PARANGON INELUDIBLE
Por Peloecaña
Me ha costado mucho tomar la decisión de escribir este mensaje, por la
dosis de subjetividad que pueda tener y por lo que mis lectores y los
personajes comparados significan para mi.
Los doctores Álvaro Uribe Vélez y Fernando Londoño Hoyos son, sin duda,
altísimos exponentes de personajes de la cima en la sociedad colombiana.
El primero, el más connotado de los políticos colombianos en este momento;
y el último, encarna, con sobrados méritos y merecimientos, lugar
destacado también en la vida nacional.
Temperamentos los suyos afortunadamente diferentes; el expresidente
mesurado y objetivo, el exministro explosivo y, muchas veces, irreflexivo.
El Gran Colombiano apaga incendios con vocación firme, pero con la
responsabilidad de un gran estadista; y el superviviente del terrorismo de las
FARC es un incendiario con alma de bombero, como se autodefiniera el gran
Gilberto Alzate Avendaño.
¿Cómo no respetar las decisiones del doctor Uribe en casi todas las
circunstancias de la fragorosa actividad que le es propia, y cómo no admirar el
valor suicida y casi irresponsable del doctor Londoño?
¿Cómo no sufrir por las equivocaciones, de buena fe, que el doctor Uribe
cometió cuando nos propuso a Juan Manuel Santos como candidato a
sucederlo en la Presidencia de la República, equivocación compartida con su
Ministro del Interior y de Justicia?
Inevitable no dolernos cuando el doctor Uribe reavivó el cadáver de
los acuerdos de La Habana, contra las acertadas premoniciones del doctor
Londoño.
Pero incompartible el odio visceral de Londoño contra Pastrana, que el expresidente
Uribe ha desautorizado con su alianza por Colombia.
¿Y cuánto mal le ha ocasionado al Centro Democrático la inquina del
Director de La Hora de La verdad contra el Alcalde Peñalosa, y que el
doctor Uribe ha contrarrestado con su respaldo público al mandatario
capitalino? ¿y cuanto oxígeno le ha significado al exalcalde comunista y guerrillero,
Gustavo Petro, la actitud ciega del doctor Londoño?
Dice la legislación civil que una causal de interdicción es la prodigalidad
y despilfarro del patrimonio personal y familiar, por parte del pródigo y
manirroto.
¡Pues bien! nadie en Colombia con tan abundante y cuantioso patrimonio
cultural, intelectual y humanista, que simultáneamente cultiva con valor, decisión
y audacia inconmensurables, que el doctor Fernando Londoño Hoyos; pero también,
difícil encontrar alguien tan botarate de tan preciado tesoro.
No puedo, por ningún motivo, estar de acuerdo ni avalar su
comportamiento, frente a las críticas injustas, por parte de quien tanto
se duele de la injusticia, que el doctor Londoño ha formulado contra
el Papa Francisco, porque no dijo en su visita a Colombia lo que él, Londoño,
quería oír.
El Director de La Hora de la Verdad ha sido un ferviente practicante de la
tesis luterana, "Peca fortiter sed
crede fortius", que en buen romance consiste en creer que el que
peca y reza, empata.
Durante varios meses se solazó en criticar la venida del Papa a
Colombia, porque venía a avalar los diálogos de paz de La Habana y a encumbrar
en binomio Santos-Farc, y, equivocados, muchos le comimos cuento.
Vino el Sumo Pontífice y nos convenció de la bondad de su mensaje, por
elemental, sencillo y, por encima de todo, cierto, ciertísimo.
Criticó el narcotráfico, la corrupción, la violencia, la actitud timorata
de algunos clérigos, y reclamó verdad, justicia y reparación. ¿Qué más
queríamos?
Pero al doctor Londoño eso no lo satisfizo; quería oír un Papa hiperbólico
y exagerado como él. Quería que la Santa Sede lo hubiera contratado a él para
que escribiera los mensajes que el Papa Francisco leyó en todas partes.
La lección a aprender es que tales opiniones, las del
doctor Londoño, hay que recibirlas con beneficio de inventario.
¡En fín! el tesoro más valioso que puede tener un hombre público
es la credibilidad. Que cada quien lo administre como quiera.
El Dr Londoño es un hombre valioso. En nosotros está el tener suficiente criterio para avalar o no sus propuestas y comentarios. La verdad es que necesitamos de hombres leales y que amen verdaderamente a la patria como Fernando Londoño Hoyos. Y vaya que hay bien pocos. Criterio, es todo lo debemos tener. Gracias por su columna Sr Peloecaña
ResponderEliminarTodos admiramos el carácter,el valor casi suicida en defensa de los valores en que creemos,pero tambie´n abusa del sentimiento que debemos manejar con criterio y serenidad.En un chat le dije que con su actitudy alabanzas desmedidas a tres mocos@s Luna,Parody y Galán estaba ayudando a Petro como en efecto sucedió.Fué el Kerensky de Bogotá,porque con su odio desoriento al elector.
EliminarHoy sigue igual atacando a líderes opositores de Santos y por lo tanto haciéndole el favor.Ya estamos cansados se su martirologio diario de su atentado y del incienso de William con el mismo caso. Varios amigos ya no lo escuchamos pues como dice el adagio El si es más papista que el PAPA.