miércoles, 14 de marzo de 2018






AL  PERRO LO CAPAN CUANTAS VECES PUEDAN

Por Peloecaña

Como en política nunca dos mas dos son cuatro, lo mismo sucede con algunas afirmaciones proverbiales; ese es el caso de la sentencia popular que afirma que al perro no lo capan sino una vez. Esa máxima, en política, no se cumple, no es cierta. 

Pareciera que a la ciudadanía, a los votantes y a los que ejercen la política los acompañe, como hecho inherente, la realidad biológica propia de algunos animales que cuando pierden su cola, el tiempo se encarga de restituírsela.

La Registraduría Nacional, organismo oficial que tiene la misión ídem,  de expedir registros de distinta índole, entre otros los que permiten decir quienes son los ungidos por el voto popular,  en nuestra democracia, se ha apropiado la función de cirujano emasculador de muchos.

En su sala de cirugía se han radicado, con la intención de que su permanencia sea eterna, quienes practican esa operación, que casi siempre ejecutan sin anestesia; es decir, a palo seco y que ya el país  conoce plenamente.

La  técnica utilizada la han dado en llamar escrutinios,  y a su diagnóstico final  se llega o por tarjetones no marcados, o por votos nulos, o por votos no firmados por el cirujano inicial, etc., etc., etc.

Ese dictamen inicial, afortunadamente apelable, siempre lo dan miembros activos de la asociación de cirujanos electorales, cuya mayoría pertenece al "sancta sanctorum" del régimen electoral colombiano, que se conoce como FECODE, cuyos directivos son todos marxistas leninistas, aunque sus afiliados, en su mayoría, no lo son pero que, hoy por hoy, los identifica su antiuribismo proverbial. 

Pues bien; los que esperan turno para la emasculación reiterada son conscientes de la proclividad izquierdosa de sus  victimarios que saben que los testículos políticos renacen como la cola amputada de algunos congéneres suyos, por aquello de ser de la familia de los lagartos, que siempre tendrán cola que les quiten.

¿Cuál la razón para no cambiar los jurados de votación primeros cirujanos del resultado electoral? ¡Averígüelo Vargas!

Mientras no haya garantía de la imparcialidad de los jurados electorales, la democracia colombiana estará en crisis. Solo la presencia de jurados sabios y probos en las mesas de votación impedirá que tantos polítiqueros de pacotilla continúen enarbolando  la bandera que siempre han usurpado a lomos del prevaricato y la complicidad de  sus primeros jueces electorales los  que dan veredictos tramposos, falsos y ajenos a la voluntad popular.

Llamo la atención, de manera respetuosa y firme, a quienes ostentan la vocería de la Gran Alianza por Colombia para que no persistan en el error de dejar en manos del enemigo, el resultado final de la elecciones presidenciales de mayo próximo. Los mejores testigos electorales son unos jurados de votación impolutos, demócratas y respetuosos de la regla de oro de nuestro  sistema democrático: el régimen de mayorías.



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