Democrático, algo sencillo, elemental y, desde luego. viable: Rebajar el IVA, del 19 al 17% y de ese 17% destinar un 1%, a la creación de un fondo especial para alimentar los fondos de pensiones.

Contradice la propuesta de los enemigos de  los pensionados, economistas y hacendistas, que posan de eruditos e infalibles, que solo encuentran solución al problema, castigando los ingresos de esos personas que tanto le sirvieron a Colombia, ya como trabajadores particulares, ya como funcionarios del Estado. 

Los electores de Apía, Balboa, Belén de Umbría, Dosquebradas, Guática, La Celia, La Virginia, Marsella, Mistrató, Pueblo Rico, Quinchía, Santa Rosa de Cabal, Santuario y Pereira, la capital de Risaralda, tienen una obligación cívica pendiente, a cumplir con uno de sus más preclaros hijos.

Alejandro Corrales Escobar no solo es el candidato de los cafeteros risaraldenses, también es el candidato de los pensionados.


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