LA COHERENCIA DEL M19
Por Peloecaña
La prensa adepta y adicta el régimen publica
como una noticia, de transcendental importancia, la decisión del senador
Antonio Navarro Wolff de votar por el candidato guerrillero.
Ese anuncio no tiene nada de novedoso, ni
significa aumento del caudal electoral del último en las encuestas, para la
segunda ronda electoral presidencial en Colombia. No hay motivo para
lanzar las campanas al vuelo, ni para sentirse exultante y gozoso.
Antonio Navarro siempre ha sido el jefe
guerrillero y político del sobrino del Burro Mocho. Son de la misma calaña; los
dos nunca han dejado de pertenecer al mismo partido, hijo bastardo del
partido de la familia Rojas Pinilla, la Anapo, Alianza Nacional Popular,
el partido de la Capitana, María Eugenia Rojas Correa de Moreno Díaz, de
su máximo beneficiario, Samuel Moreno Díaz, padres de ese par de joyitas,
Samuel e Iván Moreno Rojas, los dos autores intelectuales y materiales del
descalabro fiscal y administrativo de Bogotá, a cuyo incremento
colaboró con creces, Gustavo Petro Urrego.
Por tanto, no hay ninguna sorpresa, ni
aporte adicional electoral al obtenido en la primera ronda; son los mismos con
las mismas.
Vale la pena hacer un repaso analítico
de los orígenes del movimiento guerrillero M19.
Cuando los dirigentes de los partidos
tradicionales, el Partido Liberal y el Partido Conservador, en buena hora,
entendieron que había que terminar la violencia fratricida, que ahogaba en un
baño de sangre la patria adolorida, los doctores Alberto LLeras Camargo y
Laureano Gómez Castro empezaron, ambos, a liderar un movimiento de tregua, paz
y reconciliación.
Fue en España, en Sitches y Benidorm, donde
los líderes de los bandos en contienda llegaron a la conclusión afortunada de
que si la lucha era por los gajes y mieles del poder, lo obvio y elemental era
repartirse prebendas y almíbar.
Allí pactaron la alternación en la
Presidencia de la República y la paridad en toda la burocracia, desde el
Parlamento, la Administración toda y la Justicia.
Finalmente, acordaron lo que dieron llamar
el Frente Nacional que, en esencia, era que los próximos cuatro Presidentes de
la República fueran alternados en el poder, cada cuatro años, un liberal y
luego un conservador; que el Congreso estuviera
paritariamente integrado; la mitad de los parlamentarios del Partido
Liberal, y la otra mitad del Partido conservador; lo propio sucedería con
la integración de Asambleas Departamentales y Concejos Municipales.
También pactaron la paridad liberal conservadora en el Poder Judicial.
Ese pacto fue refrendado en la urnas,
mediante lo que la historia patria conoce como el Plebiscito del Frente Nacional,
celebrado el primer domingo de 1957, y que ha sido votado por el más alto número
de ciudadanos en nuestro devenir democrático, desde el punto de vista
porcentual.
Fueron los Presidentes del Frente Nacional,
en su orden, los doctores Alberto LLeras Camargo, Guillermo León Valencia
Muñoz, Carlos LLeras Restrepo y Misael Pastrana Borrero.
Sobre la elección del doctor Pastrana
Borrero se han tejido muchas leyendas: que le robaron las elecciones al
General Rojas Pinilla; que el gobierno del doctor LLeras Restrepo prohijó el
fraude a favor de su sucesor; que el Tigrillo Noriega, como Ministro de
Gobierno del Presidente LLeras Restrepo, fue quien dirigió la orquesta
del chocorazo; que el General Rojas vendió el triunfo, etc., etc., etc.
¡Todo mentira, todo ausente de la verdad
institucional!
Si la Constitución de Colombia establecía
que el Presidente de la República, para el período 7 de agosto de 1970
al 7 de agosto de 1974, debía ser un ciudadano miembro del Partido
Conservador, el General Gustavo Rojas Pinilla no era elegible, por ser de un partido
distinto al de el Dr. Misael Pastrana Borrero.
No se necesita tener un cuociente
intelectual superior al normal, ni estar dentro de la minorías selectas del
mundo de los genios, para entender esta realidad tan simple y elemental.
Con la disculpa de protestar contra el
escamoteo del poder, a la Anapo, por parte del establecimiento, nació el M19,
siempre como un movimiento político, clandestino, subversivo y guerrillero y la
historia ha registrado sus hazañas:
- El Robo de la espada del Libertador Simón Bolívar de la Quinta
homónima.
- El asesinato del jefe sindical, José
Raquel Mercado.
- El robo de las armas del Cantón Norte.
- La toma de la Embajada de la república
Dominicana y el secuestro de todas las personas que allí se encontraban, incluídos
los diplomáticos.
- Los asaltos guerrilleros ocurridos en
toda la geografía nacional.
- La toma del Palacio de Justicia, como
sicarios, fletados por Pablo Escobar Gaviria; es decir, como sicarios de ese
personaje siniestro, trágico y funesto, igualitos a Popeye.
- Y la toma de la Alcaldía de Bogotá,
primero por Samuel Moreno Rojas y después por el candidato guerrillero que hoy
aspira al solio de Bolívar.
La tal Coherencia del M19, el partido de Alias Aureliano (Gustavo Petro), no existe. A tal punto que en las redes circulan vídeos donde se ven encapuchados en pro nuevamente de este movimiento pro marxista y saboteador.
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