domingo, 13 de marzo de 2016







DE LA FISCALIA Y LOS ORGANISMOS DE CONTROL

Por Peloecaña

En otros tiempos, cuando Colombia era un país de leyes, y se ufanaba de serlo; cuando la Constitución y las Leyes eran hitos que alinderaban su democracia, a algunos soñadores les dio por establecer en la Ley de Leyes una entidad que formaba parte de la Rama Jurisdiccional del Poder Público, que era la encargada de investigar las conductas de los ciudadanos y de determinar si eran punibles o no, de acusar a los infractores de la ley penal, y de entregarle a los jueces el resultado de sus pesquisas y actuaciones, para que las juzgaran según su leal saber y entender.

 A esa entidad judicial la designaron  Fiscalía General de la Nación. Hoy renunció a esa honrosa denominación y prefiere utilizar tal nombre como apodo o alias. 

Esos mismos soñadores que asumieron por encargo del pueblo la función de Constituyentes, reiteraron lo que decía la Carta de Caro y Núñez en relación con dos entidades; las ubicaron en un capítulo especial que llamaron Organismos de Control y ellos son: La Contraloría General de la República y la Procuraduría General de la Nación. 

Todas estas instituciones, la Fiscalía, la Contraloría y la Procuraduría tienen señalada funciones constitucionales claras y expresas.

En los artículos 250º y 251º, respectivamente, en apariencia, están señaladas las funciones de la Fiscalía como Institución y las del Fiscal General como jefe de ese Despacho y como cabeza de esa entidad.

Las funciones de la Fiscalía constan en los cinco (5) numerales del precitado artículo 250º y en el 251º, también ya citado, en igual cantidad de numerales, están las funciones del Fiscal.  

Por más que me esfuerzo en encontrar algo parecido a funciones adicionales pertinentes e inherentes al ente estatal investigador y acusador o preclusor y al titular de esa dignidad judicial, no he podido encontrar la facultad, función u oficio que señale que los dos tengan funciones políticas partidistas, o que hayan sido designados la primera como yunque y el último como martillo, para perseguir o ablandar o forjar a los actores también políticos de la vida nacional. 

Será por mis limitaciones intelectuales que no puedo comprender cómo el Fiscal General se ha convertido en flagrante violador de sus obligaciones y competencias, para convertirse en un insurgente más, que asume la vocería de las FARC en el proceso de paz, dando a entender que su puesto está en La Habana y no en su despacho oficial, en el bunker de la Fiscalía. 

Como el mal ejemplo cunde, esa cumbrera de la juridicidad colombiana, el Contralor General de la República, se ha convertido en el alter ego del Fiscal y como en fuente ovejuna, los dos a una, hablan urbi et orbi de la pertinencia o no del plebiscito, para que el pueblo refrende la validez moral del hecho unilateral que van a suscribir los dos jefes de las FARC, timochenco y santiago, como si eso tuviera importancia alguna.

Pero para fortuna de Colombia, y para mantener encendida la velita titilante de la esperanza, el otro Organismo de Control, la Procuraduría General de la Nación, sí funciona, porque tiene al frente un hombre docto, sabio y probo que nos da confianza, a pesar de todos los dislates del régimen.  





1 comentario:

  1. Como en todos sus comentarios, sesudos y enjundiosos, pelo no solo convence sino que de manera sencilla y clara, como el buen maestro que es, nos explica y hace comprender las bases de nuestra debil democracia, con el fin de que nosotros, pueblo, podamos sostenerla.
    Si a la paz SIN impunidad.

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