sábado, 13 de junio de 2020





LOS  ASALTANTES Y SAQUEADORES DEL BUEN NOMBRE DE LAS PERSONAS

Por Peloecaña

Definitivamente la sociedad está en manos de desaprensivos y malvados, que no respetan el derecho ajeno y que, por el contrario, alimentan sus falencias éticas y morales, con el fruto de sus depredaciones y malquerencias.  

La señora Vicepresidente de Colombia, doctora Marta Lucía Ramírez Blanco, mujer benemérita y admirable, merece el respeto de todo el mundo, por su mera condición de mujer, y si a tal calidad se le agregan los demás méritos que la asisten, como la de ser hija, hermana, esposa y madre ejemplar, los motivos de aclamación crecen exponencialmente, eso en el sacrosanto recinto de su entorno familiar, privado y exclusivamente suyo, desde luego.

Pero cometió el error de interesarse por el servicio púbico, para aportar su sapiencia y ponderación al mejor estar de sus conciudadanos, labor que ha cumplido con rutilante éxito, y ahí fue Troya.

Hay sujetos que no resisten la inteligencia ni la capacidad ajenas,  y creen que  su insolvencia integral, los autoriza a convertirse en francotiradores y filibusteros de esos éxitos, y se consideran con el derecho de destruir a quien los supera en grado sumo, a cualquier precio, y utilizan el todo vale, y el cueste lo que cueste, para la ejecución de su proceder protervo y ruin.

La doctora Marta Lucía ha sido exitosa en todas sus actividades, y el campo de la política no podía ser la excepción, donde quiera que ha servido a la Patria y a su creencias partidistas, ha brillado con luz propia, y por eso está donde está.

Su vida pública ha sido limpia, resplandeciente, transparente y siempre expuesta al escrutinio general en urna de cristal. 

Como  sus detractores oficiosos, cansados de esculcar sus procederes, no encontraron nada oscuro, ni   siquiera opaco, tomaron la decisión criminal, para estar a tono con su talante de delincuentes, y asaltaron su privacidad inconculcable.

Primero, se inventaron que la actividad profesional de su esposo estaba inmersa en negociaciones oscuras y reprochables, con gentes vinculadas a actividades criminales.

Cuando el Arquitecto Álvaro Rincón fue inculpado de conducta delictiva,  por ese paradigma de honestidad y pulcritud, dechado de virtudes republicanas y democráticas el mejor alcalde que Bogotá haya tenido desde el 6 de Agosto de 1539, empezando por don Gonzalo Jiménez de Quesada, pasando por Jorge Eliecer Gaitán, Daniel Mazuera Villegas, Juan Pablo Llinás, Bernardo Gaitán Mahecha, Hernando Durán Dusán, Augusto Ramírez Ocampo, Jaime Castro, Andrés Pastrana Arango, Enrique Peñalosa Londoño, hasta Claudia López, el hoy Senador Gustavo Petro Urrego, pidiendo la renuncia de su esposa la Vicepresidente de la República, éste, el señor Álvaro Rincón, de inmediato  procedió a dejar en limpio su actividad profesional y se puso a disposición de la Corte Suprema de Justicia, que lo citó a diligencia judicial.

Fallido el primer intento de enlodar el entorno familiar de la doctora Marta Lucía, otros comunicadores, más perros  canequeros  que periodistas, detonaron su carga de profundidad, hicieron estallar la bomba lapa: un hermano de la Vicepresidente, Bernardo Ramírez, en el año de 1997 había sido acusado y condenado, en los EE. UU., por tráfico de heroína.

¡Que miserables, que ruindad! lo más grave es que si bien los hechos sucedieron, los informantes no ignoran que la responsabilidad penal es personalísima, y no se extiende a los consanguíneos del acusado, por mera consanguinidad.  

Y también cometieron tamaño despropósito, con la intención premeditada, de causar un daño político; es decir, con patético dolo específico.

A los autores  de tan tortuoso proceder les salió el tiro por la culata; lo que han logrado es la solidaridad unánime de las más eminentes personalidades de  Colombia, con la persona y la vida privada y pública de la doctora Marta Lucía Ramírez, y el repudio general del repugnante proceder de los asaltantes y saqueadores de su patrimonio moral, el cual continúa incólume, porque no puede ser de otra manera.



1 comentario:

  1. Todo el respaldo de esta humilde ciudadana para la Dra Martha Lucía Ramírez.
    Gracias Peloecaña por su artículo tan sentido. Debemos acompañar incondicionalmente a nuestra Vice.
    Lamentable que en Colombia no haya justicia para castigar a miserables como el cretino que sin el más mínimo derecho moral maltrata así la honra de una dama en todo el sentido de la palabra.

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