jueves, 9 de julio de 2020






UNA CRÓNICA

Por Medardo Acero Marín *


El periodismo colombiano históricamente ilustrado contó, entre otros, con personalidades del foro, la literatura, la cátedra y la cultura integral, de gran prestigio como Antonio Nariño, Mariano Ospina Rodríguez, José Eusebio Caro Ibáñez, Miguel Antonio Caro Tovar, Rafael Pombo,  Pedro Nel Ospina, Enrique Olaya Herrera, Rufino José Cuervo, Angel Cuervo, Rafael Núñez, Lino de Pombo, Eduardo Santos, Enrique Santos, Alfonso López Pumarejo, Alberto Lleras Camargo, Plinio Mendoza Neira, Carlos Martínez Jiménez, P.P. Romero, Francisco González Arbeláez, José Restrepo Restrepo, Arturo Abella Rodríguez, Enrique Gómez Hurtado, Indalecio Liévano Aguirre, Gilberto Alzate Avendaño, Alfredo Araujo Grau, Hugo Escobar Sierra, Humberto Martínez Salcedo, Efraín González Alemán, Gabriel Cabrera Salavarrieta, Álvaro Uribe Rueda, Álvaro Gómez Hurtado y Laureano Gómez Castro, entre otros.

Todos honraron una profesión noble y respetable, hoy, lamentablemente  convertida, con honrosas excepciones, en instrumento de vagas ideas y vastas deficiencias, en entendimiento e inteligencia, y carente, además, de lo que obliga a todo el que desempeña " un empleo o trabajo" que ejerce públicamente y que requiere haber hecho estudios teóricos": La ética.

Bien: El doctor Laureano intérprete y aplicado sostenedor de las doctrinas estatuidas por Caro y Ospina en la proclama de octubre de 1849, nacimiento y bautismo del Partido Conservador, ingeniero civil y sobresaliente Ministro de Obras Públicas en el gobierno del general Ospina, Presidente egregio de la República, orador sin par, parlamentario, escritor sobresaliente, y jefe natural del Partido dedicó, gran parte de su existencia, al ejercicio del periodismo, con alcances inusitados de prestigio y autoridad. El diario El Siglo, fue su trinchera.

De su epistolario, conocimos recientemente, por medios electrónicos, un mensaje que le enviara el 24 de octubre de 1918; esto es, hace 119 años, un mes y 26 días, a su amigo José Arturo Andrade que se hallaba en el "archipiélago" de San Andrés y Providencia, narrándole los efectos de " la epidemia que azotó a Bogotá", de manera cruel y terrible".

En un aparte de su crónica- masiva, anota: " Aquí hay de nuevo una epidemia de gripa que tiene alarmada la ciudad. Por lo pronto tiene paralizada la vida, las oficinas están casi todas cerradas; los colegios lo mismo; se han suspendido los exámenes hasta en las facultades; se han ordenado cerrar teatros y cines y por las calles no se encuentra un alma de noche. Al principio fue cosa de risa: todo el mundo estornudaba. Pero luego empezó una forma que llaman cerebral y empezó a morir gente de repente en la calle, especialmente entre los obreros. El pánico ha ido creciendo. Los entierros pasan continuamente. El problema se ha agravado por los sepultureros, unos están enfermos, otros se han muerto en el oficio, no se consigue quién quiera hacerse cargo de él, y según dicen, hay momentos en que más de cien muertos esperan regados en los corredores de las bóvedas que los pongan bajo la tierra. Por de contado nadie quiere ir al cementerio y los entierros, aún los de personas notables, van sin acompañantes".

Añade el doctor Gómez: " Entre las personas conocidas han muerto, el senador Antonio Regino Blanco y su esposa, con unas pocas horas de intervalo, el senador Manuel José Soro, antioqueño, el doctor Fernando Cortés Monroy y Gonzalo de Santamaría, Ricardo Vinagre Acevedo, la señora de D. Modesto Cabal, una muchacha Pradilla, muy bonita, que estaba dando golpe y se iba a casar; un sobrino de Chepe Guzmán, hijo de Ezequiel; el pote Camacho, el hijo de Nemesio, que era muy buen estudiante, de medicina; y mucha gente pobre que cae fulminada en las calles".

Más adelante, señala: " ya ves que cada año tenemos la visita de alguna calamidad pública. La de este año ha causado ya más víctimas que lo temblores". Por supuesto que hay escenas curiosas. Los peluqueros hace quince días están en lata, porque nadie se manda a afeitar ni recortar el pelo por miedo a la bronconeumonía", informa el cronista.

Al final del informe, el periodista Gómez Castro comenta: " ya ves que la crónica es nutrida, aunque nada alegre. La novedad más cercana al grupo le ocurrió al viejo León que se le murió una sirvienta en la casa. Amaneció rígida en el comedor con una panela en la mano".

El periodista, el político y el colegaje se avistan en la crónica magistral: objetividad e investigación, inteligencia y amistad, porque la amistad doctrinaria y personal del doctor Laureano con el doctor Nemesio Camacho, fue destacado.

" Lo que vale, cuesta trabajo"


*El autor le compartió este artículo a Peloecaña









2 comentarios:

  1. Otra crónica y al lado de la pesadilla del Covid-19m surge otra crónica más. Que nano virus tan bárbaro y tan letal. Ahora vuelven las crónicas de confiscamiento, tanto en Bogotá, como en Medellín y la lista sigue, pero hasta cuando...?

    ¿Es que surgen varias, preguntas al respecto? "Se aproxima al pico". Términos poco precisos.

    Como el Ministro de Salud que ha expresado, varias veces: "se avecinan 2 meses...".

    Y, los Alcaldes, no se quedan atrás: ¿próximos 10 días, próximos 15 días, próximos 20 días? ¿Desde hoy? ¿Desde mañana? ¿Dentro de 5, 10, 15 días? Hay que ser más claros en la comunicación. La gente ya esta desesperada.


    Al pico general se llega realmente cuando se empiecen a bajar los casos diarios en todo el Planeta, en toda América y en toda Colombia, mientras tanto seguimos subiendo la montaña y con rebrotes incluidos.

    Así que con todas las crónicas anteriores, muchos preguntan también: ¿Cuál es el límite geográfico de esta cuarentena? ¿Cómo van a circular los que trabajan fuera de las "X" y "tales" áreas? ¿Cuándo salen los nuevos decretos con todas las indicaciones y que sean realistas y no ficticias? ¿Cuáles son las excepciones de circulación?

    Y, es que la gran crónica del Coronavirus continua. La epidemia NO se aceleró en Colombia, sino que:

    1. Ahora detectamos casos asintomáticos que antes no detectábamos.

    2. La epidemia comenzó a crecer donde no se había extendido, p. ej. Medellín.

    Hay que comparar casos sintomáticos, no casos totales.

    Y, para ir resumiendo esta gran crónica. Parece que las alcaldías más importantes del país están bien sincronizadas para decretar cuarentenas obligatorias con la complacencia del gobierno Duquista con la sombra tétrica Santista. Casi nada, no. Esto de democracia, no tiene nada.

    Claro que muchos la acatan, pero eso sí, tengan en cuenta lo siguiente, para ir culminando esta crónica, que es una de entre muchas.

    Bien pueda Alcalde tal y cierre el comercio tal y por un número indefinido de días...! Pero, eso sí: 1. Pague Usted los arriendos; 2. Pague usted la nomina; 3. Pague por el producto perecedero; 4. Pague industria y comercio; 5. Pague servicios, bastantes elevados, por cierto; 6. Pague el alquiler del sistema POS; 7. Pague los costos de desinfección; etc. Y así si! Cerremos todo en el país con mucha tranquilidad.

    Y, son tan incoherentes, que crearon la crónica de los días sin IVA y tienen otras varias crónicas por ahí listas, como abrir los aeropuertos, para después volverlos a cerrar. Por un lado cierran y por el otro abren.

    Dicen por un lado, que estamos invadidos por el Sars-Cov-2 y por el otro lado el Virus haciendo de las suyas, en todos los medios de transporte masivos. ¿Donde se ven las autoridades sancionando a los conductores y pasajeros que violentan las medidas de Bioseguridad? No se ven y ni se verán tampoco en las terminales aéreas. Muchos siguen saliendo a las calles sin mascarilla. No se las saben colocar o la mascarilla no sirve o medio le cubre la nariz.

    Mejor dicho, ustedes autoridades, no crean estúpida, a gran parte de la población. Digan las verdades como es. No sean sensacionalistas populistas.

    El Coronavirus les esta ganando las delanteras y sálvese quien pueda ya, por si solo. Esos confiscamientos son apenas unos pañitos no más y para los que creen que el virus no existe, sino, que es una conspiración, montada por la élite mundial, será por así decirlo, su sentencia gratuita de muerte. Pues el bicho si existe, pero es invisible. No tiene cura y así hablen de vacunas, que peligro, colocárselas de una. Eso paso, con un grupo de adultos mayores en Italia. Ni de vainas. Da para más crónicas y no terminaríamos.

    Saludos profesor Peloecaña, cuídese en estos tiempos, de la Gran Pandemia Mundial, donde ya pululan muchas crónicas. Y, de seguro, varias serán transcritas en nuevos libros y hasta llevadas al Cine.¡Upale!



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  2. Fe de erratas: "Dicen por un lado, que estamos invadidos y no invadidos por el Sars-Cov-2 y por el otro lado...".

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