sábado, 2 de junio de 2018





LA COHERENCIA DEL M19

Por Peloecaña

La prensa adepta y adicta el régimen publica como una noticia, de transcendental importancia, la decisión del senador Antonio Navarro Wolff de votar por  el candidato guerrillero. 

Ese anuncio no tiene nada de novedoso, ni significa aumento del caudal electoral del último en las encuestas, para la segunda ronda electoral presidencial en Colombia. No hay motivo para lanzar las campanas al vuelo, ni para sentirse exultante y gozoso.

Antonio Navarro siempre ha sido el jefe guerrillero y político del sobrino del Burro Mocho. Son de la misma calaña; los dos nunca han dejado de pertenecer al mismo partido, hijo bastardo del partido de la familia Rojas Pinilla,  la Anapo, Alianza Nacional Popular, el partido de la Capitana, María Eugenia Rojas Correa de Moreno Díaz, de su máximo beneficiario, Samuel Moreno Díaz, padres de ese par de joyitas, Samuel e Iván Moreno Rojas, los dos autores intelectuales y materiales del descalabro fiscal y administrativo de Bogotá, a cuyo incremento colaboró con creces, Gustavo Petro Urrego. 

Por tanto, no hay ninguna sorpresa, ni aporte adicional electoral al obtenido en la primera ronda; son los mismos con las mismas.

Vale la pena hacer un repaso analítico de los orígenes del movimiento guerrillero M19.

Cuando los dirigentes de los partidos tradicionales, el Partido Liberal y el Partido Conservador, en buena hora, entendieron que había que terminar la violencia fratricida, que ahogaba en un baño de sangre la patria adolorida, los doctores Alberto LLeras Camargo y Laureano Gómez Castro empezaron, ambos, a liderar un movimiento de tregua, paz y reconciliación.

Fue en España, en Sitches y Benidorm, donde los líderes de los bandos en contienda llegaron a la conclusión afortunada de que si la lucha era por los gajes y mieles del poder, lo obvio y elemental era repartirse prebendas y almíbar.

Allí pactaron la alternación en la Presidencia de la República y la paridad en toda la burocracia, desde el Parlamento, la Administración toda y la Justicia.   

Finalmente, acordaron lo que dieron llamar el Frente Nacional que, en esencia, era que los próximos cuatro Presidentes de la República fueran alternados en el poder, cada cuatro años, un liberal y luego  un conservador; que el Congreso estuviera paritariamente  integrado; la mitad de los parlamentarios del Partido Liberal, y la otra mitad del Partido conservador; lo propio sucedería con la integración de Asambleas Departamentales y Concejos Municipales. También pactaron la paridad liberal conservadora en el Poder Judicial.

Ese pacto fue refrendado en la urnas, mediante lo que la historia patria conoce como el Plebiscito del Frente Nacional, celebrado el primer domingo de 1957, y que ha sido votado por el más alto número de ciudadanos en nuestro devenir democrático, desde el punto de vista porcentual.

Fueron los Presidentes del Frente Nacional, en su orden, los doctores Alberto LLeras Camargo, Guillermo León Valencia Muñoz, Carlos LLeras Restrepo y Misael Pastrana Borrero.

Sobre la elección del doctor Pastrana Borrero se han tejido muchas leyendas: que le robaron las elecciones al General Rojas Pinilla; que el gobierno del doctor LLeras Restrepo prohijó el fraude a favor de su sucesor; que el Tigrillo Noriega, como Ministro de Gobierno del Presidente  LLeras Restrepo, fue quien dirigió la orquesta del chocorazo; que el General Rojas vendió el triunfo, etc., etc., etc. 

¡Todo mentira, todo ausente de la verdad institucional!

Si la Constitución de Colombia establecía que el Presidente de la República, para el período 7 de agosto de 1970 al 7 de agosto de 1974, debía ser un ciudadano miembro del Partido Conservador, el General Gustavo Rojas Pinilla no era elegible, por ser de un partido distinto al de el Dr. Misael Pastrana Borrero. 

No se necesita tener un cuociente intelectual superior al normal, ni estar dentro de la minorías selectas del mundo de los genios, para entender esta realidad tan simple y elemental.

Con la disculpa de protestar contra el escamoteo del poder, a la Anapo, por parte del establecimiento, nació el M19, siempre como un movimiento político, clandestino, subversivo y guerrillero y la historia ha registrado sus hazañas:

- El Robo de  la espada del Libertador Simón Bolívar de la Quinta homónima.
- El asesinato del jefe sindical, José Raquel Mercado.
- El robo de las armas del Cantón Norte.
- La toma de la Embajada de la república Dominicana y el secuestro de todas las personas que allí se encontraban, incluídos los diplomáticos.
- Los asaltos guerrilleros ocurridos en toda la geografía nacional.
- La toma del Palacio de Justicia, como sicarios, fletados por Pablo Escobar Gaviria; es decir, como sicarios de ese personaje siniestro, trágico y funesto, igualitos a Popeye.
- Y la toma de la Alcaldía de Bogotá, primero por Samuel Moreno Rojas y después por el candidato guerrillero que hoy aspira al solio de Bolívar.


1 comentario:

  1. La tal Coherencia del M19, el partido de Alias Aureliano (Gustavo Petro), no existe. A tal punto que en las redes circulan vídeos donde se ven encapuchados en pro nuevamente de este movimiento pro marxista y saboteador.

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