lunes, 1 de mayo de 2017




NO A LA SEGUNDA VUELTA ELECTORAL PRESIDENCIAL

Por Peloecaña

El excelente y objetivo columnista de El Tiempo, Don Juan Lozano, en su artículo publicado en El Tiempo de hoy, se refiere a la necesidad de conformar ya la coalición necesaria para afrontar con éxito el próximo debate electoral que ha de elegir al reemplazo de Juan Manuel Santos Calderón, en mala hora escogido para ser Presidente de Colombia y que en, aplicación del adagio popular, nos recetaron:" a quien no le gusta el caldo se le dan dos tazas".

Debo apartarme en algo del contenido de la columna de Don Juan, no sin antes dejar constancia de su coincidencia con mi punto de vista: quien quiera ganar la Presidencia de la República ha de lograr alianzas y coaliciones, porque no existe partido o movimiento alguno que tenga los votos ni el prestigio necesarios para lograr la unción de candidato alguno, que sea de su exclusiva representación.

Pero debo dejar expresa manifestación de mi opinión distinta en cuanto a que hay que ir a una segunda ronda electoral, para elegir presidente.

Permítanme hacer respetuosas glosas a la importante opinión, plasmada en El Tiempo de hoy  por tan ponderado columnista, en su escrito publicado bajo el título: “Coaliciones para ganar en el 2018".

Con certero análisis habla Juan Lozano de las distintas posibilidades que vislumbra de la conformación de coaliciones o pactos preelectorales, para pretender la victoria presidencial de algunos aspirantes.

La coalición Claudia López, Sergio Fajardo y, de pronto, Jorge robledo. ¿Quienes renunciaran a favor de uno de los tres? ¡averígüelo Vargas!

Las encuestas de hoy solo sirven para satisfacer vanidades y para inflar egos. La realidad y el precedente estadístico así lo demuestran.

Humberto de la Calle, Roy Barreras y Juan Carlos Pinzón. ¡Qué falta de realismo político!

Petro y  Clara López, la alianza de los exalcaldes de Bogotá, que tienen a la capital tan postrada.

Pacto o coalición entre liberales y conservadores para acceder a algunas curules en el Congreso. Esos colectivos ni son liberales ni son conservadores, simplemente son filibusteros de los partidos.

Nos queda el análisis del pasado, el presente y el futuro de lo que yo he llamado insistentemente La Gran Alianza por Colombia, que si el instinto de conservación institucional y la afinidad ideológico existen, debe ser inevitable entre militantes del verdadero Partido Conservador; del Centro Democrático; de los verdaderos demócratas Liberales y, desde luego, de los colombianos sin partido político, pero con concepción racional de la vida;  de los líderes espirituales de las Iglesias del judeocristianismo, que tienen claro que la Teología de la Liberación no es más que un brazo del marxismo con sotana.

A esa Gran Alianza por Colombia han de acudir las mujeres; los jóvenes; los trabajadores; los mayores; los militares en retiro; los gremios de la producción y, en general, las gentes pensantes de todo el país, no como rémora o recua de mulada, ni como manada amorfa; siempre como seres humanos, titulares de los derechos humanos y de la dignidad individual inherente al ser humano.

Pero el propósito de esa Alianza no ha de ser la participación en una segunda vuelta electoral presidencial. ¡No, mil veces no! Debemos triunfar de manera nítida e irrevocable en la primera elección, de lo contrario nos veremos todos abocados al escamoteo de la Presidencia y a la frustración y al aplazamiento indefinido de las soluciones democráticas que Colombia reclama con urgencia impostergable.

¿Por qué la necesidad de un triunfo de la Gran Alianza por Colombia, en la primera vuelta electoral?

Por muchas y potísimas razones:

Porque el régimen es experto en robarse elecciones en segunda ronda.

Porque la guerrilla, de todas las pelambres impondrá con la dialéctica de las armas su candidato presidencial.

Por el costo social de concurrir a un segundo debate, en medio de la mayor polarización.

Por el costo económico de las campañas y del proceso electoral repetido.

Piensen si las anteriores razones son suficientes para tomar la decisión de definir la situación en una sola elección.

A quienes coincidimos en la urgencia de definir de una vez por todas el caos reinante y acabar con el statu quo, nos espera la comunión entre todos los líderes de esta vertiente de opinión y lanzar ya las campanas al vuelo, tocando a somatén, para que acudamos todos a defender la patria y sus instituciones gravísimamente amenazadas. 

Invito a los precandidatos existentes que los aúna una causa común, que concierten una formula de escoger el favorecido para representarnos a todos y que se comprometan  a señalar un procedimiento limpio y trasparente y a respetar el resultado de esa escogencia y a recorrer el país con el candidato ungido, promoviendo su elección sin ahorros ni restricciones, sin fatigas ni claudicaciones.

Ese candidato ha de contar con el respaldo de una fuerza mayoritaria parlamentaria, que le permita abocar con  éxito todos los desaciertos de la Unidad Nacional que hoy deslegisla y que garantice  la expedición de una nueva Constitución Política, que sea carta de navegación a puerto seguro y que le devuelva a la Justicia la majestad de la que nunca ha debido despojarse y a la educación la esperanza de buenos y mejores ciudadanos.  

Desde ya propongo que los precandidatos que no sean escogidos como opción presidencial integren las listas a Senado y Cámara, que asumirán las reformas que todos reclamamos con ahínco. 

Desde luego, es necesario asumir el ejercicio de las administraciones regionales y locales.

Propósito nacional de la Gran Alianza por Colombia: ganar la Presidencia de la República en la primera vuelta electoral.




1 comentario:

  1. Amigo pelo, totalmente de acuerdo. Solo que debemos estar alertas frente al voto electrónico smartmatic, al que el registrador Juanca Galindo defiende con Santos a capa y espada. Con ese sistema no importa nada. El farcsantismo castrochavista ganó por adelantado las elecciones.

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